Apenas despuntaban las primeras luces del alba cuando llegaron al pueblo, no escucharon nada extraño y tampoco divisaron a nadie por las calles. Caminaron despacio pero en estado de alerta. Recorrieron el pequeño pueblo varias veces y no consiguieron dar con ese demonio. "Y si se habían equivocado" Justo cuando iban a abandonar aquel lugar una bruma negra comenzó a materializarse delante de ellos. Unos segundos después un hombre con unos pequeños cuernos sobre su frente los miraba con asombro. Cerro sus ojos y abrió su boca, Jarek tuvo un mal presentimiento y lanzo a todos fuera del alcance de ese ser. De un momento a otro ese demonio escupió un líquido verde de su boca, consiguiendo alcanzar el brazo de Jarek, lo que había escupido ese demonio debía de ser algún tipo de ácido porque la chaqueta del chico comenzó a deshacerse de inmediato. Jarek se quitó la chaqueta lo más rápido que pudo pero no pudo evitar que ese líquido verde lograra tocar su piel, por lo que de un mome
Jarek se recuperó bien de sus heridas pero su orgullo quedó tocado, no aceptaba que su marca no la hubiera hecho realmente él. Estaba claro que estaban unidos eso no lo podía negar, pero se sentía frustrado ya que hubiera deseado realizar esa acción por si mismo y no solo por la magia de Diana. Habían pasado varias semanas desde el enfrentamiento con el demonio, y no habían vuelto a tener noticias de él por lo que pensaban que estaría tramando algo escondido en lo más profundo del mundo. Ese día decidió enfrentar a la pequeña loba y aclarar las cosas de una vez por todas. Le había enviado un mensaje con el móvil y la había citado en la plaza de la manada a las doce en punto. Desde allí irían a comer a su casa, desde hacía poco se había mudado solo, con la esperanza de que Diana quisiera compartir su vida con él. Así que lo tenía todo preparado y estaba seguro de que nada podría salir mal. Una vez terminaron los entrenamientos, se dirigió directo hasta su casa. Tomo una ducha
Beltharax paso la mayoría de esas semanas intentando recuperar su poder, esas malditas brujas casi consiguen acabar con él. No había sido capaz de percibir que ellas tres tuvieran esa cantidad de poder en su interior. Pero lo que si supo de inmediato es que ellas tenían algo que ver con aquellas nueve brujas que lo condenaron una vez. Está vez llevaría a cabo su venganza. Para llevar a cabo tal propósito tuvo que descender hasta lo más profundo del inframundo y llevarse consigo a la bruja más oscura que el mundo había sido capaz de conocer. No sé fiaba de las brujas y nunca lo haría pero necesitaba de una en estos momentos. Debido a su alto rango no fue difícil sacar de allí a esa bruja. El único problema es que una vez fuera de su celda su poder despertaría y con ello el mundo se veria sumergido en la más profunda oscuridad. Ni siquiera lo pensó, necesitaba saciar sus ansias de venganza y lo que le pasara al mundo y a sus habitantes a él le daba igual. Por lo que una vez hubo s
Todos en la Manada llevaban días sin dormir, habían organizado innumerables partidas de búsqueda, y ninguna había dado su fruto. Nadie en toda la Manada conocía la ubicación de la prisión del olvido, ni siquiera los tres Alfas malditos recordaban donde se encontraba. Cuando los muros de la prisión cayeron ellos aparecieron directamente en el bosque. Por lo que la búsqueda estaba resultando más que complicada. Las chicas estaban inmersas en sacar información del libro de las nueve brujas, se sentían frustradas ya que la única que parecía encontrar lo que buscaban era Diana. Y esta vez Diana no estaba para ayudarlas, es más llevaba desaparecida demasiado tiempo. Philip había vuelto al reino de los elfos con la esperanza de que su madre pudiera ayudar en la búsqueda de Diana. Jarek a estas alturas estaba desquiciado, no soportaba ver a nadie y a menudo se metía en problemas. La última pelea le había costado la reclusión en su casa hasta nueva orden. Y en algo en su interior l
