Antes de ir directamente a donde estaba Asling, Dana necesitaba aclarar el tema y que la sacerdotisa no estuviera jugando con su cabeza.Cuando se encontró con Farrell apenas podía mantener su forma humana.Sus orbes ya estaban rodeadas de color borgoña amenazante que el macho enseguida captó.—Gobernante...—No formalismos Farrell. ¿Dónde está tu hija?Él parpadeó como si no entendiera de qué hablaba antes de preguntar.—¿Mi hija? Yo... pensé que lo sabía, ella está escribiendo un libro sobre el Alfa del Norte.—Eso lo sé. No responde a mi pregunta.Pero Dana sospechó que sí lo hacía y eso la irritaba mucho más.—Bueno —el parecía incómodo antes de hablar y Dana comenzaba a ponerse más furiosa de lo usual—. Se fue con él para ver cómo se desenvuelve el Alfa Kian y poder agregarlo al libro. ¿Pasó algo malo...?Dana no le respondió pero se fue directamente al calabozo.Finalmente Asling pagaría no solo por lo que le había hecho en el pasado. Sino que además en ella saciaría las ganas d
La sangre de Asling caía a borbotones sobre el suelo y Dana le sacó el cachorro de la barriga con cuidado para no lastimar a este, después le cortó el cordón umbilical sosteniendo al cachorro entre sus brazos.—¡¿Te volviste completamente loca, Dana?!—Tú me convertiste en esto, pensaste que era débil e iba a dejar que me pisotearas por el resto de tu vida. Siempre viviste para causar desastre y jugaste con la gente como si fueran tus peones, yo incluida, ahora disfruta del espectáculo, tío.—¡No hagas esto Dana, sálvame!—Mm, ¿Qué harías por tu salvación, Asling?—¡Lo que sea! ¡Me duele mucho, por favor, sálvame!Dana sonrió tratando de calmar el llanto del niño al que Asling no había mirado ni siquiera una vez. Sus ojos se dirigieron a Owen que seguía gruñendo desesperado.—Ella sí que es patética tío Owen. ¿No criaste una hembra fuerte? No, obviamente —respondió ella misma—. Pero ¿Qué se puede esperar si Asling heredó todo de ti? No es más que una serpiente venenosa. Después volvi
Devanie se mezcló entre la gente notando que ese lugar había demasiadas personas. Pero eso no era lo extraño, sino que cada cosa parecía antigua y primitiva.Casi se detuvo en seco curiosa echando una que otra mirada antes de seguir su camino, sin embargo, antes de subir las escaleras escuchó la exaltación de las voces de las personas.Aplausos y gruñidos feroces que le erizaron la piel a la cachorra pero como hipnotizada siguió el sonido hasta que se vio en un lugar repleto de gente. En medio de todo el alboroto había una arena donde dos macho estaban peleándose y la gente parecía animarlos.—¿Qué es esto? —susurró para sí misma.Estaba embelesada por los duros golpes que uno de los machos le daba al otro.Desde el lugar donde estaba podía ver su espalda cubierta de feas cicatrices antiguas que parecían haber sido terriblemente dolorosas en el pasado.Sus movimientos eran limpios.Parecía no esforzarse demasiado mientras que su contrincante lucía desesperado en busca de librarse de é
Kian estaba comandado su tropa bien organizada por la entrada del Bosque oscuro.—Quiero tres líderes. Divídanse en grupos y penetremos los cuatro límites de todos los reinos.—Alfa, ¿Estamos autorizados por el resto de Alfas?Kian apretó la mandíbula.—Me las arreglaré con ellos.Eso fue suficiente para calmar a sus hombres.—Mantendremos la comunicación. Quiero informes seguidos.—Lo tenemos, Alfa.Enseguida comenzaron a irse en diferentes direcciones mientras Kian comandaba a los suyos. Se sentía culpable recordando las palabras que Dana le había dicho antes y el no poder despedirse de ella.Quizás tenía razón y siempre arruinaba su vida cuando aprecía pero era imposible mantenerse alejado de ella.*Dana fingía tranquilidad mientras Nathan y Brent estaban cerca de ella pero estaban irritándola.De alguna manera sentía que su loba estaba llena de inquietud al igual que ella pero esta estaba descontrolada, queriendo destruir todo a su paso.Ese día se había transformado dos veces en
