Bianca Vítale oriunda de Vernazza un pueblo pequeño de Italia con unos grandes paisajes como los hay en casi toda Italia. Bianca nació un 24 de febrero de 1992 y su padre Giuseppe dice que hasta el día de hoy ese fue el día más feliz de toda su vida. Bianca nació en cuna italiana donde su familia era increíblemente numerosa y donde la comida siempre sobraba, sus padres desde que vieron esos ojos azules que la pequeña Bianca había heredado de su difunto bisabuelo Mario Vítale, supieron que Bianca sería una niña especial y también sabían que aunque estaban bien económicamente debían buscar otros horizontes para que su hija pudiese desarrollar todo su potencial, así que en 1994 el matrimonio Vítale decidió mudarse a Estados Unidos donde algunos parientes de ellos habían tenido suerte y estaban ganando buen dinero además querían que Bianca tuviera la mejor educación posible. Pero como a todos los inmigrantes, no todo lo que brilla es oro y en realidad los parientes de ellos debían trabajar jornadas excesivamente extenuantes para cubrir a penas el gasto diario, Giuseppe y Alfonsina decidieron emigrar a república dominicana donde un amigo de la pareja dijo que les ayudaría a surgir y que contarían con su ayuda, la idea racional seria regresarse a Vernazza, pero Giuseppe siempre ha sido un hombre increíblemente orgulloso y la familia italiana se les conoce por ser trabajadores, así que Giuseppe no regresaría a Italia a dar de que hablar, sacaría a su familia adelante como fuese. Así que al llegar a república dominicana Giuseppe ser puso a vender pan, Alfonsina cocinaba delicioso así que hacía pasta, pizza, risotto y lasaña para vender y así Giuseppe se le fue ocurriendo la idea de montar un negocio de víveres, una tienda en el barrio donde vivían, algo que le quedara de patrimonio a su hija Bianca para el futuro.
Con el pasar de los años, Alfonsina y Giuseppe le enseñaron todo lo que sabían a su hija Bianca, a cocinar, a hornear pan, también a administrar un poco el dinero que ella tenía, sus ahorros. No había ser sobre la faz de la tierra que Giuseppe y Alfonsina adoraran más que a Bianca, no solo por ser su única hija, sino porque además Bianca los ayudaba con lo que fuese necesario, le ayudaba a su padre a hornear el pan, a su madre a cocinar cuando esta tenía que preparar banquetes con muchísima comida para eventos, bodas, fiestas y pare de contar. Bianca lo hacía con mucho amor, aunque a veces faltaba a clases por quedarse hasta tarde ayudando a sus padres, sus padres le insistían que no tenía que ayudarles, que los adultos eran ellos, no ella, que ella solo tenía que preocuparse por estudiar, pero la pequeña se las arreglaba para siempre salirse con la suya y terminar por echarles una mano.
Todos esos años de esfuerzo valieron la pena ya que en 2004 fundaron el famoso ‘‘Víveres familia Vítale’’ donde vendían toda clase de víveres y los vecinos del barrio también podían degustar los muy famosos platos de la querida señora Alfonsina que era muy apreciada y respetada por todos los del barrio al igual que el señor Vítale.
-‘‘Hija, ¿terminaste tu tarea de inglés?-Le pregunta la preocupada señora Alfonsina a Bianca mientras prepara el desayuno para que Bianca pueda irse a la escuela- ‘‘Si mami, solo me faltaron dos ejercicios, pero los termino en receso’’- Alfonsina le sirve un vaso de leche a Bianca mientras se lo extiende con el ceño fruncido-‘‘ Hija, yo sé que quieres ayudar a tu padre en el negocio, pero te he repetido hasta el cansancio que tus estudios están primeros, no quiero que repitas el año’’-Bianca sonríe y toma un sorbo de leche mientras alista su mochila con unos libros-‘‘Eso no pasara, mamá. Ya verás que pasare todo y que tú y mi papá estarán orgullosos de mi’’- Alfonsina se rinde y le sonríe abrazándola con fuerza –‘‘Mi niña, ya tu eres nuestro mayor orgullo, ahora vámonos que, si no nos va a dejar el autobús, toma tu lonchera’’- se van las dos apuradas, cerrando la puerta.
Temprano por la mañana ya el señor Giuseppe se encontraba abriendo el negocio y limpiando un poco el establecimiento, como de costumbre mientras limpiaba la acera todo el que pasaba lo saludaba con sumo cariño y el respondía de igual manera. Sólo esperaba que llegara su esposa de llevar a su hija a la escuela para que así ella empezara a cocinar y apenas el barrio sintiera el olor de la cocina de la señora Alfonsina empezarían a llegar rápidamente a desayunar y degustar de los desayunos tan ricos que solo ella sabía preparar.
