Los días de terapia física comenzaron y Jack estaba más insoportable que nunca, tanto que tuvieron que cambiar un par de veces de fisioterapeuta.— ¿Cuánto tiempo va a durar esto? — preguntó, hastiado, a la mujer que había tomado el desafío de conseguir su completa rehabilitación física.Esta sonrió.— El tiempo lo decide usted, y el empeño en la recuperación también — le contestó con paciencia.Él volteó los ojos como si fuese un chiquillo de nueve años, capricho y rebelde.— Estoy harto de tener que depender de los demás — volvió a quejarse — ¿Puede ese tiempo concluir ahora?La mujer abrió la boca, pero la cerró tan pronto esa dulce joven llegó a la sesión, ya se le había hecho extraño que no estuviese allí.— Deja a Elena hacer su trabajo en paz — intervino Kira, dulce, inclinándose para darle un cálido beso en la mejilla —. Mientras más te quejes, más durará.— Es lo que intento decirle — añadió Elena, continuando con lo suyo.Jack suspiró largamente, y sus ojos volvieron a brill
La noticia lo tomó como si una avalancha lo hubiese azotado sin darle oportunidad a nada. Llegó al hospital tan rápido como el tráfico de la ciudad pudo permitírselo, e incluso así, Kiliam se saltó varios semáforos consciente de la gravedad del asunto.El resto de la familia los seguía en otra de las camionetas.Jack saltó fuera del auto con la mano de su mujer aferrada a él, y en cuanto la enfermera los vio, les indicó apresurada el camino hasta la habitación a la que habían trasladado a Marene poco después de contactarle.Se detuvo abruptamente en la puerta, pues no sabía con lo que iba a encontrarse. Kira lo miró con ojos preocupados, pues sabía todo lo que estaba pasando por su mente en ese preciso instante y temía que pudiera volver a perderse a sí mismo.— No… — dijo con voz críptica, y retrocedió un paso.No se sentía capaz de entrar allí. No se sentía capaz de perderla luego de haberla recuperado.No.Se negaba.Kira suspiró y acarició su brazo, mirándolo compasiva.— Te neces
La mañana del día siguiente, Kira bajó al salón. Allí aguardaban algunos miembros del equipo de seguridad para recibir órdenes precisas y parte del personal de servicio también. — Yo… no sé qué decidiría Jack en este momento — musitó, pues para ella todo seguía siendo muy nuevo. No estaba acostumbrada a dirigir una casa, mucho menos un equipo entero de escoltas, además que Jack tampoco le había pedido que lo hiciera. James se acercó y le sonrió con calidez. — ¿Qué decides tú? — le preguntó, y todos la miraron con cariño y gesto expectante, esperando a que fuese ella quien diese las órdenes. Kira se quedó pensando por varios segundos con las manos alrededor de su pequeña barriga. Después repartió algunas tareas que el personal aceptó y en seguida se pusieron manos a la obra. En cuanto al equipo de seguridad, pidió que el lugar en donde se llevaría a cabo el funeral se respetara la privacidad de la familia. Su escolta personal asintió por sus decisiones tan acertadas. Cuando volvió
Minutos antes…— Mi hijo también estaría a punto de nacer — escuchó Kira detrás de sí, mientras aguardaba con el corazón cargado de expectación y ansias por encontrarse con Jack.Su expresión de alegría y anticipación se desvaneció casi al instante de girarse, porque aunque no hubiese reconocido esa voz… todo de ella advirtió tal determinación y presencia.— ¿Becca? — musitó consternada.El aspecto de la ex amante de Jack la confundió en un principio, y la hizo dudar realmente si se trataba de ella, pues de la Becca que había conocido con atuendos estilizados y tacón fino, parecía quedar una mujer enfundada en ropa deportiva y facciones muy… muy delgadas. Completamente demacrada, como si no fuesen la misma.— ¡Imaginé que tendrías esa cara de sorpresa! — soltó efusiva, echando un vistazo por donde James se había ido hace nada — ¿Por qué no damos un largo paseo y nos ponemos al día, eh, Kira?Ella pasó un trago, sin comprender del todo que hacía allí… mucho menos cuales eran sus intenc
