Matías sacó su teléfono para revisar mensajes. No entendía por qué Marisela le había pedido el número de seguridad, ni por qué no le había respondido cuando le preguntó el motivo.Ella había llegado temprano, adelantándose más de una hora para evitarlo. Matías suspiró con resignación.

Durante la mañana, además de su trabajo, Marisela pensaba en cómo evitar que Lorenzo la encontrara en la oficina.

No estaba lista para contárselo a Matías. Apenas llevaba dos días trabajando allí y no quería que sus asuntos personales se convirtieran en comidilla de todos.

Ya tenía suficientes problemas, y para colmo, algunos miembros de su equipo no cooperaban, obstaculizando el avance del proyecto. Marisela convocó una pequeña reunión para imponer disciplina:

—Sé que algunos de ustedes no están contentos con que sea la líder. Se preguntan qué derecho tiene una recién llegada, pero solo soy una coordinadora temporal y mi única meta es completar este proyecto a tiempo.

—Cuando termine, cualquiera puede con