Él la obliga a arrodillarse mientras la guía con su mano agarrada a su cabello. El piso frío se le clavó en las rodillas a ella y empezó a respirar con pesadez y agitadamente cuando vio su miembro duro y rígido ya preeyaculando.
ꟷAbre la boca ꟷle indicó él.Unas palpitaciones llenas de ganas de lo que estaba a punto de ocurrir se abrieron paso dentro de ella como si tuvieran vida propia.ꟷOblígame ꟷle respondió ella con un brillo en la mirada, si él la volvía loca, ella haría lo mismo con él en un escenario diferente.A Liam se le encendió la mirada. La agarró por el cuello y apretó hasta que ya ella no pudo aguantar más. Abrió la boca para respirar u consiguió coger una bocanada de aire antes que él le metiera su pene en la boca.La lujuria se apoderó de ella a pesar de las arcadas. Notó el grosor de su miembro entre las paredes de su garganta y la saliva le resbalaba por la comisura de los labios hasta la barbilla.Los sentimientos guardados, las sensacioneTragando saliva, Rebecca se acomoda la ropa y se voltea hacia Liam.ꟷLa verdad no comprendo que estamos haciendo ¿Acaso no deberías estar con tu prometida en lugar de estar en un elevador follando conmigo? ꟷlo encara con rabia, rabia por lo que acaba de hacer y rabia con ella misma por caer de nuevo.ꟷ¿Prometida? ꟷpregunta él confundido.ꟷMaya me dijo que tenías un anillo de compromiso o que estabas en busca de uno, te escuchó hablando con Margot ¿Por qué le ibas a estar hablando del tema si no es para ella?Esta vez son los ojos de Liam los que se abren de par en par completamente shockeado por lo que acaba de escucharle decir a ella.ꟷRebe, estás equivocada, eso no…ꟷ¿Por qué tenías un anillo? ꟷle pregunta ella interrumpiéndolo.Liam se queda en completo silencio por un momento.ꟷNo es lo que estás pensando, en verdad que no, te lo juro.ꟷLo peor es que ya no sé ni qué pensar porque no me das respuestas, ahora mismo estás evadiendo el tema, me d
—Te lo digo porque yo misma fui testigo de lo que Margot te hizo, yo presencié lo mucho que te afectó la noticia años después y no quiero hacerte lo mismo, te mereces la verdad.Rebecca continuó hablando después de que el golpe de la noticia los sumiera en un enorme océano de silencio, uno demasiado frío. Ella lo observa fijamente mientras él intenta procesar la información.Pasa mucho tiempo antes de que él diga algo y, no era en lo absoluto lo que ella estaba esperando.—Ya veo.—¿Ya veo? ¿Eso es todo lo que vas a decir? —le pregunta ella desconcertada.—Rebe, es una noticia un poco fuerte e inesperada y me la has soltado así sin más, estoy haciendo un esfuerzo por procesarla primero antes de hablar. Lo menos que deseo ahora es decir algo y meter la pata como acostumbro.—Eso… es comprensible —admite ella— Yo tampoco he tenido mucho tiempo para pensarlo si eso te hace sentir un poco mejor.—Lo resolveremos, no te preocupes. Tengo abogados excelentes para este tipo de… —definitivamen
A la mañana siguiente, Rebecca se levanta temprano nerviosa por haber quedado con Liam en el museo.Todavía no podía creer que él la invitara a uno de los eventos más conocidos y esperados por el mundo de la moda y los famosos.¿Qué podía querer Liam de ella para invitarla a un evento así? O, ¿por qué tenía que explicarle todo exactamente en un museo repleto de cámaras, periódicos, periodistas y toda la prensa que se pueda esperar?Fuera lo que fuera, esta podría ser la última vez que ella lo viera. Él le dejó bien claro que se encargaría del bebé, dijo que no les faltaría nada a ninguno de los dos, pero en ningún momento le aseguró que estarían juntos como una pareja o una familia convencional.Es un padre estupendo y eso no tiene nada que ver con el hecho que viviera con Maya y su madre, bueno, al menos no hasta ese entonces.Ella pudo haber disfrutado de su presencia en la casa, de verlo llegar cansado del trabajo y listo para arrojarse a sus brazos, pero llegó tarde, Margot se le
La confusión de Rebecca era prácticamente palpable. No comprendía nada de lo que estaba sucediendo.Liam le había enviado un vestido precioso, digno de un evento tan respetado como el MET, le había mandado también una limusina para que llegara por todo lo alto, solo para encontrarse toda la zona vacía y sin asomo de él.¿Qué estaba sucediendo?Maya pasa por las enormes puertas y saludo a la guardia de seguridad.—Hola, Janet —le dice con alegría.—Hola, Maya. Recuerda lo que te he dicho antes, no puedes tocar…—Los objetos del museo. Ya lo entendí y no lo haré, no soy una niña —la interrumpe ella repitiendo la frase que la guardia le ha mencionado alrededor de diez veces.Rebecca intercambia una sonrisa entretenida con la guardia y sigue a Maya que todavía se encuentra guiándola a través de la primera sala del museo.De pronto, se encuentran en la sección de la prehistoria. Desde los mamuts hasta los hombres de las cavernas. El aparador muestra a distintos hombres prehistóricos posand
