Ailsa se quedó en un completo shock.La policía vino y a pesar de no encontrar ninguna razón justificable para llevarse a la Sra. Maisie, cuando escucharon que los MacLeod estaban involucrados, las cosas cambiaron.Se la llevarían primero y averiguarían después.Morag se encargaría de hundir por completo a ese par de infelices, porque el marido bígamo tampoco se salvaría, ni aunque se escondiese debajo de una piedra. Ailsa escuchaba los gritos, las súplicas y las maldiciones, pero no podía salir del estado en el que se encontraba.Le era imposible creer que toda su vida se había basado en una completa mentira, pero lo que era peor, entendió que ella había hecho algo muy parecido.Le había negado a una persona, la oportunidad de conocer a su hijo, solo por miedo y egoísmo.- Emily, Emily – sentía que Morag la llamaba y al alzar la cabeza se la encontró mirándola preocupada.- Morag… - pero Ailsa no pudo seguirle hablando por el nudo que se formó en su garganta y luego se puso a llorar
- ¡¿Cómo se atreve Matthew a quitarte el niño? ¡Ahora mismo vamos al castillo Campbell y…!- ¡Morag, ya basta! – detuvo Catriona, porque Morag en ocasiones era demasiado impulsiva y no analizaba el panorama general.- ¡Pero madre, Ailsa tiene la custodia, entiendo que Matt esté molesto, pero esas no son formas de arreglar las cosas entre adultos!- le respondió molesta y mirando a Ailsa que a duras penas se había calmado.Hace como unas dos horas, la había llamado llorando que si podía ir a su casa. Morag se estaba quedando con su madre en la villa del campo y preocupadas le dijeron que viniera enseguida, que si era necesario buscarla.Entre lágrimas le contó de su encuentro desagradable con Matt y que le quería quitar al niño y expulsarla de su vida.Si no quería verla lo resistiría, pero sin su hijo no podía vivir.- Ailsa hija, ahora que estás más calmada, permíteme hablarte como la persona con más experiencia de vida aquí- se sentó Catriona a su lado, en la cama que prepararon par
- Abuelito, vinimos a despedirnos porque nos vamos- le dijo Callum a Angus que estaba acostado en la cama con un respirador puesto.En realidad, su salud estaba más crítica cada día, por eso, no participaba en ninguno de los eventos que acontecían en su propio castillo, o más bien el castillo de Matt, porque ya había hecho su testamento, el traspaso de todas las cosas importantes a su nieto, a su hija y bisnietos.Angus sabía muy bien que Callum era el hijo de Matt, prácticamente desde que lo vio y lo comprobó por un lunar rojo detrás de la oreja, que tenían casi todos los Campbell. Matthew, no lo tenía, pero su padre sí y Angus también. Además, esos ojos verdes eran iguales a los de su esposa fallecida. Se asombró un poco por las coincidencias del destino, pero la vida le había dado otra oportunidad al tonto de su nieto, para que la volviera a desechar.Si no le dijo nada desde la primera vez, era porque no quería darle ninguna pista ni ayuda. Angus no estaría para siempre, pronto
Matthew estaba sumamente aburrido con la misma charla de negocios de todos los días. Estos señores no sabían disfrutar el momento, estaban en una fiesta y en vez de divertirse, eran todos los temas de cómo ganaban más dinero.Aunque la verdad era que prefería hablar de negocios, que las otras preguntas a las que se enfrentaba actualmente sobre su matrimonio y su vida privada.Resulta que ahora todos estaban interesados por la nueva MacLeod y más cuando surgió el rumor de que estaba “disponible en el mercado” porque se iba a divorciar del Campbell, o sea, él.Ailsa era la nueva comidilla del momento y todos, de alguna manera u otra, le preguntaban si seguían juntos, que por qué Ailsa ya no vivía en el castillo Campbell y todo tipo de preguntas capciosas e indiscretas.Matthew estaba totalmente disgustado y más cuando estas preguntas venían de un hombre. Tenía ganas de partirle la cara a unos cuantos que casi estaban queriéndole levantar a su mujer en su cara.En eso miró a la entrada
