Kian estaba comandado su tropa bien organizada por la entrada del Bosque oscuro.—Quiero tres líderes. Divídanse en grupos y penetremos los cuatro límites de todos los reinos.—Alfa, ¿Estamos autorizados por el resto de Alfas?Kian apretó la mandíbula.—Me las arreglaré con ellos.Eso fue suficiente para calmar a sus hombres.—Mantendremos la comunicación. Quiero informes seguidos.—Lo tenemos, Alfa.Enseguida comenzaron a irse en diferentes direcciones mientras Kian comandaba a los suyos. Se sentía culpable recordando las palabras que Dana le había dicho antes y el no poder despedirse de ella.Quizás tenía razón y siempre arruinaba su vida cuando aprecía pero era imposible mantenerse alejado de ella.*Dana fingía tranquilidad mientras Nathan y Brent estaban cerca de ella pero estaban irritándola.De alguna manera sentía que su loba estaba llena de inquietud al igual que ella pero esta estaba descontrolada, queriendo destruir todo a su paso.Ese día se había transformado dos veces en
—Suéltame —gruñó con rudeza tirando de su brazo.Enseguida comenzó a apartarse de él siguiendo el aroma de su mellizo pero como era de esperarse el macho la siguió colocando las manos sobre la cintura de Devanie quien gritó cuando la alzó y la metió en una habitación cerrando la puerta detrás de él.El corazón de Devanie se aceleró llena de horror y miedo. —Déjame salir.El macho arqueó una ceja divertido y se rió de ella.—¿No sabes quién soy, muñeca? Eso no importa —murmuró mientras se acercaba peligrosamente a ella haciendo que la cachorra retrocediera—. Te haré recordar mi nombre.Él extendió una mano hasta ella casi rozando su mejilla pero Devanie se enfureció.Le dio un manotazo y luego se movió con rapidez golpeando la garganta del tipo para rodearlo y correr hacia la salida pero acto seguido él la detuvo tomando su pierna abruptamente. —¿A dónde crees que vas? No puedes huir de mí. Eres una lumia, me perteneces como a todos los machos que quieran tocarte.Devanie se horroriz
Devanie había luchado y se odió por ser tan débil frente a ese macho cuando ella sabía lo letal que podía ser, su padre la había enseñado, entonces ¿Por qué no podía defenderse de ese macho? ¿Por qué se sentía tan inútil?Él la empujó hasta otra habitación y Devanie notó que en ese lugar todo parecía tan tétrico.No había ventanas, fue lo segundo que notó cuando él la soltó al fin cerrando la puerta detrás de él sin quitarle los ojos de encima.—No volverás a escapar, no otra vez. Más te vale que no vuelvas a hacer otra cosa tan imprudente, pudiste romperte el cuello al saltar por la ventana y Xenón pudo haberte... Él gruñó apartando la mirada de ella sin culminar su frase.—Quítate ese vestido, no eres una Lumia.Él se volteó para irse pero ella aprovechó para golpear su espalda con furia. Sus garras no eran venenosas como las de su madre pero seguramente le harían mucho daño y quizás podría escapar.Era un intento desesperado y tonto pero ella estaba desesperada.Cuando las enterró
Devanie abrió los ojos y no podía ver absolutamente nada.La habitación estaba sumida en tinieblas pero sus ojos captaron un movimiento que la hizo gemir asustada. Enseguida se sentó abruptamente sobre la cama cubriéndose con la frazada hasta la barbilla antes de escuchar una risa oscura que le erizó la piel.—¿Piensas que una manta te protegerá de mí? Definitivamente eres una cachorra —preguntó aquella voz masculina emergiendo de la oscuridad.Poco a poco sus ojos se adaptaron y entonces lo vio sentado a un lado de la cama.Su boca se secó mientras que su corazón comenzó a latir rápidamente bajo su pecho.—¿Es que pensabas que no lo era? Puede que ella le tuviera miedo pero ella no era una cobarde.Su madre nunca criaría a una cobarde.Devanie alzó la barbilla retadoramente.Ella no pudo ver la fascinación de Amarok al verla actuar de esa manera. Estaba completamente seguro que le temía pero eso no la había hecho retroceder y mostrarse sumisa. Por el contrario.Jamás había conocido