Rebecca puede sentir el calor que emana la lengua de Liam contra su piel. Cada movimiento húmedo contra si clítoris inicia olas de calor dentro de ella.—Mi único deseo es hacer que te corras y, quizás, correrme yo también durante el proceso. No pienso en otra puta cosa —soltó bruscamente, pellizcándole la delicada piel de su pelvis.Ella se pierde en el peso de su cuerpo contra el de ella, en la forma en la que la tiene agarrada de las caderas para asegurarse que no pueda alejarse de él.Sentir a Liam era para ella un placer nuevo y viejo a la vez, diferente y a la vez embriagador y estridente. Volvió a saborearla con su lengua y ella solo pudo inclinar sus caderas hacia adelante, intentando recordar si alguna vez había sentido algo así sin él cerca de ella.—Es desconcertante —dijo él haciéndola sentir su cálido aliento nuevamente contra su piel— Desde que nos despedimos ayer, me he pasado todas las horas pensando una y otra vez en que podríamos collar como quisieras, el rato que qu
Liam no se lo pensó dos veces. La tomó por la cintura y la sentó sobre la barra que delimitaba la exposición.No sabía cómo acababa de tener un orgasmo hacía menos de cinco minutos y ya su pene estaba duro y listo de nuevo para ella. “Dios, esta mujer va a volverme loco, si es que ya no lo estoy”, pensó él.Con manos ansiosas y temblorosas, le subió la falta del vestido hasta sus caderas, armando todo un desorden de tela azul.Con solo un movimiento, su pene estaba duro contra la entrada húmeda y dispuesta de ella.—¿Estás segura? —le pregunta él dándole una última oportunidad para arrepentirse después de haber recordado que ella le había dicho que no podían hacerlo ahí.—Sí, por favor —le suplicó ella y fue lo único que él necesitó.Liam sonrió y empujó con fuerza dentro de ella. Con una sola embestida ya estaba sumergido por completo en su interior. Sus movimientos son amplios y llenos. Cada uno golpea de forma deliciosa dentro de ella. Haciéndola sentir plena, haciéndola sentir qu
—Rebecca, espera, no quiero que te vayas. Eres parte de mi familia —le dice Liam en un intento desesperado por que ella le preste atención y no se marche.—¿En serio? ¿Y dónde queda Margot en esta familia? Y, lo más importante ¿dónde quedo yo? ¿cuál es mi papel? Porque la verdad, no lo entiendo, Liam.Él aspira profundamente y se toma un momento para pensar sus próximas palabras.—Tú eres la cabeza de esta familia, Martin. La cabeza… y el corazón. Como te dije el otro día, eres la voz en mi cabeza. sin ti yo no soy nada, sin ti estoy a la deriva —le sonríe con tristeza— No puedo funcionar sin ti.En cuanto ella escucha esas palabras, siente cómo su corazón se derrite, pero hace todo su esfuerzo por mantenerse fuerte. No puede acceder con solo unas palabras bonitas que le diga.—No respondiste a mi pregunta, Liam.Él la mira a los ojos, de frente, con las manos a sus costados, como si se rindiera, dándole a entender que ella tiene todo el control entre ellos dos. Da un fuerte suspiro y
“Liam le preguntó primero a Margot, tiene que haber sido eso. Ella dijo que no y luego vino a mí, soy su segunda opción. El problema aquí no son los sentimientos de Margot, sino los de Liam”, pensó Rebecca.—¿Me estás diciendo esto porque Margot te rechazó? ¿Es eso lo que está pasando? ¿Soy tu segundo plato?—¡¿Qué?! ¡No! ¡Jamás! Ni siquiera consideraría eso como una opción. Rebe, no veo más allá de ti. Tú eres en lo único que pienso.—Y si se lo hubiese propuesto a mi mamá, yo misma lo habría detenido —declara Maya.Rebecca se gira a mirar a la pequeña todavía más sorprendida de lo que ya estaba si es que eso era posible.—¿No te molesta que tus papás no se casen y que tu padre quiera pedirme matrimonio?—Nop. Con todo lo que discuten, prefiero tenerlos por separados, además, tú y papá se llevan muy bien juntos y cuando estoy con ustedes me siento feliz. Hablé contigo antes de hablar con él, te conocí primero y me caíste bien. Ahora quiero que te quedes.—¿En serio? —pregunta Rebecca