GioTener la suerte de conocer al amor es una cosa, saber qué vas a envejecer con ese amor es más que suerte y yo no sé si pueda cumplir eso con ella, mi trabajo es bastante difícil como para creer que voy a llegar al menos a los 60 años, este trabajo es el más peligroso que puede existir y aun si tuviera uno aburrido nada me garantizaba una vida plena hasta ser anciano.La Nonna tiene muchos años sola y nunca se ha quejado, pero no quiero dejar sola a Martha, sé que necesito volver y que necesito matar a Jerónimo. Yo necesito que Jerónimo pague, yo necesito que todos paguen.Estamos listos para ir a la comida a la que Valentina y Cole nos había invitado, un chofer llegó por nosotros, le pedimos identificación y en ese momento Valentina llamó.—No se preocupen, es un hombre de mi entera confianza se llama David, es un ex militar— nos asegura—. No se preocupen, todo está bien. Los tengo.Fue así que nos sentimos más calmados de subir al auto para poder arrancar, no confiamos en nadie m
MarthaValentina me llevó a conocer a sus amigas y familiares, la verdad es que estuvo muy bien la parrillada, me gustó mucho el ambiente que se respiraba así sin conocerlos nos dieron una bienvenida a todos.Yo no vengo de una familia grande y Gio tampoco es que tenga mucha familia, sin embargo, siempre está su gente alrededor de él, por lo que las comidas siempre son inmensas.Me gusta el ambiente que se respira, más en calma y más tranquilo que nunca, me gusta el nivel de amistad y familiaridad que hay con todos, hasta con nosotros que se nos incluyó así sin más.Y es de agradecer, me siento bienvenida e integrada cuando apenas me conocen.—¿Cómo la estás pasando? —Llega Valentina más tarde donde estoy sentada, viendo a Diego jugar con los hijos de Tina.—Muy bien, muchas gracias— puse mi mano cerca de mis ojos para cubrirme de los rayos del sol cuando veía a Valentina desde abajo— gracias por la invitación.—Nada que agradecer, luego de tanta angustia es bueno relajarse— se encoge
GioTener que mentirle a Marta no es una de mis mejores decisiones, pero está embarazada, ella y el bebé son mi prioridad por eso le mentí. No era honesto, pero lo volvería hacerDecirle que no sabía qué día me iba a ir, cuando en verdad me iba en dos días no me gustaba como se sentía mentirle, pero sé que es por su bien.Habían pasado dos días desde la parrillada en la casa de Tina y Cole, tienen una familia unida y grande, y estaré eternamente agradecido por su ayuda. Hoy es la cita con el médico, Tina nos llamó para verificar la hora y el lugar con nosotros, Martha está un poco ansiosa porque quería saber si el bebé estaba bien.Yo sabía que mi princesa estaría muy bien. No sé porque, simplemente siento muy dentro de mí que sí, que será niña; que será la princesa de papá.—¿Ya estás lista? —le pregunté no por primera vez.—Es que no sé sí iré con vestido, en Jogger o ponerme un leggins— se ve indecisa, no sabía que era así o si era cosa del embarazo.Normalmente se vestía y arregla
GioLos dos días restantes los pasamos tranquilos en casa y no quise salir para nada, quería disfrutar de ella, de su paz, de su olor, de la tranquilidad del momento.Luego de saber que iba a tener una niña quería pasar lo que me quedaba de tiempo con ellas, aunque Martha no supiera que yo me iba hoy en la noche.La verdad es que todavía no sabía cómo decirle que tenía que irme lejos de ella por unos días.No quiero preocuparla, su embarazo ha ido bien a pesar de todo, aun así, siento que no ha sido sencillo para ella, por más que la doctora asegura que todo está bien, no quiero hablar de cosas que le causan preocupaciones a ella más de las que ya tiene. Supongo que no sería justo para ella ni para los niños decirles que me voy y tal vez para no volver, pero también siento que no decirles es una gran falta a ellos.Sí, por primera vez me siento atados de manos y de pie, mi gente me necesita, fui criado para eso, para sacrificarme por mi gente, que no son dos o diez son más de miles de
