- Gracias, gracias por todo- le dijo Oliver a Matthew cuando dejó a Valerie acostada en la cama, recuperándose de los efectos del fuerte tranquilizante que le había inyectado los mafiosos.Un médico de la policía la había examinado y determinó que no era perjudicial para la salud y lo excretaría en unas horas totalmente de su organismo, pero para no moverla así mareada y débil, Oliver determinó quedarse en la cabaña unas horas.Matthew lo invitó a sentarse en la sala mientras se tomaban un fuerte whisky, como en los viejos tiempos.Los agentes policiales se habían ido en su mayoría a seguir haciendo su trabajo, que en realidad era bastante y tenían a unas cuantas personas que procesar.No era solo a Elizabeth, sino que, para alegría de la policía, habían capturado en esta redada al jefe del grupo mafioso que tantos dolores de cabeza le estaban dando, en una zona específica de San Francisco.Era uno de los que secuestró a Valerie y la llevaba al lugar designado para entregar la “mercan
- ¿Estás tan feliz? - le preguntó Valerie a Oliver, porque lo veía sonriendo malévolamente mientras leía la prensa en la sala.Había pasado casi una semana de la locura del secuestro y Oliver se había vuelto un protector total de su chef.Aunque no quería, Valerie tuvo que empezar a salir al menos con un guardaespaldas para protección y esas eran las veces que Oliver, personalmente, no la acompañaba a visitar a sus padres.Con el acoso de los Johnson, a pesar de la orden de alejamiento, igual quedaba el miedo persistente de que estando acorralados, hicieran alguna movida extrema.Oliver estaba mucho mejor con respeto a toda su recuperación y Valerie ya había llegado a un acuerdo con Matt, de que trasladaría la sede de su oficina para San Francisco.Cuando se lo dijo a Oliver, que volverían a ser vecinos en el mismo edificio, porque pensaba reabrir Le Petit Bistro, Oliver se comportó como un chiquillo cayéndole a besos, que poco a poco pasaron de ser inocentes y de alegría, a otra cate
1 mes después Valerie se miraba delante del espejo de cuerpo entero y su corazón retumba en su pecho con alegría, emoción y nerviosismo. Con su hermoso vestido de boda puesto, ajustado a sus curvas, justo en ese cuerpo, con sus libras de más, que tantas críticas le trajo en su vida, que tantas inseguridades le había generado y con las cuales había tenido que luchar para llegar aquí. Encontró a un hombre que la ama por ella misma, con sus virtudes y sus defectos y lo que es más importante, ella logró reconciliarse con todos sus complejos y sus miedos interiores. Todo el sufrimiento quedó atrás y ahora solo quedaba mirar hacia un feliz futuro. - Estás hermosa hija, verás que todo va a salir bien, no te pongas nerviosa- le decía su madre con amor, viendo la cara de preocupación de Valerie, mezclada con alegría y expectación. - ¡Ya estoy aquí! Casi no me da tiempo y cierran – entró su hermana, exclamando agitada por la carrera y trayendo el encargo que le habían hecho- ¿el bebé no ha
Matt se bajó del largo vuelo hasta Escocia, que por muy VIP que fuera igual ya lo tenía desesperado y más que preocupado, por no saber qué se iba a encontrar cuando llegara.Jack no quiso darle muchos detalles por el teléfono, pero ya se imaginaba que las cosas no deberían andar muy bien y menos con las arpías de su familia, ahora que veían la posibilidad de repartirse la herencia de su abuelo.No entendía muy bien el asunto de la esposa y el hijo, si su abuelo quería apoyarlo, bien podría dejar un testamento y punto, toda esa mentira le parecía un ridículo y no se iba a inventar del aire algo que no existía.Hablaría con su abuelo y le diría la verdad, no tenía esposa y mucho menos un hijo.El chofer de su abuelo ya lo esperaba en el aeropuerto, el viejo Finlay siempre puntual, callado y leal.Sacarle algo a él, era algo así como una hazaña, así que Matt no perdió tiempo en intentar sonsacarle nada.Miró el hermoso paisaje a través de la ventana y se dio cuenta de lo mucho que había
