Capítulo 116
Antes de entrar al dormitorio principal, Lorenzo miró instintivamente hacia la pequeña habitación de invitados, y sin darse cuenta cambió de dirección para entrar allí.El espacio estaba completamente vacío. Marisela lo había dejado impecable al marcharse, llevándose hasta las cosas más pequeñas como el cepillo de dientes y el vaso.

Era una persona de pensamientos delicados, que no quería dejar ni el más mínimo rastro de su presencia.

Al mismo tiempo, esto demostraba lo definitiva que había sido su partida.

Con los ojos humedecidos y los puños apretados, como un niño sin seguridad, Lorenzo trajo su propia almohada y manta para dormir en la cama donde Marisela había dormido.

Mientras tanto, fuera del complejo residencial.

Tras ser expulsada, con todas sus pertenencias recogidas por la administración, Isabella llamó a su asistente con los ojos enrojecidos por el llanto.

Cuando su asistente llegó a recogerla y vio su lamentable estado, imaginó lo que había sucedido, pero no se atrevió a pr
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