- Srta. Elizabeth, discúlpeme que moleste su descanso, pero necesito hablarle, por favor- le suplicó la mujer y por su voz parece que estaba llorando.- Dime lo que sea que quieras hablar, no puedo salir de mi casa, porque no sé si sabes que Oliver descubrió todos tus fracasos, tan poca cosa que tenías que hacer y lo echaste a perder, y así te dices ser una secretaria estrella- le dijo con burla, como si todas las cosas que hubiese hecho la mujer, no hubiesen sido planificadas por ella misma.- ¡Señorita, el Sr. Oliver me echó de la empresa delante de todos, me humilló, me acusó de ser una espía empresarial y me va a demandar por una gran cantidad de dinero que yo no tengo, solo soy una simple secretaria! - se quebró finalmente llorando a moco tendido, angustiada y con temores persistentes – Además, nunca voy a poder trabajar en ninguna empresa, con la mala recomendación que pondrán en mi expediente, será casi imposible conseguir un trabajo decente…- ¿Y entonces para qué me llamas? -
- ¿Oliver, a dónde vamos, por qué tanto misterio? - le preguntó Valerie por milésima vez con curiosidad. Tenía los ojos vendados en el asiento de copiloto del auto de Oliver, que iba manejando. La había sacado de su casa, después de la cena, diciéndole que quería darle su regalo a solas. No sabía que se traía entre manos, pero estaba con muchas expectativas, ¿por qué tenía que taparle los ojos? - Pronto lo sabrás- le susurró al oído, acercándose para quitarle el cinturón de seguridad. Valerie se estremeció al sentirlo tan cerca. Con la visión fuera, los otros sentidos se maximizaban y que Oliver le estuviese hablando al oído con esa voz ronca y sexy, no ayudaba mucho. Oliver sonrió con suficiencia al ver las reacciones inconscientes de Valerie. Se bajó del auto, dio la vuelta y la ayudó a salir. Caminaron unos pasos por la acera y luego se detuvieron. Oliver la abrazó descaradamente por detrás y le quitó la venda de los ojos. - ¡Feliz cumpleaños a la mujer más maravillosa y he
Oliver estaba demasiado feliz, con el corazón latiendo en su pecho desesperadamente, al fin se iba a casar con Valerie, la mujer de su vida.Superar tantas vueltas del destino, para llegar a este momento feliz.Miró a los invitados en las sillas forradas de blanco que le devolvían la mirada, deseándole las mejores bendiciones, incluso sus padres habían venido.Estaban en un jardín, con el césped verde y saludable, lleno de arcos con hermosas flores que dejaban su aroma a lirios en el aire, así olía su Vale, que ahora lo esperaba, parada frente a él con un magnífico vestido de novia blanco.- El novio puede besar a la novia- anunció el cura y Oliver tomo suavemente el velo para descubrir a su querida esposa y darle el beso que sellaría su compromiso matrimonial.Oliver se quedó con la mano que agarraba el velo congelada en el aire, todo el ambiente de alegría y amor, se borró de repente.- ¿Por qué estás aquí, por qué eres tú? - le preguntó a Elizabeth con una mezcla de incredulidad y
“… eres como una maldita cucaracha de la que no me puedo librar, ni aunque la aplaste mil veces, qué pesada eres, no entiendes cuando se te dice que no se te necesita, que ya mi hijo tiene una enfermera especializada que lo cuida”.“… Si necesitas un empleo, te puedes ir buscando otro, porque no te pienso pagar por hacerte la cuidadora de Oliver …”“Sra. no me falte más al respeto, sabe perfectamente que no cuido a Oliver por dinero”“A claro, el discurso del amor, yo conozco a las de tu clase, solo eres una trepadora, arribista y mi hijo es tan tonto que cambia a una chica de buena clase y de posición como Elizabeth, por una encantadora de hombre como tú. No creas que no sé que ya estabas envolviendo a otro magnate millonario”Escuchaba, como a lo lejos, voces, que se fueron haciendo más clara a cada momento.Era la voz de su madre hablando con alguien… con alguien conocido…alguien muy importante para él.- Valerie…- susurró Oliver, pero en la acalorada discusión nadie lo escuchaba.