Cuando el jefe de escoltas le explicó en aquella llamada desde la recepción del grupo Akerman lo que estaba ocurriendo, el corazón de Jack pareció detenerse de súbito, solo para entonces reanudar su marcha como una locomotora y provocar que todo a su alrededor dejase de detener el mínimo sentido.La carcasa del móvil crujió bajo la palma helada de su mano, y después de pasar un trago, saltó dentro del elevador y esperó impaciente hasta encontrarse con Kiliam, que ya lo esperaba con el auto encendido y el resto del equipo detrás.— ¿Dónde está James? — preguntó con la mirada fija en la carretera, mientras el auto derrapaba por la ciudad.— De camino ya.Jack apretó los ojos.La sola idea de que Kira y su hija estuviesen en peligro no era algo con lo que pudiese ser capaz de pensar racionalmente, por eso, cuando llegó al pent-house y las puertas del ascensor se abrieron, se fue a por el cuello de la camisa del hombre encargado de velar por la seguridad de los seres por los que indudable
— ¡No, no, no! ¡No vayas a desmayarte! — le había dicho Becca a Kira tan pronto cruzaron la puerta de una enorme casa que parecía abandonada hacía ya un tiempo.Todo estaba cubierto con sábanas blancas y el piso cubierto por una muy fina capa de polvo.La tomó por el brazo lastimado para ayudarla a que siguiera adelante y la dejó caer en el sillón más cercano. Kira se quejó de dolor.— Ten, hazte lo que tengas que hacerte en el brazo — le lanzó las cosas que habían comprado anteriormente y después arrastró una silla a menos de un metro de ella. La pistola seguía fuertemente sujeta en su mano.— Becca, ya esto no será suficiente — musitó la joven embarazada con voz débil —. Por favor, necesito ir a un hospital. Tengo fiebre y…— ¿Sabes algo, Kira? — la interrumpió a cambio, ignorándola completamente —. Cuando conocí a Jack estaba cruzando el peor momento de mi vida. Había perdido a mi abuela, la única persona que me quiso en este mundo, así que me aferré a la compañía que podía ofrecer
En cuanto entró a la habitación y la vio allí, recostada en aquella camilla con la mirada perdida en el exterior, sintió que sus pulmones se encogían y que el aire le faltaba.Odiaba saberla herida… vulnerable. Y sintió rabia consigo mismo por no haberla podido proteger mejor. A ella y a la pequeña adoración en su vientre que ya amaba aun sin conocerle.— Jack… — musitó Kira al percatarse de su presencia. Todo el cuerpo le dolía, pero saberlo a él allí le transmitía muchísima calma.Él reaccionó dando un par de pasos hasta ella.— Estoy aquí — le dijo y tomó su mano entre la suya —. ¿Cómo te sientes?— Bien, pero — habló con un hilo en un hilo de voz —… tuve mucho miedo por nuestra hija, Jack. ¿Sabes si está bien? Nadie me dice nada aún.Jack le sonrió para intentar tranquilizarla.— Cariño, nuestra hija está perfecta.— ¿Lo dices de verdad?Él asintió.— Muy de verdad. Protegiste todo el tiempo tu vida y la de nuestra pequeña.— Oh, Jack — sollozó —. Estaba tan aterrada. Becca perdió
Después de haber estado esperando a Jack toda la noche, Kira se quedó dormida.La mañana siguiente despertó gracias a una de las enfermeras de turno.— Buenos días, señorita, le he traído el desayuno — le dijo la mujer con entusiasmo, colocando la charola con alimentos encima de la mesa que estaba junto a la cama.Kira se incorporó con una sonrisa torcida y musitó un tierno gracias, después le preguntó por el hombre que se había estado quedando a su lado durante las últimas noches, pero la enfermera no pudo ayudarla, pues no había vuelto a verlo desde el día anterior.— ¿Hay algo más que necesite? — le preguntó con predisposición.Kira suspiró.— La verdad… me gustaría darme una ducha.— Por supuesto que sí, venga, déjeme ayudarla. El agua tibia le hará muy bien.Minutos más tarde, se encontraba perfectamente aseada y ya había ingerido la mitad de los alimentos.Durante el resto de la mañana, había intentado contactar a Jack, pero nada, él no contestaba, y así mismo ningún miembro del