Dieron las 4:30 pm y Bianca llego de clases directamente al negocio de la familia –‘‘Hola hija, ¿Cómo te fue hoy?- la recibió su padre en la entrada dándole un beso en la frente como de costumbre –‘‘Bien papá, hoy pude terminar mi tarea de inglés y saque A’’- le responde Bianca dejando sus útiles en la entrada del establecimiento y sentándose ya que hoy el día en la escuela había sido especialmente estresante, habían unas niñas que a veces molestaban a Bianca por ser italiana y aunque ella intentaba ignorarlas hoy se burlaron de ella por pronunciar algunas palabras en inglés con un toque de acento italiano lo que hizo que todo el salón también se burlara y por ende Bianca se sintió mal, pero ella pensaba que solo se trataba de una etapa que ella debía aprender a manejar y que sus padres ya tenían suficientes problemas para que ella trajera más.
- ‘‘¿En qué te ayudo hoy, papá? ’’- le preguntó Bianca a su padre, mientras esta se colocaba un delantal pequeño que tenía hecho a la medida, cocido y confeccionado por ella misma para así no ensuciar su uniforme escolar – ‘‘Pues en nada, ya tu mamá hablo conmigo y me llamo la atención que te estoy ocupando mucho acá en el negocio y que debes enfocarte más en tus estudios y tiene razón, tus estudios están primero Bianca. Aunque me encante tenerte aquí, ayudándome y tu ayuda es muy importante para mí, prefiero que te enfoques en tus estudios, por los momentos’’- Le sugirió el preocupado padre – ‘‘Papá, no estoy reprobando, ni nada. Estoy sacando buenas calificaciones, por favor, esta es mi manera de compartir más contigo ya que siempre te la pasas trabajando- le dijo Bianca con sus ojos puestos en su él, lo que hizo que el enternecido padre terminara cediendo extendió sus brazos diciéndole mientras la abrazaba –‘‘No te puedo decir que no, nunca a ti, mi cielo’’- muy conmovido, pero firme también le dijo-‘‘Igual no quiero que faltes más a tus clases, por estarme ayudando acá hasta tarde, solo te puedes quedar hasta las 6pm y luego te vas a hacer tarea a la casa ¿Está bien?- le dijo sosteniendo su rostro en dirección a él- ‘‘Esta bien papá’’-respondió algo rezongona.
La tarde empezó algo movida donde Bianca tuvo que entregar algunos almuerzos a diferentes casas del barrio en su bicicleta ya que los Vítale siendo tan conocidos por sus exquisitas comidas a veces les pedían desayunos o almuerzos con entrega incluida donde cobraban un porcentaje extra por la entrega y Bianca se quedaba con un 25% por llevarlos.
Ya cuando dieron finalmente las 6pm Bianca se dirigió a su hogar a pie y le dijo a su papá que se verían allá, su padre le lanzo un beso y no le dio su respectivo abrazo de despedida porque a esa hora especialmente y en las mañanas el negocio siempre se encontraba lleno, lo único que logró exclamarle fue un –‘‘Avísame cuando llegues a la casa, mi cielo’’- Sin quitar la mirada de la caja registradora mientras atendía a la clientela- ‘‘¡Esta bien, papi!’’ – respondió ella saliendo del lugar.
Bianca se dirigía a su casa que quedaba aproximadamente a unas 5 cuadras del negocio de la familia, faltándole una sola cuadra en una esquina se encontraba una mujer de unos 40 años aproximadamente que tenía el cabello oscuro y era muy hermosa en realidad, a pesar de su extrema delgadez, Bianca no pudo evitar acercarse ya que observo que esta mujer no lucia nada bien, tenía la mirada bastante somnolienta y se encontraba sentada en medio de la acera con las piernas totalmente abiertas –‘‘Disculpe, ¿está bien?, ¿necesita ayuda?’’- Le pregunto Bianca desde su posición manteniendo la distancia en todo momento, ya que aunque sus padres siempre le habían advertido que no debía acerca a extraños, Bianca era muy humana y no podía dejar de tenderla la mano a quien lo necesitase. Bianca viendo que no recibía respuesta decidió acercarse un poco más - Disculp..- A lo que la mujer reaccionó violentamente y tomo a la niña por ambos brazos sacudiéndola – ‘‘¡¿Dónde está el dinero?!’’- Exclamaba casi en alaridos en un episodio aparentemente de paranoia psicotrópica- Bianca solo podía observar como esta mujer desconocida la lastimaba sin ella poderse zafar para poder salir corriendo de esa escena-‘‘¡Margaret, suéltala!’’- Se escuchó a lo lejos, mientras esta mujer al parecer reacciono y soltó por unos instantes a la niña que ya se encontraba en lágrimas por lo desconcertante de esta escena. Era Felipe que regresaba del trabajo. Bianca aprovecho ese instante y salió corriendo de aquel lugar llorando, llego a su hogar y se acostó a dormir, solo quería que ese día se acabara.
