GioA la mañana siguiente le conté a la Nonna mi idea e hizo lo que le pedí, preparar una perfecta cena para esa misma noche. La conversación con Martha aún rondaba en mi cabeza. Las palabras de Filippo hacían un hoyo en la cabeza, debía planear bien todo para que no me estallara en la cara después.Estuve en mi despacho privado en mi casa todo el día al caer la tarde aún no tenía todo resuelto, pero había avanzado bastante. Me serví un trago para relajarme un poco y tocaron a mi puerta cuando alzaba la mano.—Adelante— dije mientras bebía el trago que ansiaba.Jimmy se dio paso en mi oficina buscándome, esperando verme sentado en mi escritorio, cuando no me vio allí comenzó a escudriñar la habitación dando conmigo del otro lado de esta con un trago en la mano cerca de la ventana, una sonrisa amistosa se mostró en sus labios.—Lo conseguí, jefe accede a verte hoy a las diez de la noche— me entrega una nota con el nombre de un hotel—Mierda, eso es un gran problema —pensé rápidamente
Y con eso me la llevé al comedor donde todos me esperaban, la Nonna puso nombres en cada asiento yo estaba a la cabeza la Nonna a mi derecha donde iría mi pareja si la tuviera y Filippo a mi izquierda los demás se distribuían con sus invitados al frente de ellos.—Gracias por venir a esta improvisada cena— les dije antes de sentarme— luego de la cena votaremos por quien será los nuevos Don. No quise dejar esta decisión sólo para mí, tomaré en cuenta cada voto así que elijan bien y yo seré quien tenga la última decisión.—Por el capo de capos— la Nonna hizo el brindis levantando su copa.Todos la imitaron y chocaron sus copas unas a otras.—Gracias y buen provecho— terminando de decir eso los meseros repartieron la comida diligentemente y se retiraron poco tiempo después.La cena pasó sin sobresaltos, todos comían y bebían a gusto, al terminar el postre nos quedamos sentados, los meseros hicieron acto de presencia nuevamente con lápiz, papel y un tazón de cristal mediano y otros tantos
GIO Salí del hotel más tranquilo al tener alguien como Shadow a cargo de la investigación de Miguel Hidalgo. Me subí al coche y el chofer arrancó junto con las otras camionetas recosté mi cabeza del asiento y cerré los ojos por unos minutos. — Que no me molesten a menos que sea de vida o muerte— ordené con los ojos cerrados. — Sí, señor — respondió uno de los chóferes. Jimmy iba en el otro auto así que estaba solo en este y la verdad lo agradecí mucho. Estaba quedándome profundamente dormido cuando sentí que el chofer tiro el carro bruscamente a la derecha, me desperté de golpe. No sabía cuánto tiempo había pasado, pero sentía que había sido minutos sin embargo ya no estábamos ya en el centro debía ciudad, faltaba poco para llegar a la casa. — Lo siento señor, creo que es de vida o muerte— mi chófer, Jon me habló con dientes apretados. Vi una camioneta parecida a las nuestras detrás de nosotros cuando voltee a ver que mierdas sucedía, mi chofer acelera para tratar de perderlos,
GioSentía que me dolía todo el cuerpo cada vez que intentaba moverme.—¿Te quieres quedar quieto? — me regañó la Nonna — sólo han pasado cinco días de tu accidente y estas insoportable.Pasé durmiendo cerca de 36 horas después de mi accidente, en donde mi cuerpo necesitaba recuperar fuerzas, se dobló la seguridad y sólo se acercaba a mí la Nonna y Filippo, Jimmy fue encontrado muchos metros atrás en un accidente algo parecido al mío, lo sacaron de combate casi desde que salimos del hotel, no fue tan grave como yo por lo que ya está trabajando, mis hombres están en el hospital, sólo yo estoy en casa, el doctor me revisó y tenía dos costillas rotas, la herida en mi pierna casi perfora una arteria y tenía contusión cerebral, el dormir tantas horas me daba la oportunidad de recuperarme, por lo que Filippo se encargaba de todo.— Nonna, necesito trabajar ahora que ese idiota volvió, debo exterminarlo— le dije molesto por querer que vuelva a la cama.— Recupérate primero, de que me sirves
