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Capitulo 6 : ¿A quién me llevas?

John

- Buenas noches mis diosas, soy John, te presento mi amigo Auracio y tú?

Ella me da la mano, sus manos son suaves, delicadas, hechas para caricias, mis caricias.

Auracio

Saludo a la diosa frente a mí.

Maldición, ella me pone en todos mis estados, ¿cómo podemos ser tan hermosos? ¡Y este aire angelical! Cuando veo esta cara fina, estos deliciosos labios que solo piden ser comidos y estas elegantes manos que aspiran a darme abrazos, deben ser suaves al tacto.

¿Qué está sucediendo? Me convierto en sentimientos? Por supuesto que no. Haré todo para besarla esta noche y poder olvidarlo justo después.

¿No veo lo que tiene más que los demás? Para hacerme sentir estas sensaciones únicas y locas. No quiero sentir eso.

- Buenos será Amore Mio, yo es Auracio para servirte, eres hermosa.

- Gracias, mi nombre es Ariane y aquí está mi mejor amiga Marianne.

- Enchante, de hecho, soy Marianne, gracias Champagnes.

- Todo el placer es para mí, dijo John, espero que te diviertas.

- Sí, es divertido, tengo la impresión de que son caballeros esperados.

- No te preocupes, ten cuidado.

- Tengo la impresión de que nos matarán con los ojos.

- Estas son solo miradas, no te harán nada, a riesgo de perder tu vida.

- Indulto ?

- No prestes atención a John, bromea.

- Nunca estoy bromeando.

Ariane 

El presunto Auracio esto se mueve al acercarse a mí y le pide a Marianne que le dé su lugar.

- No te pierdas las bragas, señor.

- Sé lo que quiere y te quiero.

Él se instala a mi lado y soy Assalli por su perfume, me invaden este olor a hombre alfa que me hace estremecer. Está tan cerca que nuestras manos lo tocan y tengo escalofríos que enrutan todo mi cuerpo.

Para ocultar mi desorden, le hago la primera pregunta que me pasa por la cabeza.

- ¿Qué estás haciendo en la vida señor?

- Llámame Auracio, hago la exportación de importaciones.

- Y tú ? ¿Podemos ser sintonizados? 

- Sí, estoy buscando trabajo, acabo de terminar mis estudios.

- ¿No eres un poco joven, para haber terminado los estudios? ¿Cuántos años tienes veinte años, veinte años? Si no es demasiado indiscreto.

- No, no es indiscreto, tengo diecinueve años, no demasiado joven para trabajar, pero ciertamente demasiado joven para ti. Si te ofendes. ¿Cuántos años tiene? 

- Anotas un punto, tengo cuarenta años.

- No los haces.

- Gracias, John, ¿puedes dejarnos solos por un tiempo?

- Ok, diga John, levantándose con él, la amiga de Ariane.

- Finalmente solo, dijo Aulicio, acercándose a mí. Conociendo su mano en mi muslo, acariciándome lentamente.

Me trago porque esta caricia me da el púlpito de pollo, mi cuerpo lo pide como sed en el desierto.

Se inclinan hacia mis oídos, siento su respiración en mi golpe antes de sentir sus labios en mi oído que lame retrasadamente. Cierro los ojos y saboreo el momento, es una sensación indescriptible y única, me cuelgo como un drogadicto que toma su dosis después de varios días de falta.

- Te quiero y estoy listo para hacer cualquier cosa para llegar allí, ¿dime tu precio?

- Qué ? 

Antes de darme cuenta de la bofetada, todos lo escucharon. Se vuelven hacia nosotros, todos me miran como si hubiera matado a alguien. Es solo una bofetada muy pequeña, se lo mereció. Estoy tan enojado. ¿A quién me lleva?

El shock

Auracio 

Recibo la primera bofetada en mi vida. Permanezco congelado por la conmoción, nadie ha usado toda mi vida. ¿A quién atrapó? 

Aflojé mis manos alrededor de su golpe y sus abrazos. 

- ¿Qué te está llevando?

Me enderezo con ella, su cuello todavía en mi mano, la presiono contra la pared detrás de ella.

- Solo porque te quiera que te vas a permitir libertades, otros murieron por menos de eso.

- No te dejo faltar al respeto, no soy una puta.

- Todas las mujeres son putas, excepto que las prostitutas asumen.

- Especies de rata de alcantarillado, deja ir.

Ella trata de aflojar mis dedos inquietando, haciendo que mis sentidos burbujeen por su fricción.

Presiono mi piscina contra ella haciéndola sentir mi tercer pie. Deja de moverse comprendiendo lo que está pasando, sus mejillas son rojas, con los ojos muy abiertos, sin aliento.

- ¿Qué es ... que estás haciendo? Un tipo de paciente, perverso narcisista, ¿no me dice eso? No ! No tienes tres pies, ¿verdad?

- No Mi Amore, no tengo tres pies, es solo el pequeño Auracio quien quiere probarte, me digo a mí mismo en sus labios que me presionó para que los probara, que me han llamado desde que la vi.

Sus labios son jugosos como frutas maduras, las devordo como una hambre, estoy en el paraíso, no en el infierno, ya no sé, ya no sé dónde estoy.

En el paraíso porque saboreo este momento mágico y en el infierno porque quiero sumergirme en ella, nadar en su pequeño coño apretado, meloso a voluntad.

Ella trata de luchar, para escapar de mi toque, no la dejo hacerlo, lo aprieto aún más, solo somos uno.

Abandoné sus labios por un momento para descender hacia su pecho, sus senos erectos, orgullosos que llaman a mis dedos, tomo el final entre mis dedos, los alicates, las prensas como la toronja muy madura, gimió, se detiene, sus ojos cerrados y saborea el momento. Sus senos están hechos para mis manos, creados para ellos para que se sonrojen a voluntad.

Los presiono, me desborzan un poco de mis manos, las consigo cada vez más, siento que el calor saca de su coño, voy a los muslos que me acaricío, son suaves, vuelvo a su Mont Venus, extendí la barrera de su ropa interior, me acaricia de manera delicada su pubis, ella giró con fuerza, los equipos mi dedo.

- Estás bien empapado para mí, para mi cola, déjame llenarte esta noche, déjame perderme en ti, huir en el fondo de ti, hacerte mía, probarte, chuparte, pasarás la mejor noche de tu vida.

Susurro en su oído:

- Te dije que todas las mujeres son putas, entonces, ¿cuál es tu precio? Dime que lo termine, ¿cuánto quieres pasar la noche conmigo?

Ella se congela e intenta abofetearme, agarro su mano, le pongo un beso.

- No te enojes, no te juzgo, los dos lo queremos.

- Imofera, fea, bastardo, ¿tu madre no te ha enseñado a hablar con las mujeres?

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