—¡Oigan tortolos! —Justin y yo volteamos y un flash es disparado en nuestra dirección.
—Oh, qué bonitos —exclama alguien.
Justin se acomoda hasta abrazarme de nuevo desde atrás. Veo como la mayoría está rodeando a Devora, la dueña de la cámara.
—Está me gustó mucho, si señor —asiente ella.
Río viéndolos intentar quitarse la cámara.
Y me doy cuenta que no tenemos fotos juntos, o al menos no que yo recuerde.
—¿En serio tanto alboroto por una foto nuestra? —Justin ríe.
—Así parece
—Están locos —río de nuevo, acompañando su risa.
—Solo están emocionados ante unos recién casados
Phill en ese momento aumenta el volumen de la música y podemos oír This girl de Laza. &Ea
—Justin —me levanto, haciendo la estúpida prueba una bola—, escúchame —tomo su rostro entre mis manos—. Solo fue una vez ¿Cierto? —él asiente—. ¿Te protegiste? —él vuelve a asentir—. Entonces no pasa nada. Solo es una mentira más de ella—La fecha, Danielle —susurra.—Ignora la fecha Justin, usaste protección—¡Los condones se rompen! —grita sobresaltándome.Tomo una profunda respiración. Entiendo que él esté alterado, y si le grito de vuelta solo lo alteraré más.—Lo sé —susurro en voz baja—, pero ¿Qué probabilidad hay de que lo que ella dice sea cierto? Solo una vez y un condón se rompe ¿No te parece demasiada coincidencia?—Un doctor no podría equivocarse —dice seriamente, leva
Me despierto con un horrible dolor de cabeza.Gimo girando sobre mi misma y miro el reloj sobre la mesa de noche, marca la 01:49am. Parpadeo intentando deshacerme del ardor en mis ojos, pero no logro nada. Probablemente ese ardor se deba a lo mucho que llore hasta quedarme dormida, al igual que el dolor de cabeza.Me siento en la cama y veo la obscuridad que me rodea. La habitación se ve tan extraña sin Justin aquí.Me levanto temblorosa y camino a la cocina a por una aspirina.Cuando me dispongo a volver a mi habitación una risa familiar me hace quedarme petrificada donde estoy.—¿Por qué tienes que irte? Recién comenzamos a divertirnos —escullo el murmullo de la voz de Ryan.La puerta de su habitación está entreabierta. No logro ver quien está dentro pero si puedo escuchar con claridad, aunque hablen en voz baja.—No puedo arriesgarme a que
Intenté salir de la habitación pero Justin me retuvo, tomándome de la cintura. Quise salir de allí, alejarme de él lo más que pudiera. Estaba hecha un lío y mi corazón dolía por culpa de la única razón que podía calmarme.Solloce y lo empuje, pero él no se inmuto. Me mantuvo sujeta firmemente de la cadera, contra la pared y con su cuerpo bloqueándome. No importaba lo que hiciera, él simplemente no me dejaba ir.—Suéltame —pedí con un susurro.—No, tienes que escucharme—Te escuche lo suficiente anoche —forcejee pero de nuevo nada—, no fue nada bonito lo que dijiste—Pero necesitas escucharme ahora —repuso, tomando mis manos y apresándolas contra su pecho.El resto de su cuerpo se pegó al mío. Ahora sí, estaba completamente inmovilizada.&mdash
—¿Cómo crees que lo tomen ellos? —pregunte en un susurro.Justin se tensó debajo de mí y me abrazo con fuerza.—No lo sé. Pero una cosa es segura, no será con felicidad —tomó su móvil de encima de la mesa de la sala y deslizo los dedos en él—. Esto me lo dejó mi padre anocheUn segundo después, la voz de Jackson Drake llegó a mis oídos.—¡¿Cómo pudiste dejar a una chica embarazada, Justin Drake?! ¡¿Y COMO PUDISTE CASARTE CON OTRA CHICA?! ¿En qué demonios estás pensando? Vas a traer tu culo a casa lo antes posible, si no quieres que vaya y… —silencio.Levante mi vista confundida y Justin sacudió la cabeza.—No hay necesidad de que escuches lo siguienteMe relaje contra su cuerpo y aspire el aroma de su cuello. Olía a ja
—¿Las dejo solas de nuevo? —pregunto Justin.Serena asintió.—No tengo nada contra ti pero… —Justin levanto sus manos.—Está bien, entiendo —mirándome, me guiño un ojo antes de entrar de nuevo a la habitación.Mirando fijamente a Serena, hice la pregunta que tenía pensada hacer cuando Justin nos interrumpió.—¿Cómo puedes estar ahora con él después de lo que te hizo? —ella sonrió.—Sabía que preguntarías eso—Bueno, es obvio. Nadie podría perdonar algo así—Yo si —señalo—, no le guarde rencor en aquel entonces Danielle. Porque nunca nos juramos amor eterno ni nada por el estilo. Solo éramos dos críos que disfrutaban teniendo sexo ocasionalmente y a escondidas de los demás. Él en realidad, no m
—¿Estás nerviosa? —miro a Justin sentado detrás del volante.—Si —respondo sinceramente—, ellos querrán que estés con ella—Pero yo no quiero estar con ella, te quiero a tiEstiro mi mano y tomo la suya. Él la aprieta ligeramente.—Todo va a estar bien ¿De acuerdo? Es lo que me has dicho desde que esta locura comenzó—Ahora no tengo fuerzas para hacerle de frente —admito sintiéndome débil.—Oye —Justin toma mi rostro entre sus manos—, no hay nada que ellos puedan hacer para obligarme a estar con Anabelle. Entraremos allí, les diremos que nos amamos, que estamos casados y lo seguiremos estando. Que Anabelle deberá hacerse una prueba de ADN y que aunque ese niño sea mío, no cambiara que estamos casados—Tal como te lo digo en casa —susurro, recon
A veces desearía que la realidad fuera más parecida a los cuentos de hadas que leía de pequeña. Príncipes en brillantes armaduras con briosos corceles, que luchaban con valentía contra él mal y rescataba a la damisela en apuros. Pero lastimosamente ni Justin era un caballero de brillante armadura, yo no era una damisela en apuros y Anabelle no era él mal al que podíamos acabar con simplemente blandir una espada.Y si eso era así ¿Significaría que no tendríamos un final feliz?Y a veces se sentía así. Sobre todo cuando en los últimos siete días seguidos a la discusión con nuestros padres, Anabelle se encargó de arruinar todos y cada uno de nuestros días. De cualquier forma que pudiera.—¿No vas a levantarte? —mis ojos se despegaron del techo y mire hacia Justin.Sólo usaba una toalla en la cin
Apenas entré por la puerta de la sala, Justin me enfrento como un león asecha a su presa. Intenté ignorarlo pero todo el tiempo estuvo encima de mí. Y no decía nada, lo que solo me incomodaba aún más ¿Cómo terminamos en esta situación?—¿Qué tal tu día? —pregunte, ya harta del incomodo silencio.—No muy bien. Sigo sin conseguir un buen trabajoMe entristeció saber eso. Él había estado todos estos días buscando un buen trabajo, ya que como bien su padre le dice, no había seguido depositándole dinero, y yo no ganaba demasiado con mis tutorías.—Ya vendrá algo mejor. También estuve buscando algo para mí, no eres el único que debe contribuir por aquí —mire alrededor—. ¿Dónde está Ryan?—Serena —