Matthew se encerró en su cuarto durante lo que quedó del día, incluso cenó en su habitación.Sin su abuelo presente para aparentar ser una familia unida, ya se derrumbó esa falsa imagen y salió a flote lo que siempre habían sido.Un conjunto de parientes, movidos por la ambición y los intereses. Incluso Matt se sentía así, eso era justo lo que estaba intentando hacer ahora, engañarlos con mentiras para sacar la mayor parte de la tajada.Pero no se lo iba a dejar a su tía y a la lacra de su esposo, esas personas eran lo peor y solo despilfarrarían todo el esfuerzo de su abuelo, de su padre y hasta el suyo.No se imaginaba con el marido de su tía de jefe, o entregándole la mitad de su empresa en América, eso ni muerto.Al otro día pasó temprano a comprobar la condición médica de su abuelo y luego huyó del castillo para no encontrarse con nadie de la otra familia, estaba seguro de que ellos no lo querían ver tampoco.Se dirigió en el auto a su disposición, hasta Dundee, donde su familia
- La Sra. se desmayó por cansancio físico y estrés psicológico – diagnosticó el doctor y con todo lo que había escuchado Matt, la verdad es que solo tener 3 trabajos, ya era algo sobrehumano.- Por favor, póngale lo mejor para que se recupere rápido- pidió Matt- Lo siento, pero es necesario pagar primero las facturas del niño que aún no han sido canceladas y la Sra. ya tiene deudas atrasadas con el hospital, he intentado ayudarla, pero ya no podemos tapar más sus facturas sin pagar- le explica el doctor con una mirada complicada.- Yo pagaré todas las facturas pendientes, las del niño y las de ella, atiéndala con lo mejor, por favor- respondió Matt mirando a la pálida Ailsa en la cama, que estaba más blanca si era posible, de su color original.- ¡Deja a mi mamá, hombre malo! – se oyó de repente una voz infantil seguida por la entrada de un pequeño niño, que comenzó a abrazar a Matthew por las piernas con sus cortos brazos regordetes, como si quisiera separarlo de al lado de la cama
- ¿Y si cambio una hora de tu tiempo por estas chupetas, te parece bien? - Matt le enseñó una bolsa de dulces a Callum y miró divertido, como se hacía el indiferente, pero tragaba saliva audiblemente. - Mi tiempo no vale tan poco- le dijo, pero sus ojitos seguían yéndose hacia la bolsa llena de dulces que comía bien pocos, porque Ailsa a penas le quedaba algún dinero de sobra, para darle algunos gustos a su hijo. - ¿Y si agrego estas barras de chocolate? - utilizó Matt su arma secreta infalible y esta vez las negociaciones, iban por buen camino. - ¿Si me siento en el banco del pasillo fuera de la puerta? - le preguntó el pelirrojo a su madre, ya casi sin aguantarse la saliva que se le escurría por la boca. Ailsa le dio una triste sonrisa a su hijo, por supuesto que sabía cuanto deseaba comerse esos dulces. Asintió y Callum dio un grito de alegría como el niño pequeño que era, pero luego recordó que tenía que seguir con su fachada de duro, delante de Matt. - Tienes una hora – dijo
Ailsa le pidió a Matt que le diera al menos un día para dejar todo en orden en sus trabajos de medio tiempo y en el colegio de infantes al que iba Callum.Matthew le aseguró que contratarían tutores para que lo fueran a enseñar a la casa, en el tiempo que estuviesen fingiendo ser una familia.Ella tampoco tendría que trabajar, de hecho, Matt le dijo que antes de entrar oficialmente a vivir al castillo, firmarían el acuerdo y le serían entregados los primeros 5 millones.¡5 millones! Ni en sus mejores tiempos Ailsa había visto tanto dinero. Habló con Callum y le dijo que no podían decir nada en la casa sobre lo que harían, fingiría que Matt le había ofrecido un buen empleo y así se separaría de su familia.No es que pensara olvidarse de sus padres ya mayores, cuando fuera una mujer de recursos, les mandaría una buena remesa todos los meses, pero si ellos sabían que ella tenía ese dinero en su cuenta o de su trato con Matthew, entonces irían como sanguijuelas a quererlos extorsionar.-