Evan enseguida salió de su sorpresa y miró al bebé, ya más calmado, anidando en el interior de la ropa de Morag.No preguntó mucho los hechos y enseguida fue a buscar el celular para llamar al pediatra que atendía a Bernard y era su amigo cercano.Al tomar el teléfono, había dos llamadas perdidas de Alma, que él no había escuchado por estar profundamente dormido, y seguido un mensaje corto, donde le decía que necesitaba que se quedara con el bebé unos días, porque ella tenía unos asuntos que atender en una ciudad vecina.Esa m4ldita mujer, si necesitaba que se quedara con el bebé, podía habérselo traído con tiempo o esperar a entregárselo en sus manos, cómo se atrevía a dejar a su hijo como basura, tirado en el porche.De solo imaginar que se hubiesen quedado más tiempo acostados, Evan no quería ni pensar en las consecuencias.Pero esta era la última gota que derramaba el agua de la copa, no le entregaría más el bebé, aunque viniese armando un escándalo, la acusaría de abandono, para
Al otro día, Evan tenía que ir al campo, para supervisar a los nuevos trabajadores.Con la ayuda económica de su nueva socia, enseguida contrató al personal que necesitaba, era imposible que él lo hiciera todo, por muchas ganas que tuviese de sacar su viñedo adelante.Morag se quedó cuidando al bebé y recibiendo todo el envío de cosas que le había comprado.Se había entusiasmado tanto en sus compras, que la sala ahora estaba llena de cajas con artículos de bebés y algunos otros, para mejorar la vida en la hacienda.Pero la señora Norma le recomendó a dos mujeres mayores, que eran muy buenas y estaban buscando empleo.Morag se lo pensó, ella no era la mujer de la casa, tenía que consultarlo con Evan cuando él llegara, pero igual le pidió que vinieran por ese día para que ayudaran a la señora Norma a arreglar el cuarto del bebé y otros pendientes en la hacienda, porque era muy difícil que la señora mayor pudiese hacerse cargo de todo.En la noche, Evan llegó algo tarde. Tuvo que ir de
Morag bajó la cabeza y probó de los labios que tanto ansiaba.Evan le correspondió con la misma intensidad, abriendo la boca y permitiendo el saqueo de Morag, sus lenguas se enredaban, se acariciaban y el beso se profundizaba cada vez más.Evan acarició con sus grandes manos los muslos al descubierto de Morag, fue subiendo su vestido hasta acunar sus nalgas entre sus manos, moldeándolas y amasándolas, acomodando todo el peso de ella para que su dura erección se rozara con ese punto caliente y húmedo entre las piernas de la pelirroja.Morag gimió al sentir la dureza de Evan, satisfecha porque él la deseaba y ella estaba muriendo por tenerlo en su interior.Sus manos vagaban por los fuertes músculos de la espalda de Evan, quitándole la camisa del piyama, queriendo verlo y tocarlo íntimamente.Evan la dejó hacer lo que quisiera, estaba dispuesto a darle el control, Morag mandaba sobre su cuerpo y él la complacería de todas las maneras posibles.Las caderas de Morag comenzaron a rozar ade
Morag no perdió más tiempo en explicaciones, ambos eran adultos y responsables de sus actos.Empujó a Evan contra el suelo y se acomodó sobre su musculoso cuerpo, una mano en su fuerte pecho y otra agarrando su dura erección para dirigirla a su entrada, deseaba tanto este hombre, lo deseaba a morir, así que no se aguantaría más.Pero una cosa son los deseos y otra la anatomía, por mucho que Evan había hecho su trabajo “oral” humedeciendo y aflojando su interior, Morag llevaba mucho tiempo sin actividades en la cama.- Morag no hay apuro, tranquila, no te impacientes, no quiero herirte... – se incorporó Evan para consolarla besándola, porque el interior de ella estaba demasiado apretado y se estaba haciendo daño, forzando la penetración.Evan abrió más su entrada, separando sus muslos, y aunque estaba sudando frío, comenzó a mover sus caderas desde abajo suavemente para penetrar poco a poco, en esa cavidad que lo tenía al borde del orgasmo y a penas iba por la mitad de su pene.La besa
