Helena: Siento los rayos del sol posarse en mi rostro. Ligeramente abro mis ojos y me encuentro con la mejor vista: mi esposo, que me contempla con su mirada de lujuria. Apenas estoy recapitulando los acontecimientos de ayer, nuestra boda y nuestra noche de bodas. Pienso, mordiéndome el labio inferior, pues aunque me duela el cuerpo completamente, puedo decir que es el mejor dolor que he experimentado en mi vida. Lo acepto con gusto después de todo el placer que pude sentir. —Buenos días, bella esposa— me dice, depositando un beso en mi frente. Me levanto un poco y veo que está completamente desnudo. —Buenos días, esposo— le respondo con coquetería. Intento levantarme, pero el dolor aún no me lo permite. Thomas se da cuenta y me ayuda. —Ven, vamos a darte un baño— me dice, tomándome en sus brazos como a una princesa. Me deposita suavemente en el agua, que relaja mi cuerpo. Amo la delicadeza con la que lava mi largo cabello. —Te amo
Helena: En el centro comercial, rodeada de luces y sonrisas, me encontré con Damián, mi antiguo jefe y amigo. Su sonrisa fue como un rayo de nostalgia. —Hola Helena, cómo estás? Tanto tiempo sin verte— me dijo. —Damián, qué gusto saludarte— respondí, sonriendo. —Felicidades, me enteré que ya te casaste. Espero seas feliz— agregó. —Muchas gracias, tus palabras significan mucho. Debo confesar que nunca he sido tan feliz— dije, sintiendo una punzada de culpa. —Me alegro por ti. No olvides que siempre las puertas de mi empresa están abiertas para ti— se despidió, con una mirada que parecía esconder un aire de nostalgia. Me apresuré a preparar la sorpresa para Thomas, mi esposo. Había planeado una reunión íntima con nuestros amigos cercanos: Derek, Emily, Axel y mi adorada Carmelita, aunque ella había declinado asistir, diciendo que esas eran "cosas de jóvenes". Preparé bocadillos, cócteles caseros y una hermosa tarta para celebrar los 26 años de Tho
Thomas Carson, un joven atractivo e inteligente de 24 años, estaba a un día de ser nombrado CEO de Carson Corporation, la empresa familiar que había revolucionado el mundo de la tecnología con sus innovadoras aplicaciones y software avanzado, herramientas que ha llevado a la empresa a ser la número uno en Nueva York. Era su herencia y tenía la responsabilidad como único heredero, pues sus padres los señores Timoty y Elizabeth Carson, solo pudieron tener un hijo que por suerte fue varón, su legado lo dejarían en él. Sin embargo, a pesar de su éxito, Thomas no podía escapar de las sombras de su pasado. Los recuerdos de sus errores juveniles lo atormentaban, cada noche, robándole la calma. Había cometido actos de los que se arrepentía profundamente, y aunque había intentado rectificar su vida, el peso de su oscuro secreto lo mantenía despierto. Sabía que si su pasado salía a la luz, no solo su carrera, sino también su vida personal, se verían d
Helena: Soy Helena Russell, originaria de Baja California. Hace tres años, llegué a Nueva York siendo apenas una adolescente, huyendo de la depresión que consumía a mi padre. Su enfermedad fue un golpe devastador para mí, pero su muerte me destrozó el alma. No teníamos más familia que los dos; él me tenía a mí y yo a él. Nuestra vida había sido acomodada, pero mi padre quebró y tuvimos que vender todo. A los 16 años, mi infierno comenzó. Desgracia tras desgracia me llevó al punto de quiebre absoluto a los 17. Recuerdo cuando mi padre me engañó, haciéndome creer que seguir adelante era lo mejor. Intenté ayudarlo, pero su enfermedad lo consumió. Sus intentos de suicidio me hicieron madurar rápido. Hace cuatro años, nuestras vidas cambiaron para siempre. No lo juzgo; solo le pedí que luchara por mí, que no me dejara sola. En cada crisis, él parecía entenderme, pero al final, me dejó sola en este mundo. En Nueva York, con lo poco que nos quedó, encontramos un mini departamen
