-En serio Rufus, a veces creo que lo haces a conciencia- resopló Eagle recogiendo las miles de plumas regadas en el suelo y donde el perro ya se las había regado una que otra vez.
Sentada en el sofá, después de estar más relajada, satisfecha y limpia gracias al mismo hombre que se movía de un lado a otro, estaba Scarlet con un pote de helado de chocolate en mano y una sonrisa leve en su rostro. Se divertía con todo aquello, aunque no le había hecho mucha gracia que Rufus le rompiera su nuevo cojín de plumas. Le había costado caro, aunque sabía que solo sería una tentación. Ya le había hecho un desastre un día en la cama con sus dos almohadas de plumas de edición limitada, así que era cuestión de tiempo. Ella era la que no aprendía.
Y ahora Eagle era el que pagaba las consecuencias recogiendo todo el desastre. Scarlet estaba más pendiente a ver su cuerpo moverse solo con el bóxer puesto que la película que circulaba en el televisor y terminó apagando. Al lado de esta esta
Como había dicho Scarlet el próximo mes fue casi una locura en la vida de Eagle. Tenía que compensar su trabajo en la casa de ella cuidando a Rufus con las entrevistas que le hicieron, visitar el trabajo de ella para verificar el proceso de producción de su libro, las promociones. Incluso una que otra firma de libros y eventos que lo invitaban para conocerlo. Nunca se imaginó que ganar un premio así tuviera tanta envergadura y que alcanzaría tanto reconocimiento tan rápido.Sabía que era posible dado que había estudiado algo de eso en su carrera, pero llegar a algo de fama tan rápido como que fue una locura. Su amigo Daniel todavía se burlaba de él y le decía que bajara de la nube. Por su parte Alex solo le comentaba la suerte que había tenido, teniendo bien cuerpo, bonita cara, una novia con dinero y linda, y ahora esto. Que no se podía quejar, pero no era tanto así.Eagle si tenía cosas que no le gustaban en su vida. Primero su enfermedad, que, aunque la tenía pu
-A ver madre. Soy una persona adulta, no tengo que estar dando explicaciones de todo lo que hago las 24 horas del día- Scarlet dijo agarrando la mano de Eagle y pegándolo contra él. De alguna forma cuando él estaba cerca le era más fácil discutir con sus padres. Se llenaba de coraje.Sabía que sus padres la querían, pero si los dejaba demasiado tiempo se inmiscuirían en su vida privada y si no se cuidaba pasaría poco tiempo la estarían casando con quien ellos creyeran adecuados, no con quien tenía al lado.-Sí, eres adulta, pero eres nuestra hija- Ariadna tenía una mueca en su rostro de inconformismo.Scarlet suspiró y sintió la mano de Eagle apretar sus dedos como apoyo.-Cariño, no la sofoques, deja que hable- Antoin se levantó y agarrando a su mujer de los hombros la volvió a sentar y no la soltó. Ella podía ser muy posesiva con sus cosas y todo lo relacionado con su hija por eso Scarlet se había independizado temprano.-Madre, Eagle y yo nos c
Eagle no necesitaba de mucho para lucir bien. Había sido dotado de una buena apariencia y un físico envidiable que cuidaba constantemente. Pero esa noche fue especial y como una chica, estuvo casi como una hora para arreglarse dentro del baño después de que ambos terminaran. Incluso le dedicó más tiempo a su cabello, a arreglarlo que lo que normalmente le tomaría. Solo después de ese tiempo estuvo conforme con su imagen.Hasta había comprado ropa nueva para la ocasión. Unos pantalones oscuros, una camisa de mangas largas de color azul Prusia, unos zapatos de marca acorde con el momento, y todo eso acompañado del reloj que Scarlet le había regalado. Por ultimo su cabello peinado hacia un lado elegantemente y una argolla dorada en una de sus orejas. Si, se veía atractivo. Esperaba que a Scarlet le gustara, y sobre todo que no rechazara lo que tenía guardado en su bolsillo delantero.Salió de la habitación con un suspiro después de rociarse con colonia y se quedó parado en
