Mi respiración va aumentando de ritmo a medida que los segundos pasan. Justin sigue sobre mí, pero no sabría describir su expresión.
Cuando voy a hablar, me besa. Y cuando se separa, entierra su cabeza en mi cuello.
—Gracias al cielo —lo oigo murmurar.
Frunzo el ceño.
¿De qué demonios está hablando?
¿De mi virginidad?
—¿Justin? —él se separa de mi con lentitud.
Cuando veo su rostro, hay una sonrisa dividiendo su rostro en él.
—Realmente estoy muy agradecido por esa información —mis ojos se abren.
—¿Ah, sí? —asiente— ¿Por qué?
No escondo mi confusión, quiero decir… ¿Quién querría una novia de veinte años virgen?
—¿Sabes lo que me atormentaba pensar en ti y en Brandon
—Nathan —lo encuentro apoyado a la pared de la cocina con los ojos cerrado, al escucharme los abre.—¿Por qué no me esperaste afuera? —dice de manera brusca, más brusca de la que habría esperado.—Necesitamos hablar, sé que te ocurre algo —él va a hablar pero doy un paso más cerca y coloco mis manos en sus hombros—. No me mientas —susurro mirándolo a los ojos.Él no dice nada.—Nathan te conozco. Solo porque lo nuestro no haya funcionado no finjas que nunca existió una amistad… —lamo mis labios— extraño a mi amigoSus ojos se abren.—Extraño como éramos antes, cuando no había complicaciones. Has estado alejado de mí desde que rompimos y lo entiendo, y puedes mandarme al demonio luego, pero ahora sé que necesitas a una amiga. No me apartes de tu lado ahor
Camino en dirección a Anabelle, quien está de brazos cruzados apoyada en su auto, su mirada de odio es notable a metros y está junto a Barbará; ni más ni menos.—Esto será feo —susurro para mí misma.—Así que la zorra se dignó a aparecer —espeta Bárbara cuando estoy cerca de ellas pero a una distancia prudente——Cállate —le dice Anabelle—, mi hermana no sé merece ese trato ¿O si hermanita? —pregunta con ironía.—Anabelle ¿Porque no hablamos a solas? Bob me dice que estabas gritando y…—¿Y qué? —me interrumpe de golpe—. No eres tu una de las que odia las mentiras ¿Qué tiene de malo que yo quiera que todos se enteren la clase de hermana que tengo?—Una zorra —ríe Bárbara de nuevo.—¿C
Me despierto por un ruido…Abro con lentitud los ojos y la claridad que entra por la ventana me da a entender que ya ha amanecido.Inmediatamente quiero saber la hora, me siento en la cama buscando un reloj pensando que se me hará tarde para el trabajo pero entonces el hecho de estar sin trabajo cae sobre mí como un balde de agua fría.Me dejo caer de nuevo en la cama y me hago un ovillo. Mi trabajo, perdí mi trabajo.Cierro los ojos, pensando que estoy en un mal sueño y que pronto sonará el despertador y me despertará de esta pesadilla y regresaré a la realidad. Pero nada pasa, porque ya estoy en la realidad. Y en la realidad, estoy sin trabajo.—Hola —susurra una voz en mi oído—, despierta dormilonaMe remuevo inquieta y con lentitud abro mis ojos. Justin está justo en frente.—Buenos días —besa mi sien.
—¿A dónde vamos? —pregunto mirando por la ventanilla del auto de Justin.—Vamos a que te tatúes mi nombre —suelto una risita.—Claro ¿Y luego vamos a que tu te hagas un piercing? —ironizo.—Los piercing no son lo mío—Tampoco son lo mío los tatuajesLo escucho reír y luego siento su mano buscar mi mano izquierda.Miro nuestras manos entrelazadas y luego su perfil.—Tengo un novio tan guapoMe mira unos instantes con una sonrisa antes de volver su vista al frente.—¿Te parezco guapo? —resoplo.—¿No quedó claro que mis expectativas eran altas? Si no fueras guapo, no estaría contigo—Claro, porque eres tan superficial que solo piensas en el físico —blanqueo los ojos.—¿Crees que sería superficial? &md
Justin acaricia mi hombro derecho, con cuidado de no lastimarme.Estoy acostada boca abajo a su lado, mirando sus hermosos ojos.—Es muy bonito —dice de nuevo.—¿Cuándo se quitará lo enrojecido? —pregunto.—En un par de días, si tenemos los cuidados necesarios—Sé que los tendrásÉl sonríe y besa mi frente.—¿Estás cansada? —niego.—Creo que; sabiendo que no haremos mucho, podríamos hablar —él ríe. —¿Qué hace ella aquí? —pregunta Justin, claramente recuperado del shock inicial.—Justin... —dice su padre severamente— ¿Qué manera esa de referirte a tu novia?Mis ojos se abren. Pensé que ellos...—¿Qué parte de que Anabelle no es mi novia no entiendes tú? —le responde y luego mira a Anabelle—. ¿A qué demonios estás jugando?—¿Si se dan cuenta como cambió no? —pregunta esta con cara de víctima—. Y todo por culpa de Danielle—¡¿Qué?! —casi grito.—Tenía la esperanza de que t34.
—¿Estás bien? —le pregunto a Nathan.Después de recibir una llamada suya en la que sonaba un poco alterado, no dude en verlo.—No —responde abrazándome—, no lo estoyLe devuelvo el abrazo y él se aferra a mí con fuerza.—¿Qué pasa? —se separa de mí.—Mamá quiere que haga las paces con el señor que dice ser mi padreSuspiro y le señalo una banca vacía a las afueras del campus. Ambos nos sentamos uno junto al otro pero ninguno dice nada.—No quieres hacer las paces con él —afirm
—Practica las fracciones Holly, mañana haremos énfasis en ellas —le digo a mi pequeña alumna mientras recojo mis cosas.—Soy un asco con las fracciones Danielle—Sólo tienes que tener un poco más de paciencia con ellas —le digo sonriendo.—¿Y para qué hacerlas? Son una mierda—Ese vocabulario, Holly —la reprende su madre, entrando a la habitación.Holly responde haciendo una mueca de desdén y luego marchándose de allí. Su madre suspira.—Lo siento —le sonrío a modo de tranquilizarla.—Sólo