Amarok por primera vez en mucho tiempo sintió aquella extraña sensación que lo recorrió al ver la hermosa sonrisa de la cachorra.Sabía que no era dirigida especialmente para él, sin embargo, si fue él quien la causó por darle lo que quería.Era obvio que Devanie era mimada, por eso era feliz cuando se salía con la suya.Él no podía seguir permitiendo que ella no comiera casi nada.—Iremos a verlo, pero primero te acabarás la comida de ese plato.Devanie abrió la boca para protestar pero pronto supo que no ganaría nada con eso.Sintió la mirada del Alfa sobre ella poniéndola incómoda mientras ella devoraba la comida.*Podía sentir la cercanía del macho incluso aunque estaba a unos pasos de distancia de ella.El calor que irradiaba su cuerpo era curioso.Seguía llevando capuchas como si quiesiera ocultar su rostro religiosamente y no.entendía porqué.Ella estaba segura de que la mayoría de las personas ahí lo habían visto demasiadas veces como para que pudiera intimidarlos por su aspe
Alison se deslizó por los pasillos con cuidado.Se había adaptado muy bien porque junto a su padre era una Nómada.Pero lo que escuchó aquella mañana la desconcertó por completo.—¿Qué hace ese cachorro aquí?Puede que él fuera un híbrido pero ella sabía que no pertenecía a ese lugar y no era justo que lo obligaran a estar ahí.Estaba curiosa y averiguó en qué habitación tenían a Kieran. Entonces esperó al cambio de guardia y abrió la puerta.La habitación estaba sumida en la oscuridad absoluta, sin embargo, la loba siente cuando esta cerca de ella.Antes de que pueda huir o gritar, Kieran la aplasta contra la puerta ocasionando que Alison se estremezca.Su pecho está contra la fría pared mientras que siente el pecho cálido del cachorro contra su espalda.Estaba a punto de gritar pero su palma grande se cierra contra su boca provocando un sonido ahogado.Él se inclina sobre ella murmurando en su oído:—Bueno, ¿Viniste a visitarme?—Mm...Alison se movió queriendo liberarse de su agarr
El frío golpeaba la piel de cada uno de sus hombres.Habían logrado colarse en el Bosque oscuro a pesar de los peligros que rodeaban a este, sin embargo, no les importó. Tres días habían transcurrido pero aún no habían llegado al centro de la manada.A duras penas habían descansado un poco mientras hacían guardias y se adentraban más.Al parece el Alfa del Bosque oscuro confiaba plenamente en que nadie penetrara sus tierras porque había sido sospechosamente fácil llegar a donde estaban. A penas se había topado con uno que otro híbrido que había caído muerto enseguida por sus manos.—Duérmete, hembra —gruñó Kian al ver a la loba moverse entre las sábanas que había traído—. Te dije que no deberías venir aquí.Él estaba sentado a su lado vigilándolo todo y de reojo vio como ella se incorporaba otra vez.Siempre parecía tan enérgica que lo irritaba.—¿Y perderme de toda la acción? Eso sería muy aburrido.Kian frunció el ceño mirándola y ella le sonrió.—Eres extraña.—Eso me hace especia
Kathryn vio al macho acercarse colocándose detrás de ella.Desde que estaba ahí, todos los días pedía distintos tipos de té con la mentira de que necesitaba calmar su ansiedad y afortunadamente siempre le daban lo que quería sin saber que ella estaba mezclando los ingredientes exactamente para obtener lo que quería.Despertar a su loba interior incluso aunque aún le faltaran años para que pudiera transformarse.Quería ser fuerte para poder escapar de aquel lugar. Antes había escuchado a su padre decir que su hermana Asling había hecho lo mismo para activar su poder de loba y aunque entendía los riesgos, también sabía que si no lo hacía, probablemente nadie la sacaría de ese lugar.—Vamos Kat. Toda tu vida has estado encerrada, no va a volver a pasar. No puedes permitirlo.Ella respiró profundamente antes de dejar salir el aire de sus pulmones.Tomó el último té de golpe y dejó la taza a un lado sentándose frente al espejo para cepillar su cabello rubio.Tenía que actuar como si nada