ARIEL
No tengo mucho que pensar, lo único que me interesa ya está plasmado en el papel y firmo el documento con las sensaciones alteradas, la mirada profundo de Michael me escruta mientras nerviosa dejo mi nombre completo en el pliego.
—Sera divertido y espero te ayude Ariel—asiento sin poder mirarlo a los ojos—mírame.
—¿Para que? —la presión arterial se me sube
—Te atreves a llamarme por mi nombre, pero no eres capaz de verme a los ojos—dice—¿me tienes miedo?
—Tengo vergüenza de ti—confieso—no debí decirte algo tan personal, así de esa manera y creo que me contratas por lastima.
—Tienes una idea por errónea de mi personalidad Ariel y mírame a los ojos porque sabes que no me gusta repetir las cosas.
Me obligo hacerlo presenciando la misma tormenta la cual te acerca al precipicio.
—Contento.
—Mejor—responde sonriendo—ahora te llevare a casa, mañana comienzas con tus labores y te quiero cumpliendo tus labores antes de las 6 AM que debes arreglar a los niños.
—Es navidad, escuela no tienen.
—Pero si deportes que deben asistir.
Me da la espalda y puedo apreciar su físico intimidante enfundado en un traje que le queda a la medida alterándome los nervios. Busca algo en las cajones, saca algo de ese lugar y se gira anclando su vista a la mia. Esquivo a mirada mordiéndome el labio y se queda mirando como animal a la presa desencadenado un torbellino en mi interior.
—Toma, estas son las tareas que realizan mis hijos y estarás entrando y saliendo de la oficina porque lo único que debes hacer es llevarlos y traerlos.
—De acuerdo.
—Bien, te llevare a casa.
—Y tu trabajo—sigo tuteándolo y parece que no le importa—tienes el dia libre.
—Nunca estoy libre, pero siempre me hago espacio para todo, como por ejemplo ayudar a una suicida.
—Vas a recordármelo toda la vida.
Salimos de su oficina alcanzando la salida.
—Claro que si—deja su mano en mi espalda baja desencadenando tantas cosquillas que me ponen a sudar las manos—voy a restregártelo hasta que lo olvides.
—Eso se ve contradictorio, como olvidar si me lo vives recordando.
—Métodos Ariel—abre la puerta—también debo recordarte que cuando sea necesario, me acompañaras a citas especiales.
—Vino gratis, me interesa.
—No me gusta alcohólicas—lo miro cuando terminan la frase y abre la puerta del auto disimulando su error—para trabajar conmigo.
Dejamos a un lado las palabras, dándole paso al silencio que se toma la camioneta, solo hablo cuando el conductor pide que lo oriente y llegamos dos horas después debido al tráfico que se forma a la hora pico. Donde vivo no es de lujo, es una zona menos peligrosa dentro de lo peligroso de este país y la fachada da pena, pero es un buen lugar para una mujer que deseaba morir.
Abre la puerta del edificio como un caballero y pienso que hasta aquí , me sale con algo que me desestabiliza.
—Tengo curiosidad de conocer tu espacio personal.
—Es personal por alguna razón no crees—digo presionando el ascensor después de saludar al guardia.
—Esta malo señorita.
Maldigo para mis adentros.
—Gracias George—bufo—nos tocara subir escaleras entonces.
—Tengo buen físico y tú.
—Pésimo.
Tomo la iniciativa de ir primero.
—Tienes una figura delgada—se me atasca la saliva—te cuidas con la alimentación o no estas comiendo nada en lo absoluto.
—Mi alimentación es casi nula, excepto cuando deseo atiborrarme de gasolina, veneno o algún líquido que pueda matarme.
Me giro para verlo y tiene las expresiones serias.
—Estoy bromeando—continuo subiendo las infernales escaleras—realmente he perdido el apetito, la comida no me sabe bien y si desayuno es de milagro.
—¿Has sentido mareos?
—¿También eres doctor? —su sonrisa me aliviana la saliva—que otra profesión tienes Michael.
—Ni te imaginas
Rebusco las llaves cuando caminamos por el pasillo y rezo al altísimo que las piernas no se me traben, viene detrás de mí y camino con pie de plomo para no pasar una vergüenza. Llegamos a mi puerta y meto la llave, abro la puerta y me hago a un lado para que continue.
Pasa por mi lado y su perfume me contrae toda y debo sacudirme mi mente que lanza imágenes calientes de él y yo. Al lado de la puerta esta el interruptor, lo presiono iluminando mi humilde morada que repara y menos mal pese a todo no soy una desordenada.
—Pensaste que deseaba morir rodeada de pura basura—hablo de detrás de el—no hay que perder el estilo para algunas cosas.
