Aún en el restaurante, Jesús y Andrea hablaban de la comida y de lo bien que se había divertido en el salón de bowling. Nunca le diría que lo dejó ganar para no herir su orgullo pero igualmente se divirtieron y es lo que más importaba. Ahora mismo estaban disfrutando de la comida pero también era gracioso cuando su esposo decía unas frases extrañas y ella siempre le hacía caso las mismas preguntas. Era una forma de conocerse también.

-Esper, ¿qué tiene que ver la comida mexicana con la que se hace a la parrilla?- Se ríe por el antojo de su esposo pero asiente. -Yo quiero 2 quesadillas y para mi esposo… ¿Tienen parrillas?-

-Sí señora, la mar y tierra que dice su esposo es nuestra especialidad, es un plato genial ¿le traigo una?- Se prepara para apuntar en el talonario.

-Si y lo mío, por favor.- Sonríe y escucha