Linda seguía en el tocador en un duelo de miradas con ella misma. De esto ya hacía más de 15 minutos, trataba de quitar la loca idea de saltar del puente más cercano y terminar todo o de asegurarse que esa era la mejor opción.
"Mamá tenía razón, ¿quién podría enamorarse de mí?”
“¡Por Dios, ni siquiera ellos me quieren!, en 3 años no me han buscado ni una sola vez, ni siquiera mi familia me extraña, solo tengo a René, pero ella debe continuar con su viaje, sí, me llorará y superara, pero ella lo logrará, conseguirá su sueño de ser una gran pintora, si tan solo pudiera garantizar que conseguirá lo que falta para terminar de pagar el departamento ella estaría bien allí.”
— Solo aguanta un poco más, asegúrate el bienestar de tu amiga, se lo debes,
Deivid paso el resto del fin de semana recluido en su casa, era tanto el anhelo que estaba creando hacia Linda, que ni siquiera le pareció raro que Williams no lo llamara o no fuera a su hogar, él solo pensaba en Linda, en sus pechos bronceados moviéndose al compás de sus embestidas, como lo hizo sentir el ver su rostro cuando alcanzó el orgasmo, era tal las sensaciones que le hacía sentir que más de una vez se masturbo pensando en ella.“¡¿Maldición, parezco un crío, que hizo esa mujer conmigo?!”Para Williams la situación no era distinta, las horas pasaban y no tenía ni hambre, ni sed… nada, Will solo quería que llegara el lunes y así poder verla, se conformaba con eso, pensaba una y otra vez que documentos tenían para revisar, con que escusa la podía llamar a su oficina, como lograr convencerla de ir a alg&ua
Linda llegó temprano ese lunes, de nada le valía seguir escondiéndose, el señor frío la había encontrado, y ella no estaba dispuesta a obedecerlo, no más.“Soy fuerte, ya no puedes hacerme nada Erick, solo me preocupa René y que tú ayudes a Terry a encontrarla. Pero si la mantengo fuera del radar no tendrás nada conque amenazarme.”Si, ella estaba decidida a proteger a su amiga, y enfrentar a Erick.Deivid fue el primero en llegar, otra cosa rara para sumar a la lista casi no había podido dormir, solo quería ver esa sonrisa maravillosa que poseía su asistente.— Hola Linda.– dijo perdiéndose un minuto en el escote de la joven, para luego mirar sus labios.—Hola señor Smith.– contesto con una sonrisa pícara.— Dime Deivid, creo que después de lo que
Erick estaba completamente rígido ante esta imagen, el celeste de sus ojos eran dos glaciares.Conocía a la perfección cada gesto de esa mujer rellena de grandes curvas que creo, porque eso era lo que la mente de Erick gritaba, Linda era suya, ayer, hoy y en todo su futuro, él la creo, la moldeo a su gusto y nadie más la podía tener.En el momento que Williams lo observo supo que pasaba algo raro, y supo que Samara nunca fue el porqué de los nervios de Linda.Luego del saludo de rigor tomaron asiento.Ninguno de los dos hombres se sentó en la punta de la mesa, ellos tomaron asiento en un costado y le indicaron a Linda que se sentara en medio de ambos, algo poco habitual, las asistentes siempre permanecían a un lado o inclusive de pie, pero no Linda, ellos la necesitaban, se habían convertidos en hombres dependientes del aroma de la joven, era su droga...— Siénta
Apenas llego a su departamento, Linda contacto a su amiga. Su mundo estaba colapsando y necesitaba sacar todo lo que sentía.—Rene…. — Las lágrimas que caían casi no la dejaban ver, pero aun así llego hasta el sofá y se dejó caer.— Linda, ¿qué sucede?— Erick fue a la empresa, tuvouna reunión con mis jefes, fue horrible, tenerlo en frente de mí, aun siento su mirada en mí. — el hipo producto del llanto se hacía presente con cada palabra que decía.— Iré de inmediato...— ¡No lo hagas! no puedes venir, si él te sigue… sabes que haría cualquier cosa por ti, eres lo único que tengo.— No puedo dejarte a la buena de Dios, sabes que Dios y los santosse olvidaron hace mucho de nosotras.— No digas estupideces, fuimos nosotras las que no s
Linda pensó que irían al mismo hotel que la última vez, pero para su sorpresa Williams tomó otra dirección.— ¿A dónde vamos?— Te llevaré al mismo cielo.Ella lo miraba con burla, pero aun así no dijo nada, cuando se detuvieron frente al edificio, Linda creyó que solo era un lugar donde este hombre se tiraba a sus conquistas, algún tipo de lugar como el que ella y Rene tenían y a donde estaba viviendo en estos momentos. Pero cuando llegaron al piso de Will, apenas entraron, Linda lo supo.Vio fotografías familiares, enormes sillones blancos formando una ele, al fondo la enorme cocina se dejaba ver bien equipada, esto no era un lugar para traer mujeres de una noche. Y casi con horror dijo.— ¡¿Es tu hogar!?— ¿Porque te sorprende? ¿No pensarás que tengo algún departamento para conqu
Williams estaba en la cocina, se movía con una soltura única y Linda veía que era un gran chef, el aroma que se expandía por todo el lugar era exquisito, tanto como la vista frente a ella, el joven tenía el torso descubierto y un pantalón de algodón gris cubría la parte baja de su cuerpo, mientras ella veía un hermoso y redondo trasero.— Que delicia. — un ronroneo salió de sus carnosos labios.— Y eso que todavía no lo pruebas.—Dijo Will sin quitar los ojos de la cocina.— Si, me imagino que la cena también estará deliciosa.El hombre automáticamente se enderezó cuando se dio cuenta que “por lo de delicia”, lo dacia por su trasero, se giró para seguirle el juego, y su mundo dejó de girar, él esperaba verla con el vestido, lista para cenar he irse, jamás creyó que
Deivid estaba a punto de retirarse de la fiesta, aquella boda le parecía de lo más aburrida, con toda esa gente adinerada tratando de mostrar sus mejores caras, solo para fingir ser decentes, algo que no eran, o por lo menos las mujeres que allí se encontraban, él se había acostado con casi todas ellas y sus esposos lo sabían.Él solo había asistido por si a Linda se le ocurría aparecer, y aunque en un principio su instinto no le fallo ya que la joven asistente apareció en el lugar, pero no ingreso, pronto descubrió que Will siempre estaba un paso delante, y vio como con unas cuantas palabras se la llevo de aquel lugar,si alguien podía conquistar a esa diabla era el mismo diablo. Deivid tenía que admitir que dé a ver continuado con la apuesta hubiera perdido.Ahora solo le quedaba esperar que su amigo lo ayudara a llegar a Rene, la joven rubia lo había cautivado
A medida que la semana pasaba, los hombres se desesperaban, Linda era una gran asistente y cuando se propuso mantener a ese par a raya lo hizo, organizó todo el itinerario a tal punto que apenas tenían tiempo para almorzar y ella jamás quedaba a solas con ninguno de los dos.Por fin cuando llego el fin de semana se arregló para salir con René, ya estaba en su edificio, le parecía ridículo la idea de volver al Bronx, si Erick mando a alguien a seguirla lo más probable era que ya supieran donde vivía realmente.— ¿Estas lista René? — le pregunto a su amiga mientras daba los últimos retoques a su maquillaje.— Ya casi. — la rubia apareció ante su vista moldeando sus rizos que le hacían contraste con el vestido azul brillante que llevaba.— Creo que no deberíamos ir al Killare Rose. —dijo la morena.—