Para muchos la vida actual de Margaret era un desastre total, drogadicta, mala madre, promiscua y sin un solo ápice de respeto por sus hijos. Desafortunadamente la mayoría de las personas que sufren una adicción a cualquier tipo de sustancia intentan acallar pensamientos intrusivos que provienen de eventos traumáticos del pasado. Pues, aunque Margaret había sufrido mucho en su infancia y adolescencia temprana no justificaba el hecho de comportarse como la hacía, porque a pesar de darles un pésimo ejemplo a sus hijos, ellos no eran malos, al contrario, eran excelentes niños. Margaret nació en Santo Domingo en una familia bastante disfuncional, su madre estaba obsesionada con el padre de Margaret y lo celaba de todo y de todos, también la madre de Margaret le tenía envidia a sus hijas, tenía dos, Margaret y Elizabeth que desde muy pequeñas resaltaban por su aparente belleza y carisma, eran agradables y unas niñas llenas de vida, pero la madre de ambas por sus celos totalmente irracional
Eran las 8:00 am y como de costumbre, Felipe luego de salir de ‘‘Víveres familia Vítale’’ se dirigía rumbo a su trabajo e iba pensando en el camino > pensaba para sí mismo Felipe, pero de repente su dialogo interno fue interrumpido cuando escucho una voz que provenía de lejos –‘‘¡Hey, Felipe!’’- se escuchaba muy a la distancia, era una voz conocida, Felipe sonrió-‘‘¡Santos hermano, que gusto!, tanto tiempo sin verte’’- saludó con visible afecto a aquel personaje, que se acercó abrazando a Felipe como quien no ve a un hermano hace mucho tiempo-‘‘¿Hermano, como estas?’’- pregunto Santos sonriendo y tomando firmemente pero con cariño a Felipe de ambos brazos- ‘’ Pues estoy bien, trabajando y de padre soltero’’- respondió Felipe soltando un carcajada a lo último – ‘’Sí, eso oí. Escucha, volví por un par de meses y me gustaría que tomáramos algo estos días ¿te parece?’’- Pregunta Santos y al mismo tiempo no puede dejar de quitar la mirad
Después de aquel episodio realmente desafortunado la otra noche, donde Margaret había agredido a esa niña que Felipe desconocía, pero cuya mirada asustada y ojos realmente azules no sacaba de su cabeza la idea de que quería disculparse con aquella niña, sentía esa responsabilidad, pero después de ser despedido injustamente no tenía otra cosa en mente que ver donde podría buscar dinero o a quien le podría pedir prestado mientras encontraba un nuevo empleo. Mientras tanto los problemas para nuestro valiente Felipe no dejaban de llegar ya que después del incidente ocurrido la otra noche Margaret había desaparecido, Felipe se despertó el siguiente día para hacerle el desayuno a su hermana encontrando que su madre se había llevado la mayoría de sus cosas, aunque quedo desconcertado no sintió ni tristeza, ni dolor y aunque era la primera vez que Margaret se iba tanto tiempo llevándose sus cosas, tampoco le tomo mucha relevancia > pensó
Felipe decidió levantarse de su silla e ir a despejarse un poco antes que Susana regresara de la escuela ya que no quería que lo viese en ese estado, iría a tomarse un café para bajarse un poco la borrachera, ya que se había acabado media botella. Llegando a una cafetería del barrio vio que Santos estaba sentado tomándose un café en una de las mesas, así que decidió acercarse a platicar, ya que aunque no le tenía las mejores de voluntades a Santos, Felipe se sentía muy solo y de todas maneras Santos era su amigo desde que ambos eran muy pequeños- ‘‘Bueno por fin se nos cumplió ese café, viejo amigo’’- le dijo Felipe a Santos poniendo su mano en el hombro de este ya que Santos se encontraba sentado de espaldas-‘‘¡Felipe hermano, ¿cómo has estado?!’’- respondió con una gran sonrisa y bastante entusiasmo -‘‘Quisiera decir que bien, pero bueno…’’ – contesto Felipe desanimado, sacando una silla y sentándose en frente de Santos-‘‘¿y esa cara, Felipe? ¿Todo bien?’’– Contesto Santos haciéndol