Eagle tenía idea de lo que era una firma de libros dado que había presenciado una que otra cuando trabajaba en la librería. Más de una vez se había preguntado si alguna vez estaría en el lugar de ellos y ahora su sueño se había vuelto realidad. Una sonrisa iluminaba su rostro mientras firmaba ya no sabía qué número de libros. Podía sentirse nervioso por atender personalmente a tantas personas que estaba haciendo fila con su libro en mano, en cambio todavía la emoción del día anterior de Scarlet haber aceptado su proposición era lo único que llenaba su corazón en ese momento.Desvió por un momento su mirada hacia el costado donde Scarlet estaba respondiendo una llamada por su celular y le lanzó un beso cuando ella miró al sentir el peso de su mirada. No le respondió pues estaba hablando, pero el brillo de sus ojos le indicó todo lo que él necesitaba. Solo no se dio cuenta que la chica que en ese momento estaba frente a él dado que firmaba su libro en ese momento se lo tomó como
Eagle guardaba las maletas de ellos en el taxi cuando una voz familiar los llamó.-Scarlet, Scarlet- vieron como el director del centro se acercaba a ellos, principalmente a la mujer y se detenía frente a ella.-¿Qué ocurre?- ella inclinó la cabeza y el hombre le comentó algo en voz baja para después juntar las manos como pidiendo un favor.Eagle no pudo oír dado que estaba un poco lejos, pero vio cómo su pareja resoplaba y dejaba caer sus hombros. Se giró y caminó hacia él. Su rostro estaba sombrío.-¿Ocurre algo?- él rodeó la cintura de ella y besó su sien al notar su estado tenso.-Vuelve primero Eagle. Yo voy a tener que quedarme por cuestiones de trabajo- ella resopló y se dejó caer contra él- Llamaré a mis padres para que te lleven a Rufus cuando estés en la casa- Yo tengo que atender a unos
Scarlet se sentía terrible. Con cada escalón del avión que bajaba su pecho se apretaba y las lágrimas amenazaban con llenar sus ojos. Ya no sabía qué hacer para no desmoronarse allí mismo. Ser chantajeada de aquella brutal manera era algo que aún no podía entender. Toda su vida se había cuidado para caminar con cuidado para no ser chantajeada de aquella forma, muchas personas querían aprovecharse de ella. Y solo un segundo, solo había sido un segundo en que había bajado la guardia y esto había pasado.-¿Está bien?- escuchó la voz a su lado de alguien hablándole y fue cuando se percató que se había detenido recostándose en una de las columnas a las afueras del aeropuerto- Está pálida, desea que llame a alguien.La mujer que le hablaba mostraba una expresión preocupada.-No, no se preocupe, solo dormí mal y estoy cansada. Tomaré un taxi hasta mi casa, gracias por su preocupación- Scarlet le sonrió como pudo cuando por dentro apenas tenía fuerza para estimular los mús
Eagle había notado que Rufus había estado algo inquieto en su paseo. Después de recogerlo en la casa de sus futuros suegros el perro se había quedado cerca de él todo el tiempo. Quizás porque lo había encontrado amarrado mientras arreglaban el patio en donde había hecho un desastre. Había tenido que escuchar una charla de casi veinte minutos por parte de Ariadna antes de que esposo le hubiera ayudado a escapar.Pero esa tarde Rufus no parecía del todo bien. Estaba diferente así que el paseo no duró mucho. Él tampoco estaba de humor como para relajarse tanto. Estaba tan tenso que dolía y las personas no se atrevían a acercarse a él como lo harían naturalmente y más ahora que su rostro era algo público.La razón era muy sencilla: Scarlet no había respondido ninguna de sus llamadas. Primero dejaba que el timbre sonara hasta que se caía la llamada, pero después simplemente daba apagado. Se preocupó y había llamado al hotel donde le notificaron que todo estaba bien con
¿Qué no tenían nada de qué hablar? Debía estar jugando con él. Ellos si tenían mucho de qué hablar. Así que Eagle insistió.-Esto no puede quedar así Scarlet. Como que no vamos a hablar cuando pretendes romper conmigo por un simple papel y cerrando el contrato que teníamos. EL dinero es lo de menos, no me interesa, quiero saber porque estás haciendo esto- golpeó la puerta con fuerza- No me hagas esto, no nos hagas esto- su voz se fue quebrado hasta que su frente cató sobre la madera- Abre esta puerta y hablemos.-Eagle, yo no quiero seguir con esta relación. No voy a cambiar de opinión- la voz de ella sonó grave y fría a la vez.-No lo creo Scarlet. No estás siendo sincera- Eagle casi gritó- Tú misma aceptaste casarte conmigo. Nos llevábamos bien, nos entendíamos. No puedes haber cambiado tan rápido de la noche a la mañana.A su lado Rufus ladró ante la desesperación que escuchó en su amigo humano y raspó más la puerta. En otro momento lo hubiera regañado más