Morag y Evan, se fueron a dormir esa noche más dulces que la miel.Decidieron que su nuevo cuarto matrimonial, sería el que tenía Morag, ya que era el más próximo al del bebé y porque Morag no quería estar donde mismo, Alma y Evan habían llevado su vida en pareja.Evan no era el único celoso, pero haría lo que Morag le dijera, lo de él era dormir al lado de la mujer que amaba y si eso fuera en el viñedo o debajo de un árbol, le importaba bien poco.Pero como el destino en ocasiones, solo está esperando a que te relajes un poco para trastornar la felicidad, al otro día, bien temprano en la mañana, antes de que Evan se fuera al campo, llegó la desafortunada noticia.Alma había sido encontrada en una parte alejada, arrojada en un camino poco transitado, apuñaleada y por supuesto, muerta.Un hombre del campo la había encontrado, por todos los buitres que volaban alrededor de esa zona y horrorizado le había avisado a la policía, porque ese era un pueblo muy tranquilo y nunca había presenci
- ¿Evan qué sucede, por qué te noto tan nervioso? – le preguntó Morag, porque ese mañana salieron apresuradamente hacia el pueblo vecino, y Evan le pidió que lo acompañara a cerrar un negocio con nuevos proveedores.Todo había salido bien y a pesar de estar todo el día dando vueltas, al fin los pendientes, habían concluido perfectos.- No es nada, es solo que me preocupa que Bernard se haya quedado tanto tiempo sin vernos, quizás llore porque te extraña- le dijo inventándose lo que tenía preparado.Era pésimo para los secretos y obviamente Morag lo miró, no muy convencida, pero sin ninguna evidencia de que estaba mintiendo realmente.Había pasado más de un mes de la muerte de Alma.Nunca se pudo apresar al culpable y la verdad, ya todos la estaban olvidando, la vida era así, solo tus seres queridos son capaces de guardarte en la memoria.La relación entre Morag y Evan no podría ser mejor y estaban en esa etapa inicial del romanticismo y la seducción.Morag se había ocupado de todos lo
- ¡No pienso firmar este papel absurdo!- dijo enojada Valerie, mientras tiraba unos documentos que cayeron totalmente desorganizados sobre una de las mesas de entrada de su restaurante.- Le dices a tu jefe que no envíe a más personas a molestarme, este restaurante ha pertenecido a mi familia por varias generaciones, siempre ha estado así como lo ves- agregó, señalando con las manos en alto, para que el hombre de traje que tenía delante, pudiese observar su entorno.- Y mientras yo sea la dueña, no pienso cambiarlo solo porque al prepotente de tu jefe le da la gana de “modernizar” el edificio que acaba de comprar. - Pero Srta. Miller, si lo que le preocupa es el acuerdo financiero, podemos llegar a una cifra que a usted le convenga, el señor Lee… - ¡Le dice a su jefe millonario, que todo en la vida no tiene un precio como él piensa, que es la última vez que trato a las personas que vienen con algo de amabilidad y educación, pero que si siguen de pesaditos molestando todos los días y
- Bien chicos, cierren la puerta al salir- grita Valerie desde el baño, despidiéndose de todos sus empleados. Como siempre terminaron de limpiar y recoger el restaurante tarde en la noche, su horario era hasta las 12 pm.Como era costumbre, Valerie era la última en irse, en ocasiones Elena se quedaba hasta el final con ella.Pero su amiga tenía a un niño en casa que la esperaba, así que generalmente terminaba de ayudar y se iba corriendo a atender a su pequeño. - Bien, todo en orden- se dice Valerie mirando su reflejo en el espejo. Siempre concluía el día media despeluzada y sudorosa, así que había que refrescar y acicalar a esta hermosa jefa para que saliera radiante de su negocio. Se recogió en una coleta alta su pelo castaño ondeado, mientras examinaba su cuerpo con sus hermosos ojos color avellana. - Elena tiene razón, he vuelto a subir de peso, ese m@aldito ricachón me va a hacer perder mis sexis curvas con tanta insistencia- murmuraba mientras se miraba el trasero en el espe