Sin la intervención de la madre de Oliver, ya todo el ambiente se respiraba con menos gases venenosos.Valerie se seguía haciendo cargo del magnate, a pesar de que Oliver siempre tenía que estarla casi que obligando, para que regresara a casa a descansar.Los padres de la chef, también los apoyaban demasiado, e incluso el padre de Valerie, iba con su juego de ajedrez a entretener a Oliver, decía que esa mente tenía que volverse a ejercitar.En realidad, no era como si Oliver estuviese muy aburrido, en cuanto pudo, comenzó poco a poco a interesarse por las cosas pendientes en sus negocios.Afortunadamente, tenía buenos socios y un secretario muy capaz. Tendría que duplicarle el sueldo a ese pobre hombre, que había asumido tanto, en este tiempo.El problema más grande a resolver era su ex socio Jacob. Antes del accidente, ya Oliver había dado los primeros pasos para disolver su cooperación, pero ante su coma repentino, Jacob aprovechó para presionar a la empresa de Oliver y sacar una m
Oliver estaba sentado en la cama trabajando cuando le llegó un mensaje al correo electrónico de una fuente desconocida.Ya había pasado el tiempo y le habían quitado el yeso de la pierna.Estaba en el proceso tedioso de la rehabilitación, aunque desde el inicio, siempre venía un fisioterapeuta a la casa a ayudarlo a ejercitar sus músculos.Ya quería ponerse bien, porque tenía una boda que planificar y una esposa a la cual atender.No le hacía caso a cualquier correo, porque en ocasiones era spam o personas que de alguna manera habían logrado averiguar su dirección de email y le mandaba solicitudes de negocios, pero esta vez por alguna razón hizo clic y se asombró un poco del contenido.Era de su antigua secretaria, la que aún estaba siendo buscada por la policía, por varios delitos, como provocar de manera indirecta su accidente que casi resulta en muerte y su huida del sitio del incidente.Le proponía un trato, diciendo que tenía información muy importante que darle a cambio de que,
Llegando a la estación de policías, ya lo estaba esperando el jefe de detectives y el hombre, que debería haber cuidado a Valerie y ahora era el testigo más valioso.Oliver le dio una cruel mirada, que casi hizo que el hombre quisiera esconderse debajo de la primera piedra que encontrara. Nunca se había sentido tan avergonzado en su vida. Nunca había fallado tan mal, en proteger a alguien.Por eso hizo todo lo posible por cooperar con la descripción de los eventos que recordaba, hasta el último detalle, pero como fue en un trayecto oscuro y la acción ocurrió de una manera demasiado rápida, fueron muchas las cosas que escaparon a su vista.No obstante a eso, lograron localizar, con las cámaras del tránsito y la declaración del guarda espalda, la furgoneta negra discreta que transportaba a Valerie. La mala noticia, era, que ese trabajo estaba hecho, al parecer por profesionales, porque en un punto muerto, casi saliendo de la ciudad, donde no había cámaras, le perdieron el rastro.- Lo
Elizabeth sentía una adrenalina como nunca antes, todos sus planes estaban saliendo a la perfección y nadie sabría que era ella quien había ordenado el secuestro de esa mujer.Además, por si algo salía mal, se había encargado de buscarse un cómplice, alguien poderoso que la respaldaría si las cosas se pusieran feas y tenían que escapar.Tenía la grabación de la conversación que sostuvo con Matthew para entregarle en bandeja de plata a la mujer que quería, solo con la condición de que no le permitiera que apareciera más frente a Oliver.Si Matthew se atrevía a traicionarla, tendría que ir también como su cómplice a prisión. Ella ponía a los mafiosos y Matthew ponía el sitio apartado, mantenía a la estúpida mujer encerrada y si era para siempre, mucho mejor.Elizabeth hubiese preferido terminar con ella de una vez y por todas y que la enterraran en cualquier fosa perdida por ahí, pero no quería llamar tanto la atención, porque ella sería la primera sospechosa ante cualquier evento extr