—No he dicho nada, aunque me sorprende lo limpio que esta el lugar.
—¿Café?
—¿Algo de beber tienes?
—No me gustan alcohólicos—aplico la misma, pero no se tensa consiguiendo que me avergüence.
—Entonces estoy dentro tu lista—responde—no pienso beber nada, muchas gracias por el ofrecimiento.
—Solo quería ser amable contigo Michael—me encojo de hombros—si ya terminaste de investigarme y sacar conclusiones si tenía o no el apartamento desordenado, nos vemos mañana.
—Hasta mañana.
—Hasta mañana Michael.
Deja su perfume enloquecedor en el espacio y cierra la puerta no sin antes dedicarme una mirada cargada de poder. No solo su aspecto físico, estatura le da presencia y dominio, tiene una mirada violenta que me pone floja las piernas.
No hago nada para comer, sin embargo utilizo el tiempo para arreglar y empacar mis cosas personales, tendré los fines de semana para mí y es por eso que trata de organizar todo para estar de vuelta.
Llevo ropa para varios días, voy al baño por mis cosas personales que empaco en una bolsa y guardo en la parte delantera de la maleta.
—Tienes el trabajo—es mi hermana.
—Si, mañana comienzo—me tiro a la cama—creo que me gustara, los niños son un amor.
—Ahora que firmaste y como sé que ya conociste a los niños debido a tus palabras, debo ponerte sobre aviso.
—¿De que? —me asusta.
—Cuídate de Sofia, esa niña es una terrorista—parpadeo varias veces para asimilar sus palabras—tiene una apariencia encantadora pero es el demonio en piel de ángel hermana.
—Eres una exagerada, a niña me pareció lo más de tierna—de la nada pienso en sus ojos y un calor inexplicable se me sube.
—Hermana por favor hazme caso y presta atención a las advertencias, el niño no tiene tanta maldad, pero esa jovencita es la hija de satán.
Logra provocar una carcajada que hace más de un año no se dibujaba en mi rosto. Es muy cómico lo que me dice y no puedo creer que ese angelito sea lo que ella dice.
—Te quiero hermana.
Intento dormir, pero sus ojos se me vienen a la mente y como un zombi me levanto al día siguiente muy temprano, me organizo rápido sacando mis cosas personales y me sorprendo al notar un auto esperándome, lo reconozco porque es el mismo hombre que condice para Michael.
—Buenos días señorita—vienen por mis dos maletas—el señor me envió a recogerla.
—Gracias.
ARIELARIELEs lo único que digo, me subo al auto que huele a ese hombre y debo darme un golpe mental para no caer en divagaciones estúpidas. Respiro y despejo mi mente en todo el camino, hasta que llego a la lujosa mansión.—Buenos días esperanza—saludo a la mujer mayor.—Buenos días niña—me sonríe y dos empleadas más vienen a mi encuentro—te presento a Karina y Mayala que nos ayudan con el arreglo de la casa.—Buenos días chicas.—Hola—saluda Mayala, mientras Karina no responde.—Ven que tienes que llevar a los niños a las 7 a natación y después—me dice—allá tienen una persona que se encarga de su cuidado hasta que tu vayas por ellos a las 9, a las 10 Sofia tiene entrenamiento de tennis y a las 10:30 el niño tiene rugbi y a las 12:30 debes recogerlos, traerlos a casa, ver
ARIELApenas proceso todo lo sucedido sin imaginarme que esta pequeña fuera un demonio en piel de oveja. Voy directo a la oficina para ponerme al día con mis labores, pensando seriamente en cómo llevar la personalidad de la chiquilla sin convertirnos en enemiga.Antes de ingresar llamo a mi hermana porque debe darme muchas explicaciones, con un tema en específico y es esa criatura del demonio. Es que todavía estoy es shock y no salgo de mi asombro.—Debes saber manejarla porque la tendrás encima de ti siempre—me dice mientras deseo un cigarrillo en este momento—es una buena niña, pero se siente sola y es su mecanismo de defensa nada mas, tenle un poco de paciencia hermana.—Esa niña da miedo, se cree Dayneris, lo único que le faltan son los dragones para calcinarme—ella sonríe y escucho a su marido —te dejo, no quiero molestarte.
