Elizabeth sentía una adrenalina como nunca antes, todos sus planes estaban saliendo a la perfección y nadie sabría que era ella quien había ordenado el secuestro de esa mujer.Además, por si algo salía mal, se había encargado de buscarse un cómplice, alguien poderoso que la respaldaría si las cosas se pusieran feas y tenían que escapar.Tenía la grabación de la conversación que sostuvo con Matthew para entregarle en bandeja de plata a la mujer que quería, solo con la condición de que no le permitiera que apareciera más frente a Oliver.Si Matthew se atrevía a traicionarla, tendría que ir también como su cómplice a prisión. Ella ponía a los mafiosos y Matthew ponía el sitio apartado, mantenía a la estúpida mujer encerrada y si era para siempre, mucho mejor.Elizabeth hubiese preferido terminar con ella de una vez y por todas y que la enterraran en cualquier fosa perdida por ahí, pero no quería llamar tanto la atención, porque ella sería la primera sospechosa ante cualquier evento extr
Oliver caminó hasta el medio del cuarto con la ira no contenida en sus ojos verdes, sin disimular y con un salvajismo crudo que tenía a la, hasta hace unos momentos, valiente Elizabeth, temblando incontrolablemente y sudando frío.- Oli…yo no… ella fue la que me orilló… yo te amo, ella te apartó de mi lado... lo hice por ti...- comenzó a decirle dando pasos hacia atrás, entre sollozos.Oliver nunca le había pegado a una mujer en su vida, se juró que nunca sería como su padre, un abusivo de la persona más débil, que era obvio, que no podía devolverle el golpe con la misma intensidad.Pero esa mujer desquiciada que tenía delante, había probado su paciencia y sus límites hasta llevarlo al camino del no retorno, nunca pensó odiar a una persona de forma tan visceral y cruda.- Me voy a encargar personalmente de que te pudras en prisión y pases el resto de tu mugrosa vida como la alimaña rastrera que eres- le dijo respirando pesadamente con los dientes fuertemente apretados, mientras con un
- Gracias, gracias por todo- le dijo Oliver a Matthew cuando dejó a Valerie acostada en la cama, recuperándose de los efectos del fuerte tranquilizante que le había inyectado los mafiosos.Un médico de la policía la había examinado y determinó que no era perjudicial para la salud y lo excretaría en unas horas totalmente de su organismo, pero para no moverla así mareada y débil, Oliver determinó quedarse en la cabaña unas horas.Matthew lo invitó a sentarse en la sala mientras se tomaban un fuerte whisky, como en los viejos tiempos.Los agentes policiales se habían ido en su mayoría a seguir haciendo su trabajo, que en realidad era bastante y tenían a unas cuantas personas que procesar.No era solo a Elizabeth, sino que, para alegría de la policía, habían capturado en esta redada al jefe del grupo mafioso que tantos dolores de cabeza le estaban dando, en una zona específica de San Francisco.Era uno de los que secuestró a Valerie y la llevaba al lugar designado para entregar la “mercan
- ¿Estás tan feliz? - le preguntó Valerie a Oliver, porque lo veía sonriendo malévolamente mientras leía la prensa en la sala.Había pasado casi una semana de la locura del secuestro y Oliver se había vuelto un protector total de su chef.Aunque no quería, Valerie tuvo que empezar a salir al menos con un guardaespaldas para protección y esas eran las veces que Oliver, personalmente, no la acompañaba a visitar a sus padres.Con el acoso de los Johnson, a pesar de la orden de alejamiento, igual quedaba el miedo persistente de que estando acorralados, hicieran alguna movida extrema.Oliver estaba mucho mejor con respeto a toda su recuperación y Valerie ya había llegado a un acuerdo con Matt, de que trasladaría la sede de su oficina para San Francisco.Cuando se lo dijo a Oliver, que volverían a ser vecinos en el mismo edificio, porque pensaba reabrir Le Petit Bistro, Oliver se comportó como un chiquillo cayéndole a besos, que poco a poco pasaron de ser inocentes y de alegría, a otra cate
