Abigail se reunió nuevamente con Roy, quien estaba vigilándola muy de cerca.
-¿Qué queria el decano?
-En realidad, aun no lo sé – la chica solto un bufido, no sabía si se trataba de la conmoción o del momento, pero ella en realidad no alcanzaba a darle un significado aun a las palabras del decano, no sabia si queria que ella se fuera de la universidad o que era lo que estaba planeando, sus palabras le habían resultado confusas, como si fueran un acertijo que solo ella tuviera que descifrar.
-¿No lo sabes? – Roy frunció el ceño.
-No Roy – ella frunció los labios – ¿te importaría ponerme esto? – ella le dio la cadenita al mastodonte, quien la miró con atención y entonces se posiciono frente a él, dándole la espalda y recogiendo su cabello hacia un lado.
-Claro – Roy dejo el dije sobre el pec
-Tu vienes conmigo – él la llevo hasta una de las muchas habitaciones inhabitadas en su casa y se encerró allí con ella – No sé qué tengo que hacer contigo Abigail, no sé qué de otra forma quieres que te trate, lo he intentado de todas las maneras, he intentado ser bueno contigo, he sido rudo, he sido de todas las formas posibles y aun asi tu no aprendes – dijo, dándole un sermón del que él también estaba harto ya.Abigail lo vio a los ojos, a ese cinismo que él derrochaba y chasqueo la lengua mientras se limpiaba las lágrimas dolorosas que caían de sus mejillas.-Quiero que me dejes libre o quiero que termines con esto – dijo, acercándose a él sin titubar, queria dejar de tenerle miedo, dejar de pensar en él como si fuera un ser mitológico, porque la verdad estaba muy lejos de eso.-Tu sabes que no voy a hacerlo,
-¡Abigail despierta! – Dominic la zarandeo e hizo que ella abriera los ojos en contra de su voluntad.Era la primera vez en mucho tiempo que conseguía conciliar el sueño y no deseaba levantarse de la cama.-Déjame dormir un poco más – le pidió a Dominic.El hombre la vio desde donde estaba, vio su cuerpo que estaba hecho una bolita para cubrirse del frio, vio sus ojos cerrados y entonces solto un suspiro, en realidad habría querido dejarla ahí para que ella pudiera dormir más, pero después de lo que su hermano le había dicho la noche anterior, Dominic no podia tener mas concesiones con ella, no podia permitirse volverse una persona débil a causa de alguien que no hacia más si no detestarlo.-¡Abigail, que te levantes! – dijo esta vez con el tono de voz más alto.Abigail lo ignoro y siguió durmiendo, hasta que Dominic hizo
Abigail fue con total libertad hasta la casa de Dominic, la chica simplemente abrio la cerca, paso al otro lado y camino por la casa de Dominic como si fuese suya, queria dejar de tener miedo, dejar de temerle a un hombre que era igual de mortal que ella.La chica fue hasta el estudio del hombre y llamo a su puerta, de inmediato Dominic le dio permiso de entrar, aunque el hombre no esperaba que quien estuviera al otro lado fuera precisamente ella.-¡Abigail! ¿Qué haces aquí? – pregunto, casi con un atisbo de alegría mientras cerraba su portátil.Había pasado alrededor de tres meses de aquella tragedia que aun carcomía el corazón de Abigail, tres meses desde que Gabriel había muerto y tres meses desde que ella había tenido que aprender a vivir con eso dentro del pecho. Aunque debía aceptar que la chica últimamente ya no se sentia tan responsable o triste, de alguna for
