—¿Las dejo solas de nuevo? —pregunto Justin.
Serena asintió.
—No tengo nada contra ti pero… —Justin levanto sus manos.
—Está bien, entiendo —mirándome, me guiño un ojo antes de entrar de nuevo a la habitación.
Mirando fijamente a Serena, hice la pregunta que tenía pensada hacer cuando Justin nos interrumpió.
—¿Cómo puedes estar ahora con él después de lo que te hizo? —ella sonrió.
—Sabía que preguntarías eso
—Bueno, es obvio. Nadie podría perdonar algo así
—Yo si —señalo—, no le guarde rencor en aquel entonces Danielle. Porque nunca nos juramos amor eterno ni nada por el estilo. Solo éramos dos críos que disfrutaban teniendo sexo ocasionalmente y a escondidas de los demás. Él en realidad, no m
—¿Estás nerviosa? —miro a Justin sentado detrás del volante.—Si —respondo sinceramente—, ellos querrán que estés con ella—Pero yo no quiero estar con ella, te quiero a tiEstiro mi mano y tomo la suya. Él la aprieta ligeramente.—Todo va a estar bien ¿De acuerdo? Es lo que me has dicho desde que esta locura comenzó—Ahora no tengo fuerzas para hacerle de frente —admito sintiéndome débil.—Oye —Justin toma mi rostro entre sus manos—, no hay nada que ellos puedan hacer para obligarme a estar con Anabelle. Entraremos allí, les diremos que nos amamos, que estamos casados y lo seguiremos estando. Que Anabelle deberá hacerse una prueba de ADN y que aunque ese niño sea mío, no cambiara que estamos casados—Tal como te lo digo en casa —susurro, recon
A veces desearía que la realidad fuera más parecida a los cuentos de hadas que leía de pequeña. Príncipes en brillantes armaduras con briosos corceles, que luchaban con valentía contra él mal y rescataba a la damisela en apuros. Pero lastimosamente ni Justin era un caballero de brillante armadura, yo no era una damisela en apuros y Anabelle no era él mal al que podíamos acabar con simplemente blandir una espada.Y si eso era así ¿Significaría que no tendríamos un final feliz?Y a veces se sentía así. Sobre todo cuando en los últimos siete días seguidos a la discusión con nuestros padres, Anabelle se encargó de arruinar todos y cada uno de nuestros días. De cualquier forma que pudiera.—¿No vas a levantarte? —mis ojos se despegaron del techo y mire hacia Justin.Sólo usaba una toalla en la cin
Apenas entré por la puerta de la sala, Justin me enfrento como un león asecha a su presa. Intenté ignorarlo pero todo el tiempo estuvo encima de mí. Y no decía nada, lo que solo me incomodaba aún más ¿Cómo terminamos en esta situación?—¿Qué tal tu día? —pregunte, ya harta del incomodo silencio.—No muy bien. Sigo sin conseguir un buen trabajoMe entristeció saber eso. Él había estado todos estos días buscando un buen trabajo, ya que como bien su padre le dice, no había seguido depositándole dinero, y yo no ganaba demasiado con mis tutorías.—Ya vendrá algo mejor. También estuve buscando algo para mí, no eres el único que debe contribuir por aquí —mire alrededor—. ¿Dónde está Ryan?—Serena —
—No puedo más —se queja Justin—. Tengo que hablar con élAliso mi cabello irritada. Todo este asunto del dinero está comenzando a enloquecerme, por no contar las consecutivas visitas de Anabelle. Y ahora Justin quiere hablar con su padre para que le regrese el dinero.—Eso es lo que quiere ¿Lo sabes, verdad? —Justin gruñe.—No puedo vivir así hermosa—¿Así como Justin? ¿Sin lujos? —escupo—. No sé qué tan difícil pueda ser, yo he vivido así un tiempo y sigo viva—No me refiero a eso—¡¿Entonces a qué demonios te refieres?! —yo sigo con mi irritación desde el jueves.Justin tira de sus cabellos y camina de un lado a otro.—Hermosa, es domingo. Por favor no discutamos tan temprano—No fui yo quien comenzó la disc
No sé cuánto tiempo estuve mirando a la nada. Mi cerebro no funcionaba correctamente, no maquinaba. No podía pensar en otra cosa más que en lo que Jackson me había contado. Si todo eso era cierto ¿Qué pasaría entre Justin y yo?Dolía como el infierno pensar que era verdad. Que él eligiera el dinero antes que yo.Ese no era el hombre del que me había enamorado. ¿Cómo había cambiado tanto en tan poco tiempo? ¿Cómo Anabelle había podido arruinar mi vida?Quería llorar, gritar, golpear a alguien. Pero no podía. Misteriosamente, las lágrimas no salían de mis ojos, solo sentía ira y dolor, pero mi cuerpo no reaccionaba. Yo simplemente no reaccionaba.—¿Danielle?Pero su voz lo cambió todo.Me encontré viendo a Justin caminar hacia mí, preocupaci&oacut
Tomo probablemente dos horas calmarme por completo. Desde que había llegado a casa de Nathan no había parado de llorar, y él solo me consolaba. No preguntaba porque estaba allí, tampoco porque estaba así, solo me abrazaba y me consolaba.Él definitivamente era el mejor amigo.Seguía sin entender como Justin había podido elegir el dinero sobre mi ¿Qué pasaría con todo lo que habíamos vivido? ¿Con todo el amor que decía tenerme? ¿Era más fuerte su amor por el dinero?—¿Te sientes mejor? —asentí sentándome en la cama.Dejando mis pensamientos a un lado mientras veía a Nathan entrar en la habitación.—De verdad, gracias por todoNathan sonrió, sentándose a mi lado de nuevo. Aliso mi cabello detrás de mi oreja.—¿Necesitas algo más
—¿Tú? —mi garganta se seca.Si ella lo sabe todo ¿Cómo es que no está despotricando y golpeándome en este instante?—No estoy enojada contigo Danielle —dice calmadamente.—Pero supe lo de Serena y Ryan y no te conté nada—No era tu asunto —ella me regala una media sonrisa—. ¿Puedes decirme ahora que te ocurre?Mire a Nathan y de vuelta a ella varias veces, porque no sabía que decir. Nathan se levantó de su asiento en la barra y camino hacia mí.—Supongo que debo irme —beso mi cien—. ¿Estarás bien? —asiento.—Gracias por todo, de nuevoAcarició mi mejilla y dejó su mano en mi cuello mientras besaba mi frente.—Llámame si necesitas algo —susurro.—De acuerdoÉl se retiró a rega&n
—OyeAbrí mis ojos, asustada. Nathan sonrió al ver mi expresión y puso cara de inocente.—Lo siento, no quise asustarte—No me lo parece —bufé enfadada.Él solo rió, mientras se sentaba a mi lado en la cama.—No esperaba encontrarte dormida. Solo fui por pizza—Me ha estado dando demasiado sueño últimamente. Y ahora que voy a estar todas las noches en la biblioteca, debo dormir de día —me defendí ofendida.—Hablando de eso, ¿Estás segura de que quieres hacer eso? —asentí.—No puedo ver a Justin, Nathan. Nada bueno saldría de eso —él suspiro.—Vino a verme al trabajo hoy —mis ojos se abrieron.—No le dijiste que estoy aquí ¿Verdad? —él negó——Pero lucia desesperado, Danie