MarthaHa pasado más de una semana desde que vi a Gio, los días han pasado lento, mi herida aún duele, pero me dejan salir al patio para tomar sol, ya me quitaron los puntos y me siento mejor y puedo estar tranquila con respecto a Samantha, no la he visto desde que pude salir de aquí y tanto como Sandra e Isolda se niegan a decirme que pasó con esa mujer.¿Se habrá atrevido a matarla dentro del recinto?No puede ser, espero que no. Tal vez deba sentir miedo cerca de Samantha, pero no soy quién para que alguien muera por mí; no puedo estar eligiendo sobre la vida de los demás.—Hoy estas pensativa — llegó Isolda a mi lado.—No es nada, me preguntaba por Samantha— dije su nombre completo y en voz alta en mucho tiempo.—Ya olvida eso, no vale la pena— habla seria.—La asesinó ¿verdad? —mi voz tembló al hacer la pregunta.—No lo sé ¿ok? — La paciencia infinita de Isolda se quebró— apareció muerta en su celda, se ahorcó con la sabana, Martha.—¡Oh, Dios mio! — exclamé asombrada.—La declar
MarthaPasaron tres días en total silencio desde que le escribí y aún no tenía una respuesta de Gio así que supongo que eso era todo, eso respondía a veces… el silencio era suficiente, cuando saliera de aquí él querría su dinero y poco más, ya entendí que era lo que él quería en verdad. Pensé que era un rompecabezas que él quería que yo armara, es tan enigmático, siempre me sorprendía lo sincero que se veía a mi lado, se veía menos preocupado y más como el hombre y no como el mafioso frío y cruel que vi la primera vez en el cementerio, pensé que había más de él, pero creo que me equivoque. Últimamente parece que lo hago mucho.—No te necesito, Gio —le dije a nadie en especial.—Hola, Martha —llegó Sandra muy contenta por no sé por cual razón— ¿cómo estás, mujer?—Bien —intenté sonreír, pero no me funcionó muy bien así que desistí de intentarlo.—¿Segura que estas bien? —me cuestionó al ver bien mi rostro.—Cansada, no he dormido bien— cambié de tema rápidamente— cuéntame ¿cómo estás?
MarthaLos días pasan dolorosamente lentos y no sabía cómo comunicarme con Gio para advertirle y que no se le vaya la lengua, aquí estoy más vulnerable, ¿a dónde puedo correr encerrada en este lugar con una directora que acepta pagos para hacerse de la vista gorda?Estoy en la lavandería y todos me ven haciendo mi trabajo lo más relajada posible casi como si nada pasará. Casi.—¡Hey! ¿señora Martha? —me susurra una chica a mi derecha— ¿Estás bien?Levanté la mirada y la vi bien, es la muchacha con la que a veces hablaba en la cocina, asentí pausadamente y seguí a lo mio.—Nos obligaron a salir en silencio, no sabía cómo avisarte por que estaba cerca de la puerta fui una de las primeras en salir de la cocina.—Está bien, él sólo quería hablar— y temblé en pensar en el hombre tenebroso. Así lo apodé, no le diría a nadie sobre esa visita, solo Isolda sabeTenía más pesadillas de él que cuando conocí a Gio.—Pero no era el señor Gio, él me dijo que me avisaría cuando iba a venir.—¿Qué?
GIOLa llamada de Martha no era algo que esperara, me agarro de sorpresa y, la información que me dio también.—Necesito que vayas con mucha discreción a casa de la señorita que cuida al niño de Martha, no tengo idea de cómo se llama, averigua de tus mejores fuentes como si fueras a matar al niño, es mejor que todos piensen que Martha no es mi protegida— dije lo último más para mí que para él.—Muy bien, señor ¿pasó algo más? —pregunta algo ansioso, imagino que por su hermana.—Una bomba, una visita de Amos, nada más, al menos no me quiso contar nada más— un dolor de cabeza comenzaba a formarse.Lo peor es que no podía acercarme a ella, no podía sacarla de allí, al menos unos dos años para que ojo del público no esté en ella, aunque me la sudan, pero primero es mejor tener a al niño a salvo, pero lejos de esa mujer.—Mío Dio— exclamó Carlos sacándome de mis pensamientos.Me reserve para mí el cambio de carta que hubo, aunque no había nada comprometedor ni profesaba mi amor eterno, sól