ARIELEl lugar es autoservicio y solo es tomar la bandeja y llenar el plato con la comida de tu preferencia. Hay todo y mientras Abril escoje carne, ensalada y papas dietas, yo solo tomo un poco de ensalada.—Estas a dieta —buscamos una mesa sola—estas muy delgada, pero te vez bien, no necesitas adelgazar mas.—No tengo mucha hambre tampoco—debo hacer algo contra eso pero en verdad comer era algo de disfrutaba hacer y ya escasamente la pruebo.—Estas muy pálida Ariel, deberías alimentarte mejor y más ahora que vas a tener un horario tan movido.—Si, pero por ahora esto está bien, ya miraré que hacer con la alimentación.No quiero que la mujer se de cuenta de mis problemas.—Te recomiendo que comas porque la novia del señor Michael es muy intensa y tu hermana estaba que le daba una úlcera gástrica cada
ARIELEs normal sentirse en una situacion como la mia cuando lo haz perdido todo, cuando todas tus ilusiones, metas y sueños caen a tus pies sin tu poder hacer nada. el cansancio mental te mata lentamente, tus pensamientos por alguna razon son tu peor enemigo y la soledad se vuelve tu peor aliado. te sientes como si Dios te escupiera en la cara donde solo tienes en tu mente una sola cosa y es morir ya que lo unico que deseas es acabar con el vacio que sientes en tu corazon.Me limpio las lágrimas antes de abrir la puerta con la insistencia de Michael por hablar conmigo. No quiero que me vea como una estúpida o más de lo que ya me ve y generarle más lastima de la que ya le genero.Abro la puerta chocando con su mirada verde la cual me despierta muchas sensaciones. Sensaciones que debo mantener a raya siempre teniendo presiente la situación entre él y yo.—Tienes una reunió
Pasan los minutos y me siento ahogada, desesperada, como si estuviera en una habitación fría y sucia. Tomo mi bolsa saliendo de la empresa porque necesito aire fresco o moriré con mis pensamientos.—Señorita la llevo alguna parte.Franco me alcanza en el auto y niego con la cabeza, camino por la acera sin rumbo fijo, sin detenerme ya que percibo todo a mí alrededor como si estuviera en una jaula.Me abrazo a mi misma con el frio que se cuela por mi piel, me hace doler los huesos y me siento en una de las bancas desocupadas mientras personas que visitan el parque se toman fotos o simplemente hablan, sonríen y juegan. Mientras que yo, me encantaría tener algo punzante para poder cortarme las venas.—Señorita—Franco se sienta a mi lado, después de varios minutos, metida en el fango—como se siente.—Muerta en vida—sonríe, es un hombre mayor.
ARIELSalgo corriendo con el corazón latiéndome a mil, la lluvia pega la ropa a mi cuerpo y sin rumbo fijo no me detengo sintiéndome ahogada, con ganas de terminar esto que me está matando lentamente y no me comprendo, no sé lo que tengo, lo único que entiendo es que crece como una larva la cual está invadiéndome completa, haciéndome sentir que ya no soy la misma.No valgo nada, no soy nada y respirar me cuesta más que las ganas de sobresalir. Mi margen de reaccion se achica, siento que soy muy pequeñita y absorbida por el mundo.—Ariel —escucho la voz de Michael y corro más queriendo huir de él, pero me alcanza tomándome del brazo.Forcejeo, no quiero verlo a la cara. Pero es mucho más fuerte que yo dominándome entre sus brazos.—Calma —me lleva contra su cuerpo, pero necesito ac
Capitulo 10ARIEL—No tienes que tenerme lastima.—No es lastima—se pega a mi cuerpo y su acto me corta el paso del aire, al notar su entrepierna dura—mira lo que provocaste solo con mirarte las nalgas.No se cómo se respira después de esto por Dios bendito. Me quedo inmóvil sin saber qué hacer, como mirarlo después.—Siéntate.Preveo sus movimientos y voy por mi ropa, no quiero que vea mi ropa íntima. Sonríe extendiendo en el piso la suya y hago lo mismo con la mía. Que incomodidad, se sienta frente a la puerta yéndose contra la pared y hago lo mismo posándome a su lado.Mala idea porque su brazo choca contra el mío despertando un sinfín de emociones que me contraen el sexo involuntariamente. A él no parece molestarle el contacto, mira la lluvia como cae mientras desafortunadamente yo no dejo de
ARIELEl corazón se me descontrola con sus palabras y solo logro respirar al sentir su risa ingresar deliciosamente por mis tímpanos, siento su aliento en mi cuello y se me paran los pelos mientras sus brazos me acunan fuerte.—Tranquila, porque parece que todo a ti te afecta—me dice—pareces virgen, aunque puede ser por tu baja autoestima en este momento.—Lo lamento.—Deja también de disculparte siempre por todo mujer, afrenta las cosas Ariel, necesito que te vuelvas muy fuerte o que recuperes tu carácter de tiempo atrás.—Lo intentare—respondo con su polla querer atravesarme un riñón—tu novia a ella la quieres.Suspira dejando su mentón en mi hombro mientras la intensa de la lluvia merma.—No sé si quererla, me gusta estar con ella, además en la cama es muy buena.Somo siempre la parte sexu