Williams estaba en la cocina, se movía con una soltura única y Linda veía que era un gran chef, el aroma que se expandía por todo el lugar era exquisito, tanto como la vista frente a ella, el joven tenía el torso descubierto y un pantalón de algodón gris cubría la parte baja de su cuerpo, mientras ella veía un hermoso y redondo trasero.
— Que delicia. — un ronroneo salió de sus carnosos labios.
— Y eso que todavía no lo pruebas. —Dijo Will sin quitar los ojos de la cocina.
— Si, me imagino que la cena también estará deliciosa.
El hombre automáticamente se enderezó cuando se dio cuenta que “por lo de delicia”, lo dacia por su trasero, se giró para seguirle el juego, y su mundo dejó de girar, él esperaba verla con el vestido, lista para cenar he irse, jamás creyó que
Deivid estaba a punto de retirarse de la fiesta, aquella boda le parecía de lo más aburrida, con toda esa gente adinerada tratando de mostrar sus mejores caras, solo para fingir ser decentes, algo que no eran, o por lo menos las mujeres que allí se encontraban, él se había acostado con casi todas ellas y sus esposos lo sabían.Él solo había asistido por si a Linda se le ocurría aparecer, y aunque en un principio su instinto no le fallo ya que la joven asistente apareció en el lugar, pero no ingreso, pronto descubrió que Will siempre estaba un paso delante, y vio como con unas cuantas palabras se la llevo de aquel lugar,si alguien podía conquistar a esa diabla era el mismo diablo. Deivid tenía que admitir que dé a ver continuado con la apuesta hubiera perdido.Ahora solo le quedaba esperar que su amigo lo ayudara a llegar a Rene, la joven rubia lo había cautivado
A medida que la semana pasaba, los hombres se desesperaban, Linda era una gran asistente y cuando se propuso mantener a ese par a raya lo hizo, organizó todo el itinerario a tal punto que apenas tenían tiempo para almorzar y ella jamás quedaba a solas con ninguno de los dos.Por fin cuando llego el fin de semana se arregló para salir con René, ya estaba en su edificio, le parecía ridículo la idea de volver al Bronx, si Erick mando a alguien a seguirla lo más probable era que ya supieran donde vivía realmente.— ¿Estas lista René? — le pregunto a su amiga mientras daba los últimos retoques a su maquillaje.— Ya casi. — la rubia apareció ante su vista moldeando sus rizos que le hacían contraste con el vestido azul brillante que llevaba.— Creo que no deberíamos ir al Killare Rose. —dijo la morena.—
Los cuatro individuos salieron del bar a un paso normal, demostrando que no tenían miedo alguno, aunque claro que eso solo aplicaba a Williams y Deivid, se dirigierondirecto al automóvil, mientrasTerry trataba de atrapar con la mirada a Rene, solo eso necesitaba para provocar el pánico en la rubia, pero esta iba con la cabeza gacha, siendo guiada por Deivid, quien miraba a ese hombre de aspecto despiadado. Linda iba atenta a cada movimiento de su amiga, y Williams se dio cuenta de la gran amistad que las unía.“Ella dijo que su amiga la salvó más de una vez, quizás hoy estoy de suerte y pueda averiguar todo, necesito saber si es conveniente decirle a Linda lo que averigüe de su vida.”— Linda.Todos esperaban que aquel hombre llamara a Rene o quisiera hacer algo contra la pequeña rubia, pero no fue así, Rene apenas lo escuchó casi salto a dentro del