Helena: En el proceso de reconstruir mi vida he puesto mucho empeño, y por ello, en tan solo ocho meses me graduaré. La universidad me ha ofrecido la oportunidad de continuar mis estudios para realizar una maestría en ciencias de la computación. El esfuerzo que he hecho para avanzar cada día más hacia mi meta y convertirme en la mejor del área, no solo en programación sino también en el diseño y creación de algoritmos, ha sido inmenso. Suspiro al pensar en todo el esfuerzo que he hecho y en que cada paso ha valido la pena; más aún sabiendo que una de las recompensas probablemente sea trabajar en Carson Corporation, una de las empresas más sólidas y adelantadas en tecnología. Una dulce voz me distrae de mis pensamientos: —Lena, hijita, ¿cómo te fue en la gala anoche? —me dice mi querida Carmelita, a quien hace mucho tiempo aprendí a llamar abuelita. —Bien, abuelita, fue una gala impresionante. Asistió el futuro CEO, el señor Thomas Carson —le cuento con emo
Thomas: Al finalizar la charla, los estudiantes se acercan para agradecerme por la presentación. Emily se encarga de organizar a los asistentes, pero mi atención está fija en Helena, quien se mantiene al margen, observando. Finalmente, cuando la multitud se dispersa, Helena se acerca. Su presencia es tan impactante como la noche de la gala. Nos quedamos en silencio por un momento, simplemente mirándonos. —Helena, no esperaba verte aquí —digo, tratando de mantener la compostura. —Señor Thomas, ha pasado mucho tiempo —responde ella, con una sonrisa que ilumina su rostro. Nos dirigimos a un rincón más tranquilo del auditorio para hablar. Helena me cuenta que está en la universidad cursando sus últimos créditos. Su voz es suave y calmada, y cada palabra que dice me envuelve en una sensación de paz. —Su charla fue muy impresionante, señor. Le deseo mucho éxito en su cargo de CEO —dice Helena, sus ojos verdes brillando con admiración. —Gracias, Helena. Tú
Narrador: La noche estaba en pleno apogeo y la pista de baile era un hervidero de cuerpos que se movían al ritmo de la música. Thomas, Emily y Axel se sumergieron en la pista, cada uno con su estilo haciendo que hombres y mujeres dirigieran sus mistadas a los tres dioses que movían sus cuerpos en medio de la pista. Axel, con su presencia imponente, no tardó en llamar la atención de una pelinegra sexy y atrevida. Ella se acercó a él con una sonrisa seductora y una mirada que parecía decir —ven y conquístame Axel— sin dudarlo, la tomó de la mano y la llevó a la pista. La pelinegra se movía con una gracia sensual, su cabello brillando bajo las luces de la discoteca. Axel la rodeó con sus brazos, sintiendo el calor de su cuerpo y la miró a los ojos, hipnotizado por su belleza, ella era la elegida de esta noche y vaya que la disfrutaría, pensó. Mientras tanto, Emily se encontraba en el centro de la pista, bailando con una confianza y una pasión que llamaba la ate
THOMAS Me quedó paralizado al verla y malos recuerdos llegan a mi, no puedo con la presión y ventajosamente encuentro un taxi el cual me llevará a mi refugio. Al llegar a mi departamento tomo mis tres vasos de coñac, aunque parece no ser esta la ocasión en la que pueda calmarme, decido darme un baño, relajarme nuevamente y evitar pensar. HELENA Hoy fue un día muy cansado para mí, pero por fin estoy llegando a mi departamento para descansar. Cuando abro la puerta y miro en la sala, veo a Carmelita desmayada. Me asusto tanto que mi primera reacción es llamar al 911. No sé de dónde saqué las fuerzas suficientes para evitar que mi cuerpo colapse del dolor al verla así. Los paramédicos la atendieron y nos llevaron al hospital central, donde la atendieron de inmediato. Agradezco tanto al doctor que la atiende con mucho amor. Me mira y me pregunta quién es ella para mí. Sin dudarlo, le dije: —Es mi abuelita— conteniendo algunas lágrimas.