GioRompí a reír por sus ocurrencias y él me siguió.—Bueno tu hermanita va a salir cuando esté cocinada. Por así decirlo— le comenté.—¿Cocinado? Es decir que mi mamá está horneando mi hermanita— se veía aún más confundido que al principio y volví a reír.—Se puede decir que sí, cuando estés más grande te puedo explicar— le alboroto su cabello— no me gusta mucho eso, las cosas son más complicadas cuando estas grande— declara algo triste.—A veces sí, la mayoría del tiempo, pero a veces esas cosas difíciles valen la pena— acote.—¿Cómo qué? — indaga curioso.—Como luchar por tu madre, es una parte importante de mi vida ¿sabías eso? —No sabía si era correcto decírselo, pero me parecía que sí.—Mami me dijo que ustedes se querían, yo también los quiero mucho a todos y a mi papá y a Sam, ahora creo que también quiero a Isolda.—¿Y le creíste a mami? —era un chico muy inteligente. Me gustaba hablar con él.—Mami siempre tiene la razón, mami jamás me mentiría— declara seguro de sí mismo.—
GioAnette me ve decidida a molestar, esta mujer siempre fue un dolor en el culo, es demasiado peligrosa, si tiene un pago y un objetivo nadie puede detenerla. Los hombres creen que dominan el mundo y nada más lejos de la realidad, las mujeres son diez veces más letales y efectivo de lo que un hombre pueda llegar a ser.—Qué gusto verte —le dije secamente en sarcasmo que obviamente ella captó.—Lo mismo digo— respondió levantando la barbilla.—Ahora eres la amante de Jerónimo— acote y no en pregunta, lo afirmaba. Así trabajaba ella.—Yo no diría que soy su amante, yo diría que más bien soy algo así como su mano derecha— bate su pelo en un gesto elegante.—Pensé que ese era Amos — señale al suelo donde yacía el hombre sin vida.—¿Amos? Amos es algo así como... —pone un dedo en sus labios —bueno que en paz descanse— se burló ella —una mascota, ¿sabes? como un pequeño hámster, amo las mascotas. Así que Jerónimo me consiguió una— besa su mejilla.Estar en las manos de Anette no era fácil,
MarthaMe sentía bastante inquieta desde que Cole y Gio se fueron en la madrugada. La Nonna ha intentado varias veces que me quedé tranquila, pero no lo logra del todo.Estuve siempre haciendo algo durante el día, la Nonna me estaba enseñando a tejer para ver si podía lograr hacer unos escarpines para la bebé de aquí a cuando naciera.—Me sale algo torcido —reclamó, pero la Nonna muy tranquila m mira de manera muy sabía.—Son muy bonitos, ya mejorará— fue su respuesta y seguí tejiendo parte de la mañana.Hice un rompecabezas con Diego y también jugamos a las escondidas en el parque que hay abajo del edificio, Isolda y Manuel nos acompañaron todo este tiempo, igual que la Nonna, nadie quería dejarme sola y tampoco es que quisiera estar sola, no sin Gio a mi lado.Me sentía muy vacía sin Gio, no quería que se siguiera metiendo en la boca del lobo, quería que regresará a casa.—Todo va a estar bien— me acaricio mi hinchado vientre.Gio dijo que iba a volver, que regresaría a casa. Me lo
Martha¿Has despertado alguna vez por el olor del café o por el olor a lluvia?Así me desperté, por el olor a pasto verde recién cortado y cuando me senté no me vi en el apartamento, me vi en un lugar que había visto una sola vez, hace unos meses cuando llegué a Italia.Me habían llevado a una linda cabaña y me encontraba afuera de esa cabaña, los pájaros cantaban, los árboles hacían su propio ruido con las hojas al chocar unas con otras por el viento, se sentía con paz y tranquilidad.«¿Me trajeron de nuevo Italia?» fue lo primero que pensé, pero no veía nadie a quién pudiera preguntarle.Me levanté con cuidado, cuándo veo hacia abajo tenía un lindo vestido blanco que no reconocía, me miré extrañada, era suelto y muy bonito me sentía cómoda con él, también noté que no tenía mi barriga de embarazada.«Es un sueño»Jamás había tenido un sueño donde todo se viera y se sintiera real, tan real, estaba descalza por lo que podía sentir la grama entre mis dedos y la planta de mis pies, a lo