Eran las seis de la tarde y Abigail acababa de salir de la única clase de tarde que estaba viendo por ese entonces, la chica salió de la universidad y se reunió con Roy.-Hola, amigo – lo saludo de manera amigable mientras el mastodonte hacia una mueca parecida a una sonrisa.-Señorita Page – asintio y le abrio la puerta del auto.-Ya deberías saber que no soy una damisela en peligro, Roy, yo misma puedo abrir la puerta del auto.-Este es mi trabajo – Roy espero hasta que ella entrara y se sentara sobre los asientos de cuero y entonces cerró la puerta subiéndose en el puesto del piloto.De inmediato, Abigail pidió lo que había estado deseando durante todo el día.-Roy, quisiera pedirte un favor – suspiro.-Por supuesto, dígame – Roy la observó con atención a través del retrovisor.-Quiero que me lleves
Dominic entró nuevamente en su estudio con dos tazas de café en la mano, de inmediato se dio cuenta de que la chica estaba prácticamente llorando en el sofá de su oficina. -Abigail, ¿Está todo bien? – le pregunto.Ella tardo un rato, pero al final levanto el rostro y negó con la cabeza, no podia mentirle y tampoco queria hacerlo, de alguna forma sabía que Dominic podia e iba a ayudarla y ella iba a hacer uso de ese recurso.No importaba el pasado, o como él la hubiera podido tratar antes, lo único que Abigail tenía era el presente y un futuro que no queria para su hermana.-¿Qué sucede? – él dejo las tazas de café en una mesita aparte y se sentó con ella en el sofá.Abigail lo vio a los ojos y se dio cuenta de inmediato de las ojeras oscuras que rodeaban los ojos oscuros del hombre, se fijó un poco m
-¡Quítale las manos de encima! – grito Abigail, que estaba dispuesta a alejar a ese hombre su hermana, sin embargo Roy la detuvo antes de que ella pudiera dar un paso más.-Déjamelo a mi – sentencio.El mastodonte fue con toda calma hasta la cama, en donde el hombre ya se estaba incorporando, y entonces sin decirle nada, sin derramar ni una sola gota de sudor, le pego un puñetazo que encajo en toda su mandíbula.-¡Pero ¿De qué demonios se trata todo esto? ¡Yo pague por esa ramera! – sentencio, señalando a Heather.Abigail sintió que la rabia le recorría cada fibra de su cuerpo, y a pesar de la orden que Roy le había dado, y a pesar de que sabía que involucrarse no era la mejor de las ideas, ella se acercó al hombre y le dio una sonora bofetada.-¡Ella no es una ramera! – grito.Heather veia desde la cama
Abigail durmió esa noche como hace mucho tiempo no había podido dormir, se sentia tranquila porque su hermana estaba con ella y porque sabía que al despertar la vería allí a su lado acompañándola y sobre todo, cuidándola. La chica abrio los ojos con pesadez y se los froto con las manos, por la ventaba de su cuarto se colaban los rayos del sol que esa mañana estaba más potentes que nunca.-Buenos días, bella durmiente – la molesto Heather, quien habia estado despierta desde hace un buen rato, eran casi las nueve de la mañana.-Dime por favor que no has estado mirándome dormir – gruño Abi con la voz pastosa.-En realidad si – Heather se burló – llevo casi ¿Qué? Ocho meses sin verte dormir, no podía dejar pasar esta oportunidad.-Estás loca – Abi se cubrió con sus sabanas y evito que Heather
Dominic, que estuvo bebiendo en el bar de uno de sus únicos amigos, llego a la casa casi trastabillando, si no fuera por todo su equipo de seguridad y su conductor, probablemente habría tenido un accidente, el hombre no era capaz de coordinar sus movimientos y de darle una orden sensata a su cerebro.Dominic no era un hombre que estuviera a acostumbrado a beber, sentia que el licor le hacía perder potestad sobre sus capacidades, le quitaba el poder y a él nunca le habia gustado nada que pudiera amenazar su autonomía, pero esa noche sentia que lo necesitaba, más que nunca, debía emborracharse para ver si asi lograba aclararse la cabeza, debía hacerlo para ver si su vida comenzaba a tener sentido, porque la verdad es que últimamente había estado bailando en un limbo que no le agradaba nada.Dominic, el hombre que siempre había tenido el panorama muy claro, se sentia gravemente afectado por una c