1 mes después Valerie se miraba delante del espejo de cuerpo entero y su corazón retumba en su pecho con alegría, emoción y nerviosismo. Con su hermoso vestido de boda puesto, ajustado a sus curvas, justo en ese cuerpo, con sus libras de más, que tantas críticas le trajo en su vida, que tantas inseguridades le había generado y con las cuales había tenido que luchar para llegar aquí. Encontró a un hombre que la ama por ella misma, con sus virtudes y sus defectos y lo que es más importante, ella logró reconciliarse con todos sus complejos y sus miedos interiores. Todo el sufrimiento quedó atrás y ahora solo quedaba mirar hacia un feliz futuro. - Estás hermosa hija, verás que todo va a salir bien, no te pongas nerviosa- le decía su madre con amor, viendo la cara de preocupación de Valerie, mezclada con alegría y expectación. - ¡Ya estoy aquí! Casi no me da tiempo y cierran – entró su hermana, exclamando agitada por la carrera y trayendo el encargo que le habían hecho- ¿el bebé no ha
Matt se bajó del largo vuelo hasta Escocia, que por muy VIP que fuera igual ya lo tenía desesperado y más que preocupado, por no saber qué se iba a encontrar cuando llegara.Jack no quiso darle muchos detalles por el teléfono, pero ya se imaginaba que las cosas no deberían andar muy bien y menos con las arpías de su familia, ahora que veían la posibilidad de repartirse la herencia de su abuelo.No entendía muy bien el asunto de la esposa y el hijo, si su abuelo quería apoyarlo, bien podría dejar un testamento y punto, toda esa mentira le parecía un ridículo y no se iba a inventar del aire algo que no existía.Hablaría con su abuelo y le diría la verdad, no tenía esposa y mucho menos un hijo.El chofer de su abuelo ya lo esperaba en el aeropuerto, el viejo Finlay siempre puntual, callado y leal.Sacarle algo a él, era algo así como una hazaña, así que Matt no perdió tiempo en intentar sonsacarle nada.Miró el hermoso paisaje a través de la ventana y se dio cuenta de lo mucho que había
Matthew se encerró en su cuarto durante lo que quedó del día, incluso cenó en su habitación.Sin su abuelo presente para aparentar ser una familia unida, ya se derrumbó esa falsa imagen y salió a flote lo que siempre habían sido.Un conjunto de parientes, movidos por la ambición y los intereses. Incluso Matt se sentía así, eso era justo lo que estaba intentando hacer ahora, engañarlos con mentiras para sacar la mayor parte de la tajada.Pero no se lo iba a dejar a su tía y a la lacra de su esposo, esas personas eran lo peor y solo despilfarrarían todo el esfuerzo de su abuelo, de su padre y hasta el suyo.No se imaginaba con el marido de su tía de jefe, o entregándole la mitad de su empresa en América, eso ni muerto.Al otro día pasó temprano a comprobar la condición médica de su abuelo y luego huyó del castillo para no encontrarse con nadie de la otra familia, estaba seguro de que ellos no lo querían ver tampoco.Se dirigió en el auto a su disposición, hasta Dundee, donde su familia
- La Sra. se desmayó por cansancio físico y estrés psicológico – diagnosticó el doctor y con todo lo que había escuchado Matt, la verdad es que solo tener 3 trabajos, ya era algo sobrehumano.- Por favor, póngale lo mejor para que se recupere rápido- pidió Matt- Lo siento, pero es necesario pagar primero las facturas del niño que aún no han sido canceladas y la Sra. ya tiene deudas atrasadas con el hospital, he intentado ayudarla, pero ya no podemos tapar más sus facturas sin pagar- le explica el doctor con una mirada complicada.- Yo pagaré todas las facturas pendientes, las del niño y las de ella, atiéndala con lo mejor, por favor- respondió Matt mirando a la pálida Ailsa en la cama, que estaba más blanca si era posible, de su color original.- ¡Deja a mi mamá, hombre malo! – se oyó de repente una voz infantil seguida por la entrada de un pequeño niño, que comenzó a abrazar a Matthew por las piernas con sus cortos brazos regordetes, como si quisiera separarlo de al lado de la cama