Tras esa información, el Alfa Calix sonrió, una idea muy interesante se le comenzaba a formar en la cabeza, podría utilizar a sus aliados aún mejor de lo que él había pensado, y de forma muy diferente, que fueran ellos quienes recibieran la maldición de la Diosa Luna, era uno de ellos, mientras que
Irina. - “¿Estas nerviosa?”- me preguntó Ava por quinta vez, mientras me preparaba en la choza de Nelda para el ritual Banshee de adquisición de poderes. - “No lo estoy, pero si me sigues preguntado, lo mismo voy a empezar a estarlo”- le dije claramente nerviosa, queriendo disimular mi ataque de
Desmond es el único lobo Alfa que puede imponerse a mí, y ahora más, debido al lazo de rango de la manada, y a que yo ya le había jurado obediencia por el pacto de la sangre al Alfa. Ahora mismo, la fuerza de sus órdenes es demasiado fuertes para desobedecerlas, el circulo de pareja está ligado tamb
Irina. - “Tranquila no sentirás dolor, únicamente sigue las enseñanzas que yo te he mostrado, mantén tu mente abierta y limpia ante cualquier tipo de sentimiento, abstráete de lo que te rodea, excepto de la mirada de tu mate, y toda ira bien.”- me dijo Nelda, mientras yo sentía que había un problem
Ambos asentimos, y ella, tras mirar la luna, cerró los ojos, y dijo. - “Comencemos”- en un momento, la Banshee comenzó a hablar en un idioma antiguo que nadie comprendió. Yo en el centro, sólo miraba a los ojos de mi mate, tanto yo, como Bella, vimos como de pronto, Desmond, se aparecía ante no
Narrador. Nuestro grupo estaba tan ocupado centrándose en el rito del despertar, que se dieron cuenta que ya no estaban solos, desde lejos, transformado en un lobo pequeño y discreto, alguien los estaba observando, llevan ya tiempo en esa tarea, pero sólo había podido recopilar información, que ent
Elijah. Tuve que derribarla sobre el sofá del salón, ya que me era imposible subir las escaleras con la profunda erección que sentía, lo más probable era que terminara tomándola contra los escalones que iban al primer piso. Comencé a desnudarla arrebatando su ropa como podía, y las ansias locas de
IrinaAntes de despertar ya sentí en dolor adormecido de mi cuerpo, como si hubiera estado practicando ejercicio extremo, y este protestara por el sobre esfuerzo. Poco a poco mis ojos se abrieron, y mi cabeza se quejó por el exceso de luz, que venía de las ventanas de las que yo creía que era mi hab