Felipe se dirigió el siguiente día en la mañana al hogar de Santos luego de dejar a Susana frente al autobús escolar- ‘‘Adiós mi cielo, que hoy tengas un excelente día ¿vale?’’- le dijo Felipe a Susana mientras esta subía lentamente las escaleras del autobús –‘‘¿No me van a alejar de ti? ¿cierto, Feli?’’- pregunto Susana con voz apagada- ‘‘Júralo’’- agrego ésta mientras se detuvo en el último escalón mirando fijamente a su hermano –‘‘Te lo juro, ahora ve’’- contesto Felipe realmente seguro y firme en su respuesta, porque esa es la imagen que quería siempre darle a su hermana, que el siempre cumpliría las promesas que le hiciera a Susana, quería que ella supiera que siempre podría confiar en su hermano. De camino a casa de Santos, Felipe evito a toda costa pasar por el frente del negocio de los Vítale se sentía tan asqueado de sí mismo que hasta dudo en ir a donde su amigo, pero la necesidad tiene cara de perro, así que, aunque miles de dudas lo embargaran en ese momento, debía seguir e
Felipe se despertó bien temprano, ya que no había logrado dormir en toda la noche, pensando en cualquier eventualidad que se pudiese presentar durante el asalto, la ansiedad, los nervios y la culpa lo consumían por dentro, estaba tan ansioso que ni siquiera podía sostener la taza donde bebía café. Felipe se dirigió a la habitación de Susana, la despertó para llevarla a escuela, Susana alegremente se despertó, pero noto que su hermano estaba muy agitado y era algo raro en él ya que Felipe era un persona bastante serena- ‘‘Feli, ¿Estás bien?’’- Pregunto Susana mientras esta se sentaba en la mesa esperando que Felipe le sirviera el desayuno- ‘‘¡Si cariño, estoy bien!’’ respondió Felipe sirviéndole unos huevos revueltos a Susana, mientras Felipe pasaba el desayuno del sartén a el plato Susana noto que su hermano se había mordido las uñas de las manos hasta la cutícula-‘‘¿Por qué preguntas, cariño?’’- agrego Felipe dibujando una media sonrisa algo fingida en su rostro –‘‘Bueno, te comiste l
Aquel disparo sacudió los oídos del todo el barrio. El señor Giuseppe yacía en suelo de la entrada de su local boca abajo y la sangre empezó a emanar rápidamente a borbotones, cosa que hizo que ambos amigos se paralizaran de miedo –‘‘¡¿Qué hiciste, imbécil?!’’- exclamo Felipe quitándose la máscara y empujando a Santos –‘‘Cálmate ¿sí?, hay que irnos ahora ¿Dónde pusiste la bolsa?’’- contestó Santos sereno y calmado lo que confundió por completo a Felipe, ya que Santos no parecía sorprendido que aquella arma si estuviera cargada después de todo, cuando este le había prometido a Felipe que las armas no tenían balas –‘‘¡Santos, tú me dijiste que las armas no estaban cargadas!’’- respondió Felipe entre angustia y confusión, porque aunque sabía la respuesta obvia, también comprendía que su ‘‘amigo’’ lo había engañado –‘‘hermano, entiende que no me podía exponer así’’- contesto Santos –‘‘¡Eres una m*****a basura, mentiroso!’’- replico Felipe tomando a Santos del cuello y pegándolo contra la l
Luego de ser arrestado Felipe fue trasladado a la penitenciaria de la ciudad de santo Domingo, donde la señora Alfonsina viuda de Vítale interpuso la demanda por el homicidio de su esposo. El asunto es que, aunque Felipe había estado en el lugar de los hechos, el arma que el cargaba nunca fue detonada ni tampoco tenía balas, se supo que había un cómplice, pero nadie en el barrio pudo dar testimonio de quien se trataba y Felipe tampoco quería decir su nombre porque no era un soplón, además Felipe sabía que aunque implicara a Santos éste donde quiera que estuviese jamás seria encontrado, sabia esconderse muy bien y ya Felipe se había ganado el repudio y el odio de todos los de su barrio, así que en realidad el no puso tanta resistencia, ni emitió alguna queja, el solo acepto la culpabilidad de la que se le estaba acusando, ni siquiera solicito un abogado de oficio, porque sabía que tendría que acudir a juicio y Felipe no quería hacerle pasar por más cosas a la familia Vítale haciendo que