Abigail durmió esa noche como hace mucho tiempo no había podido dormir, se sentia tranquila porque su hermana estaba con ella y porque sabía que al despertar la vería allí a su lado acompañándola y sobre todo, cuidándola. La chica abrio los ojos con pesadez y se los froto con las manos, por la ventaba de su cuarto se colaban los rayos del sol que esa mañana estaba más potentes que nunca.
-Buenos días, bella durmiente – la molesto Heather, quien habia estado despierta desde hace un buen rato, eran casi las nueve de la mañana.
-Dime por favor que no has estado mirándome dormir – gruño Abi con la voz pastosa.
-En realidad si – Heather se burló – llevo casi ¿Qué? Ocho meses sin verte dormir, no podía dejar pasar esta oportunidad.
-Estás loca – Abi se cubrió con sus sabanas y evito que Heather
Dominic, que estuvo bebiendo en el bar de uno de sus únicos amigos, llego a la casa casi trastabillando, si no fuera por todo su equipo de seguridad y su conductor, probablemente habría tenido un accidente, el hombre no era capaz de coordinar sus movimientos y de darle una orden sensata a su cerebro.Dominic no era un hombre que estuviera a acostumbrado a beber, sentia que el licor le hacía perder potestad sobre sus capacidades, le quitaba el poder y a él nunca le habia gustado nada que pudiera amenazar su autonomía, pero esa noche sentia que lo necesitaba, más que nunca, debía emborracharse para ver si asi lograba aclararse la cabeza, debía hacerlo para ver si su vida comenzaba a tener sentido, porque la verdad es que últimamente había estado bailando en un limbo que no le agradaba nada.Dominic, el hombre que siempre había tenido el panorama muy claro, se sentia gravemente afectado por una c
Abigail se quedó de piedra justo allí donde estaba, mirando a Dominic que acababa de ponerse en pie y estaba caminando en su dirección.-¿Para qué quieres que me quede? – preguntó ella, sintiendo un repentino vacío en su estómago.-¿No es acaso obvio? – respondió con la voz ronca.-No, no lo es… por eso lo estoy preguntando.-No nos hagamos los inocentes, Abigail.La chica sintió que su corazón comenzó a palpitar de prisa contra su pecho, una parte de si creía que Dominic le iba a cobrar el favor que le había hecho con Heather, tal vez Dominic solo queria reclamar el pago por algo que ella le habia pedido, pero la otra parte le decía que no se trataba de eso, que Dominic queria estar con ella por razones muy diferentes, sus ojos se lo decían, esos ojos hambrientos de él que la miraban con pasión y d
Dominic, que seguía aun consternado por lo que Abigail le había dicho, sabia que quiza apartarse de ella era la mejor de las ideas, él no estaba planeando rogarle, no estaba planeando arrastrarse para que ella durmiera con él, o para que le diera un beso ni mucho menos, si después de todo Abigail seguía creyendo que él era un monstruo entonces no sabía de que otra forma cambiar esa imagen que ella tenia de él.Dominic no conocía de grandes gestos y no sabia como tener uno con una chica que seguía siendo una desconocida para él, una desconocida porque ella se negaba a dejarlo entrar en su vida y a conocerlo como él era realmente.Asi que como no veia otra alternativa, lo único que Dominic pudo hacer aquella noche fue empacar sus pertenencias y buscar un destino en el globo terráqueo que estuviera lo suficientemente lejos de la chica, como para no tener que pensar o v
Abigail vio la mirada siniestra en los ojos de Alexis y sintió que estaba a punto de llorar, no conocía a la perfección los alcances de Alexis, pero sabía que no había nada peor que un amor no correspondido, y el quid de la cuestión era que ella estaba en medio de una pelea que no le correspondía, porque su intención jamás había sido reemplazar a Alexis, ella nunca había deseado apartarla de Dominic ni mucho menos, y por eso no entendía las acusaciones de Alexis.-¡Eres insoportable! – siseo la morena, acercándose a Abi que se quedaba sin espacio para huir – eres insoportable y te odio por eso, Abigail, siempre creí que el odio era un sentimiento despreciable y que nunca iba a sentirlo por nadie, pero en este momento, justo aquí en este pasillo, yo siento odio por ti y por todo lo que eres y representas, eres como un maldito cáncer.-Alexis,
-¿Cómo te sientes? – le pregunto Heather a Abigail.Abi abrio los ojos con pesadez y adapto su vista a las luces blanquecinas que había en la habitación, miro a su alrededor y se dio cuenta de que no estaba en su habitación, ni mucho menos en su casa, estaba en un hospital, el olor a fármacos, el sonido fastidioso de las máquinas y la aguja inyectada en su mano se lo decía.-¿Qué paso? ¿Por qué estoy aquí?Heather cerro los ojos por un momento, recordando lo que había dicho el doctor.-Abi, ¿No te acuerdas de Nada? ¿De Alexis? ¿De lo que paso en la mañana? – cuestiono, acariciándole la cabeza.-No – Abi intentó buscar en su memoria, pero solo había retazos de todo lo que había sucedido, no eran muchos los recuerdos que se habían perdido, pero si tenía vacíos
-¡Agh! Me duele la espalda, estas camas no son nada cómodas – dijo Abi incorporándose en la camilla de aquel hospital.-No se preocupe, señorita Page, que estoy seguro de que el señor Salvatore se encargará de que usted este muy cómoda el día de hoy – dijo Roy de manera Socarrona.Heather miro a Roy, se echó a reír y entonces Abigail rodo los ojos con fingido fastidio – ¡No me digas que tu también estas con la misma estupidez! – espeto.-¿Cuál estupidez? – el hombre levanto los hombros con indiferencia, pero de sus labios se queria escapar una sonrisa.-Esa de Dominic y yo – bufó.-¡Abi, pero si no es ninguna estupidez! – exclamó Heather.-¡Cállense ustedes dos! Y que extraño que estés tan divertido hoy, Roy, en primer lugar, porque tu conoces muy bien a Domin
Esa mañana en particular Dominic se levanto gravemente afectado por lo que Abigail le había dicho la noche anterior, estaba harto de que ella siguiera creyendo que él era un monstruo a pesar de todas las cosas que había hecho para demostrarle lo contrario, y necesitaba un gesto de verdad, uno que le dijera a ella que él la queria, de una forma que ni siquiera él mismo era capaz de entender, de una manera en la que nunca había querido a nadie nunca en su vida.El hombre se levanto de la cama, fue al baño en donde se dio una ducha larga de agua fría, se puso su acostumbrado traje de color negro y salió de la habitación en dirección a su oficina.Una vez que estuvo ahí, pidió un café y llamó a Arthur, uno de sus guardaespaldas, quien se presentó de inmediato ante él en la oficina.-¿Me necesita, señor? – cuestiono.
-¡¿En serio no te diste cuenta de la forma en que te vio?! – le preguntó Marcia a Abigail mientras salían de la última clase y Marcia se burlaba de su amiga.-Él no me estaba viendo de ninguna manera en particular – Abi volteo los ojos y solto un suspiro.Marcia no había dejado de molestar a cerca de uno de los nuevos profesores de la universidad, que según Marcia estaba enamorado de Abigail por la forma en que siempre la miraba.-Es imposible que ese hombre este enamorado de mi – chillo Abi – tiene como ¿Qué? Cincuenta años.-Él podría ser tu sugar daddy – Marcia levanto los hombros restándole importancia.-¡Por supuesto que no! – espeto Abi.-No entiendo porque eres tan puritana, Abi, ¿Qué es lo que pasa contigo? ¿Acaso tienes a alguien de quien no me has querido hablar? – cue