Irina. Poco a poco sentí que mi cuerpo se despertaba, mientras Bella me llamaba. - “¡Eh! ya es hora de despertar dormilona.”- le oí decir. Abrí los ojos buscando algo que me fuera familiar, totalmente desorientada, me encontraba en una especie de cabaña de madera llena de diferentes objetos
- “Come todo lo que quieras, hay bastante, pero come despacio, no sea que te vaya a sentar mal”- me dijo rellenándome el vaso de madera con agua, y dejando una enorme hogaza de pan sobre la mesa. La verdad era que intenté comer despacio, pero después de tres días, tenía un hambre atroz, así que e
Irina. Miré a Desmond antes de hacer lo que Nelda nos pedía, inconscientemente dejé mi mano en la suya, algo me decía que lo mismo iba a necesitar la tranquilidad y el sosiego que mi mate me trasmitía, siempre que estaba cerca de mí. -“Primero debo, saber algunas cosas por eso Luna quiero que s
-“ ¡Increíble!”- dijo el Alfa riendo con sarcasmo. –“Pues desde ya te digo, Nelda, que eso es pura patraña, para mi desgracia, desde que conozco a esta m*****a mujer no hace más que desobedecerme de forma patológica y sistemátic …”- Nelda lo interrumpió temerariamente, aunque la respuesta de Nelda f
Elijah. - “Aún no puedo creer, hijo, que tu mate, sea una omega, su aura no es para nada la de una omega, esa pequeña tiene incluso más fuerza interior que la que tenía tu madre cuando descubrí que era mi mate.”- me dijo mi padre, cuando mi madre nos echó literalmente de mi habitación. - “No sab
- “¡Joder, Elijah! nunca te habia visto ponerte tan nervioso y aterrado, creo que mi cuñada te tiene cogido por los cojo…”- comenzó a decirme Cotton, pero yo lo interrumpí agarrándolos a los dos, mientras ellos protestaban, por sus cuellos, bajo mis brazos, y comencé a arrastrarlos hacia la calle, c
Ava. En algún momento una dulce voz llegó a mi inconsciencia, era una voz atrayente, era una voz que por un momento me hizo recordar a la de mi madre, antes que fuera maltratada por la manada, y mi maldito hermano, como represaría por ser la amante del Alfa, mi padre. - “Despierta preciosa, ya
Yo, literalmente, alucinaba, no había rechazo, ni disconformidad, al contrario, ambos padres estaban encantados de que, yo, una omega, fuera la mate del beta de la manada, y su hijo. - “Veras preciosa nuera, en nuestra manada nunca vamos en contra de los designios de la Diosa Luna, ella sabe por