Narrador. - “¡No pude ser! ¿No me digas que tu Luna es una Gamma, y aún no la has marcado?, ¡Diosa, estamos en problemas!”- dijo Nelda una de las últimas Banshees que quedan en Irlanda. La cara del Alfa Desmond no demostró el nerviosismo que en realidad sentía, por estas palabras que le había dich
Durante el trayecto apenas quería pensar, pero inevitablemente, me sentía culpable de que Irina estuviera pasando por esto. Por querer hacer las cosas según las tradiciones de mi manada, había provocado que en este momento ella estuviera sufriendo. No sabía que iba a a hacer Nelda, pero estaba segur
Irina. Era extraño, me sentía llena de energía mientras corría entre la dorada luz, con mi loba a mi lado, la dualidad de mi personalidad, aunque ahora estaba separada, nos sentíamos como una sola. No necesitaba que Bella me hablara, los pensamientos, las acciones y las fuerza era igual en la dos,
Entendía a lo que esa bruja se refería, la fuerza que recorría mi cuerpo, en estos momentos, me hacía casi imposible retener a Daimon, que desea destrozar destrozara algo, correr, y estallar de furia contenida. Tras dejar a mi mate sobre la cama, la besé, aunque pronto el deseo abrumador me agobió.
Irina. Poco a poco sentí que mi cuerpo se despertaba, mientras Bella me llamaba. - “¡Eh! ya es hora de despertar dormilona.”- le oí decir. Abrí los ojos buscando algo que me fuera familiar, totalmente desorientada, me encontraba en una especie de cabaña de madera llena de diferentes objetos
- “Come todo lo que quieras, hay bastante, pero come despacio, no sea que te vaya a sentar mal”- me dijo rellenándome el vaso de madera con agua, y dejando una enorme hogaza de pan sobre la mesa. La verdad era que intenté comer despacio, pero después de tres días, tenía un hambre atroz, así que e
Irina. Miré a Desmond antes de hacer lo que Nelda nos pedía, inconscientemente dejé mi mano en la suya, algo me decía que lo mismo iba a necesitar la tranquilidad y el sosiego que mi mate me trasmitía, siempre que estaba cerca de mí. -“Primero debo, saber algunas cosas por eso Luna quiero que s
-“ ¡Increíble!”- dijo el Alfa riendo con sarcasmo. –“Pues desde ya te digo, Nelda, que eso es pura patraña, para mi desgracia, desde que conozco a esta m*****a mujer no hace más que desobedecerme de forma patológica y sistemátic …”- Nelda lo interrumpió temerariamente, aunque la respuesta de Nelda f