Ante ellos había hecho acto de presencia un ser grotesco, no era así la ultima vez que lo vieron. La primera vez parecía un humano solo que con pequeños cuernos sobre su frente. Pero el ser que estaban contemplando tenía dos patas de cabra por piernas, su torso desnudo en verdad era humano pero su cabeza era una mezcla de cabra y humano. No tenía piel, solo se podía apreciar el músculo ensangrentado de su rostro. ---Me alegro de que estéis todos reunidos aquí, así me evitas el trabajo de tener que ir a buscarlos. La voz del demonio era estridente cada palabra que pronunciaba destrozaba los tímpanos de todos los que se encontraban allí. Los primeros en convertirse en lobos fueron los tres Alfas malditos, inmediatamente después lo hicieron los padres de Mia, Philip y sus padres unieron sus manos y crearon un escudo de protección sobre las brujas. Necesitan protegerlas a toda costa ellas eran las únicas que podrían liberar a Diana de su prisión. Mía se acercó hasta la gruesa pared
Destruir la prisión del olvido había sido un precio muy grande a pagar. Habían gastado todo su poder en el proceso. Solo Mía y Diana conservaban algo de magia en su interior. Mía al ser bendecida con los dones de Amalia y Diana al portar sangre de elfo corriendo por sus venas. Por ese motivo la mayoría de las chicas antes inseparables ahora se habían ido alejando, algunas molestas y llenas de envidia se habían alejado de las que un día fueron sus amigas, otras agradecidas al haber perdido su magia también decidieron volar lejos del amparo de las demás. De aquellas nueve amigas ya solo quedaba la unión inquebrantable de tres y aquellas tres brujas ahora una de ellas sin magia, habían unido sus vidas a esos tres Alfas una vez malditos. Lo que inevitablemente las llevaría por distintos caminos. Lo que ellas desconocían es que sus destinos estaban a punto de cambiar, pronto esas tres amigas inseparables desde la cuna, ahora tendrían que alejarse las unas de las otras y seguir a sus
Porque nadie puede saber por ti. Nadie puede crecer por ti. Nadie puede buscar por ti. Nadie puede hacer por ti lo que tú mismo debes hacer. La existencia no admite representantes.Desde que tengo uso de razón solo recuerdo que mi vida ha estado dedicada a servir a la familia del Alfa.No recuerdo a mis padres, ni tan siquiera sé si tengo hermanos. Siempre he vivido aquí, igual hasta nací aquí...Me llamo Basura o ese el nombre que todos aquí dicen cuando quieren algo de mí.Hoy es un día importante para el Alfa, se que tiene una reunión con alguien muy importante y de eso depende el futuro de la Manada.Se que la Manada se llama Luna Roja, y que todos los integrantes son lobos, o lo serán cuando cumplan los dieciocho años.Pero lo que de verdad me intriga es saber cuando yo también me convertiré en una de ellos, quizás solo quizás entonces las cosas cambien para mí.Pero el problema es que desconozco mi edad, supongo que aún no tendre la edad adecuada o quizás si. Pero entonces porqu
--- Basura! No te he dicho que limpiaras toda la oficina... ------ Si señora Amanda --- respondo agachando mi cabeza y posando mi vista en el suelo, intentando así no molestar a la Luna de la Manada.Está no la veo venir, el tirón de pelo y el pisotón en mi espalda.--- Aquí no has limpiado --- dice mientras vacía sobre mi cabeza un vaso de vino ------- Lo siento señora, ahora mismo lo limpio ---Retrocedo de rodillas y con mi cabeza agachada, esperando así no recibir más golpes por hoy, cosa que veo difícil, ya que aquí a todos les gusta pegarme.Al principio pensaba que era normal, que todo el mundo lo hacía. Pero poco a poco fui consciente que a la única que se le infligía un castigo físico era a mí. Después de haber dejado todo limpio de nuevo, llevo el champagne y los aperitivos hasta la oficina del Alfa, cierro la puerta y me dirijo hacia la cocina, rezando por no encontrarme al hijo del Alfa ni a ninguno de sus amigos. Antes de bajar aún tengo tiempo de limpiar el último bañ