Linda apareció completamente renovada, relajada, y es que se dio cuenta que la amistad que les ofrecían estos hombres podría ser la solución a todo, no solo la ayuda de escapar del pasado de ambas, sino que también podría evitar recaer en dormir con alguno de ellos, después de todo ellas siempre tenían una regla, aunque rara vez se les presentó la oportunidad de tener un amigo, pero aun así la regla de oro se basaba en que nada de sexo con amigos.Williams la miró con desesperó, como la primera vez que tuvieron sexo, él estaba dispuesto a todo, con tal de acercarse a esta mujer. ¿Pero estaba dispuesto a no tener sexo por ser primero su amigo? Quizás sí, solo sería cuestión de tiempo hasta llegar a su corazón y de ahí a la mierda la amistad. Sonaba fácil, ¿pero lo seria?— Bien, toma asiento, te contaré to
Linda observaba en silencio a Williams, mientras el clavaba el iris azul de sus ojos en los chocolates de ella, este hombre le terminaría de abrir su corazón esta noche.— Cuando eran un adolescente, casi un niño se podría decir, mis padres estaban tan entretenidos viajando por el mundo que me dejaban con una mujer mayor, mi profesora y tutora, ella doblaba por mucho mi edad, ella... abuso de mí. — Los ojos de Linda casi se le salen de sus orbitas y Rene tenía ganas de vomitar.Ambas se imaginaban a un joven rubio indefenso, apenas un puberto, solo a merced de una degenerada. Rene sintió una gran pena, ella mejor que nadie sabía lo horrible y asqueroso que podía ser el hecho de que alguien que no quieres te toque, para Linda la situación no era diferente, ella intuía la gran marca que aquello dejo en el ahora hombre, si para una niña es muy difícil superar y hablar de
Linda dejaría que Williams decidiera por ambos, terminaría por rendirse ante aquel hombre, pero sería él quien tomaría la decisión final.— Siempre fui una mujer de auto estima baja, mi familia como ya lo dije se burlaba de mí, de mi aspecto, René fue mi Pilar de apoyó, ella me defendió de todos en el colegio, pero … no podía estar siempre a mi lado, un día alguien tomo una foto mía en los vestidores del colegio, al día siguiente estaba pegada por todo el instituto, mi foto… desnuda, fui a pedir ayuda a mis padres pero lo único que conseguí fue que me dijeran que no tenía nada de qué preocuparme, que una imagen tan asquerosa como esa solo la recordarían quienes tuvieran pesadillas. — Will no podía creer lo que escuchaba, intuía que la familia de la joven no la quería y él sabía el porq
Rene camino por el pasillo y luego de abrir dos puertas, aun no daba con la correcta, estaba a punto de gritar el nombre de su amiga, cuando una mano tatuada la tomo del brazo, haciéndola girar.— Ven aquí ¿qué haces?— Voy por Linda, debemos salir de aquí.— Oh no, tú te quedas. — Y sin decir nada más Deivid cargo a Rene de nuevo a la habitación como si de un costal de papas se tratara.— ¡Suéltame!— De acuerdo fiera. — Rene era pequeña, pero golpeaba fuerte, aunque Deivid tenía miedo de que lastime sus manos, las cuales daban golpe tras golpe a su estómago.— Ahora apártate de la puerta. – ordeno la rubia.— No, de aquí no sales, ¿dime que te molesta?— ¿Y lo preguntas?¿Acaso los tatuajes en tu cabeza te dañaron las ne
El lunes llego y Linda estaba nerviosa no podía evitarlo, si bien el día anterior todo había estado más que bien con Rene que fue muy bien recibida por Sara la madre de Deivid, ya que gracias a la joven rubia su hijo había regresado a aquella gran casona y ahora no se sentiría tan sola. Para ella y Williams las cosas fueron diferentes, el hombre estaba hambriento de ella, pero Linda le pidió su espacio, si él quería que ella se quedara en aquel piso mirando el mundo bajo sus pies, debía proporcionarle una recamara propia, ella no pensaba compartir su cama con él, o por lo menos no de esa forma.—No puedes estar hablando en serio, creí que entre nosotros ya estaba todo claro.— Pues no Will, no entendiste, si me quedo e intentamos algo…— Como ser pareja. — la interrumpió el rubio.— Eso, debes darme mi lugar. — a ella inclu