Ava McDonald. Sentí eso olor desde que salí del agua, desde que los efectos del elixir de mofeta desaparecieron de la ropa. Yo sabía que el elixir de mofeta era lo mejor para anular la capacidad olfativa de cualquier lobo, lo había usado siempre que huida del castillo, cuando descubrí que uno de l
Me acerque a ella, y le alcé con una mano la barbilla para que me mirara. De nuevo tembló, pero esta vez era autentico terror. -” Eres mía, nunca debes agachar la cabeza ante mí, yo también soy tuyo, somos uno.”- le dije con voz tranquila para no asustarla. -” Yo... no ... soy...”- su voz no dejab
Narrador. Mientras, tanto el Alfa Desmond, como su Beta Elijah, se encontraban ocupados intentaban controlarse a ellos mismos y a sus respectivos mates, como tercero al mando, Brandon, el delta de la manada, se ocupó de la protección y la vigilancia del lugar, no muy lejos de allí, cerca del borde
- “No te detengas estúpido, que pronto llegaran, y hay que protegerlas, hazlo ya.”- le ordenó mentalmente el Alfa. Y sin pensarlo ambos lobos con sus mates en brazos, a la carrera, se arrojaron en el helado lago. Nada más entrar entre las frías aguas del lago, entre los brazos de sus mates, tant
Ava. Ser arrastras por los infiernos de fuego y deseo incontrolable, para luego regresar a la tierra de forma tan dolorosa, era la primera vez que lo sentía, la verdad era que nunca había sentido esto, ni siquiera cuando Darío, me sometida a horas y horas de tortura sexual, que ni yo quería, ni yo
- “¡Irina, es Malcon!, junto al Beta Darío, vienen a buscarnos.”- le dije muerta de miedo mientras buscaba refugio entre los brazos que me abrazaban, sabía que, si Darío me encontraba, después de torturarme, como nunca lo había hecho, terminaría con mi vida, mientras el resto de la manada miraban, y
Elijah Martin. Sentir como mi mate se paralizaba de terror entre mis brazos, no fue algo que hubiera esperado de nuestro primer encuentro, y menos cuando casi perdimos la razón momentos antes por el maldito y enloquecedor deseo que nos invadía, el olor de mi hembra excitada, y en celo, es el olor
- “¿Alfa Desmond? ¿Qué hace por aquí?”- pregunto mentalmente el Alfa Malcon intentado disimular su miedo al ver al Rey Oscuro. - “He oído lo de tu castillo, y como rey Alfa, he venido a calmar los ánimos, pero lamentablemente llegué tarde, aunque el viaje me ha servido para encontrar a mi Luna, y