—Suéltame —gruñó con rudeza tirando de su brazo.Enseguida comenzó a apartarse de él siguiendo el aroma de su mellizo pero como era de esperarse el macho la siguió colocando las manos sobre la cintura de Devanie quien gritó cuando la alzó y la metió en una habitación cerrando la puerta detrás de él.El corazón de Devanie se aceleró llena de horror y miedo. —Déjame salir.El macho arqueó una ceja divertido y se rió de ella.—¿No sabes quién soy, muñeca? Eso no importa —murmuró mientras se acercaba peligrosamente a ella haciendo que la cachorra retrocediera—. Te haré recordar mi nombre.Él extendió una mano hasta ella casi rozando su mejilla pero Devanie se enfureció.Le dio un manotazo y luego se movió con rapidez golpeando la garganta del tipo para rodearlo y correr hacia la salida pero acto seguido él la detuvo tomando su pierna abruptamente. —¿A dónde crees que vas? No puedes huir de mí. Eres una lumia, me perteneces como a todos los machos que quieran tocarte.Devanie se horroriz
Devanie había luchado y se odió por ser tan débil frente a ese macho cuando ella sabía lo letal que podía ser, su padre la había enseñado, entonces ¿Por qué no podía defenderse de ese macho? ¿Por qué se sentía tan inútil?Él la empujó hasta otra habitación y Devanie notó que en ese lugar todo parecía tan tétrico.No había ventanas, fue lo segundo que notó cuando él la soltó al fin cerrando la puerta detrás de él sin quitarle los ojos de encima.—No volverás a escapar, no otra vez. Más te vale que no vuelvas a hacer otra cosa tan imprudente, pudiste romperte el cuello al saltar por la ventana y Xenón pudo haberte... Él gruñó apartando la mirada de ella sin culminar su frase.—Quítate ese vestido, no eres una Lumia.Él se volteó para irse pero ella aprovechó para golpear su espalda con furia. Sus garras no eran venenosas como las de su madre pero seguramente le harían mucho daño y quizás podría escapar.Era un intento desesperado y tonto pero ella estaba desesperada.Cuando las enterró
Devanie abrió los ojos y no podía ver absolutamente nada.La habitación estaba sumida en tinieblas pero sus ojos captaron un movimiento que la hizo gemir asustada. Enseguida se sentó abruptamente sobre la cama cubriéndose con la frazada hasta la barbilla antes de escuchar una risa oscura que le erizó la piel.—¿Piensas que una manta te protegerá de mí? Definitivamente eres una cachorra —preguntó aquella voz masculina emergiendo de la oscuridad.Poco a poco sus ojos se adaptaron y entonces lo vio sentado a un lado de la cama.Su boca se secó mientras que su corazón comenzó a latir rápidamente bajo su pecho.—¿Es que pensabas que no lo era? Puede que ella le tuviera miedo pero ella no era una cobarde.Su madre nunca criaría a una cobarde.Devanie alzó la barbilla retadoramente.Ella no pudo ver la fascinación de Amarok al verla actuar de esa manera. Estaba completamente seguro que le temía pero eso no la había hecho retroceder y mostrarse sumisa. Por el contrario.Jamás había conocido
Amarok por primera vez en mucho tiempo sintió aquella extraña sensación que lo recorrió al ver la hermosa sonrisa de la cachorra.Sabía que no era dirigida especialmente para él, sin embargo, si fue él quien la causó por darle lo que quería.Era obvio que Devanie era mimada, por eso era feliz cuando se salía con la suya.Él no podía seguir permitiendo que ella no comiera casi nada.—Iremos a verlo, pero primero te acabarás la comida de ese plato.Devanie abrió la boca para protestar pero pronto supo que no ganaría nada con eso.Sintió la mirada del Alfa sobre ella poniéndola incómoda mientras ella devoraba la comida.*Podía sentir la cercanía del macho incluso aunque estaba a unos pasos de distancia de ella.El calor que irradiaba su cuerpo era curioso.Seguía llevando capuchas como si quiesiera ocultar su rostro religiosamente y no.entendía porqué.Ella estaba segura de que la mayoría de las personas ahí lo habían visto demasiadas veces como para que pudiera intimidarlos por su aspe