Pero en ese momento y antes de que Ailsa pudiese sentirse llena de felicidad, porque Matt estaba enamorado de ella, una llamada telefónica llegó al móvil de Matthew, de la enfermera de su abuelo.Enseguida, preocupado, recogió la llamada y escuchó con angustia lo que la mujer le informaba. Su abuelo, Angus Campbell, el antiguo patriarca, había fallecido.Ailsa vio como Matt se tambaleó de repente y se puso pálido. Enseguida lo apoyó y Matt la miró con ojos rojos.- El abuelo… él… ha muerto- le dijo a Ailsa con la voz quebrada y ella lo abrazó.Matthew se aferró a ella con dolor y tristeza. Aunque llevaba tiempo preparándose para esta noticia, la verdad es que nunca estamos listos para despedir a un ser querido.Ailsa lo consolaba con suaves palabras y le acariciaba su ancha espalda.Sintió algunas gotas húmedas que caían en su cuello, donde Matt había escondido la cara.Su pequeño cuerpo casi no se veía envuelto por su esposo, pero Ailsa solo quería ser su refugio, su ancla y puert
Caminó hasta donde Ailsa lo debería estar esperando, habían dejado a Callum en el auto con el chofer, para que no siguiera presenciando algo tan triste, al final era un niño pequeño, solo que insistió mucho en venir a despedir al abuelito.Morag se había tenido que ir a mitad del sepelio porque a Catriona le subió la presión arterial y se sentía un poco mal, esto de los entierros, les recordaba demasiado sus propios traumas personales.- ¿Qué sucede, dónde está Callum?- le preguntó Matthew a penas llegó, porque vio la cara pálida de Ailsa y buscó a su hijo por todos lados sin encontrarlo - ¿Algo le pasó al niño?Preguntó contagiándose con el ambiente tenso y ya preocupado.- El chofer dice que un hombre apareció y saludó a Callum, que el niño lo reconoció como su tío y que se lo llevó a comer un dulce- le comentó Ailsa ansiosa.- ¡¿Pero serás imbécil?!, ¡te dejo cuidando a mi hijo y dejas que cualquiera se lo lleve!- comenzó a gritarle Matt al chofer que estaba sudando frío del miedo
Al llegar al destartalado departamento, Athur tocó la puerta temblando por tener a Matt parado a su lado.- ¿Quién? - se escuchó la voz de una mujer desde el interior- Abre la m4ldita puerta, soy yo- le dijo Arthur entre dientes, con algunas fugas de aire por los dientes que perdió.Se escucharon unos pasos y una alegre Fiona abrió la puerta.- ¿Ya tienes el dinero de esa infeliz? – le preguntó emocionada, pero al ver las condiciones de su esposo y al hombre parado a su lado, casi se desmaya en el acto.- ¿Dónde está mi hijo? Tienes 5 segundos para traérmelo – le dijo Matt y Fiona se puso a temblar.- Él… él está… - comenzó a tartamudear mirando a Arthur.- ¡Búscalo estúpida, qué estás esperando! - le gritó y Fiona entró aterrada al único cuarto de la casa.Matthew la siguió, porque quería ver en qué condiciones estaba Callum y si le habían hecho daño, esta casa iba a arder.Afortunadamente, lo encontró jugando con su “amoroso” primo, que, al ver primero a su madre, le preguntó, cans
Duncan entró corriendo a buscar las maletas que le faltaban y se le habían quedado.Isla seguramente seguía en lo de la muerte del viejo ese tacaño, que tan poco dinero le había dejado a su hija, pero lo que sea, él se lo llevaría.Llevaba años aguantando a esa estúpida estirada psiquiátrica, que nunca le había gustado para nada, solo con la esperanza de quedarse con el imperio de los Campbell a través de ella, pero ni para eso le había servido.Así que agarraría lo que pudiese y se iría a disfrutar su vida con la mujer que le gustaba en realidad.El dinero que había tomado era solo una compensación por haberla soportado todos estos años y le daba asco recordar las veces que, por obligación, se tenía que acostar con ella.Este dinero, definitivamente, ni siquiera era suficiente para su sacrificio.Sus planes eran invertir en nuevos negocios, todo iba excelente, pero se encontró con Isla al subir las escaleras.- ¿Hola querido, me puedes explicar dónde están todas mis prendas y el dine