El pasillo del hospital se encontraba en completo silencio cuando Cameron se sentó a su lado con dos vasos de café, ella lo miró por un momento y sonrió antes de tomar el vaso de café que él acababa de traer para ella. Él solo la miró antes de regresarle la sonrisa, bebiendo un poco de su café antes soltar un gruñido que llamó la atención de ella.
—Me quedó bastante fuerte—susurró él, tratando de mantener el silencio que había en el pasillo, de vez en cuando pequeños gestos de asco se formaban en su rostro por culpa del olor a cloro y lejía que había en el hospital.
—¿Quieres el mío?—preguntó ella, extendiéndole el vaso de café— el mío está muy suave para mi gusto.
—¡Nena me equivoqué de vasos!— soltó riendo— ¡
El examen que se encontraba frente a ella era exactamente el mismo que había reprobado la última vez. El profesor se encontraba en su escritorio, sentado en la típica silla de madera que había en la universidad. Frente a él había unos cuantos exámenes vacíos que no habían sido recogidos por los alumnos que tenían que presentarse a la recuperación del examen.Kiara pudo resolver con facilidad el examen, recordando como Cameron había pasado toda la noche con ella, ayudándola a aprender de química, explicándole ejercicios que probablemente vendrían en el examen. Él se había esforzado tanto ayudándola que no quería defraudarlo con una mala calificación, quería una buena calificación para demostrarle que en verdad todo el sacrificio que había hecho con ella al no dormir había valido la pena. Deseaba mos
Cameron mantenía una sonrisa de oreja a oreja mientras hablaba de lo que usualmente solían hacer en los entrenamientos intensivos y cortaba corazones de fondant con ayuda de un cortador de metal que ella le había dado hace una hora atrás. Incluso si no tenía que estar ahí para ayudarla, lo había hecho porque creía que de esa manera ella podría terminar más rápido y no tendría que forzarse a dar más de lo que su cuerpo podía dar. Además, le encantaba hacerle creer a su madre que estaba en ese lugar para aprender más del negocio cuando en realidad solo estaba en ese lugar para ayudar a Kiara en todo lo que fuera necesario.Amaba ver la manera en que ella solía concentrarse en cada trazo, en cada color y en cada diseño. El simple hecho de ver como entregaba su corazón en cada diseño le hacía sentir tan bien por que amaba ver como ella
La habitación se mantenía en silencio a pesar de encontrarse juntos en aquel lugar. Kiara se encontraba en el borde de la cama, en completo silencio mientras observaba la manera en que Cameron doblaba y guardaba la ropa de entrenamiento dentro de su maleta. Él ni siquiera sabía que ella igual que él había hecho una maleta.—¿Seguirás molesta?—preguntó Cameron de repente, rompiendo el silencio que había permanecido desde que habían salido de la pastelería. Fugazmente la observó y metió unas cuantas camisetas de juego en la maleta.— creía que estábamos bien pero ya veo que no es así, podemos hablar de lo que te molesta si es eso lo que quieres. ¿Te molesta que vaya al entrenamiento?—Claro que no—respondió ella al escucharlo, tímidamente lo miró a los ojos y se cruzó de brazos a
Kiara soltó un ruidoso suspiró al mantenerse sentada frente al autobús por unos cuantos. Después de su poderoso suspiro se percató que todo a su alrededor se encontraba prácticamente silencioso, a pesar de que las personas se estuvieran despidiendo de sus familiares y amigos. Tras de ella se encontraban dos grandes relojes digitales que se veían reflejados en las grandes ventanas del autobús. Cada uno de ellos marcaba la hora con grandes números de color rojo, con la única diferencia de que uno marcaba la hora actual y el otro marcaba la hora de salida del autobús.Se sentía tan solitaria en aquel lugar, rodeada de personas que tenían a alguien para poder despedirse. No podía culpar a nadie más que a ella por encontrarse en esa situación tan solitaria. Ella misma había decidido alejarse de todos para evitar algún dolor en el futuro pero en esos momento
Cameron permaneció en completo silencio, observando desde una esquina de la habitación como el doctor comenzaba a enyesar el brazo de James. Su espalda se mantenía recargada sobre la pared, sus brazos cruzados sobre su pecho mientras observaba fijamente el rostro de su compañero. Aún podía sentir dentro de él la ira contenida, haberle roto la pierna solo habia sido un poco de lo que Mike se merecía. Necesitaba regresarle a Mike todo lo que le habia hecho a James, podía sentir sobre su piel la manera en que la ira y la frustracion viajaban de un lado a otro. Cada vez que su mirada se encontraba con la de James se preguntaba si él realmente estaría bien en un futuro. Quería abrazarlo y decirle que siempre estaría para apoyarlo pero ni siquiera eso podía hacer. Nunca habia tenido esa clase de cercanía con sus amigos y no encontraba la manera de poder acercarse a él. Solo nece
Los pequeños jadeos de dolor fueron ignorados por Cameron una y otra vez mientras él simplemente continuaba haciendo soñar aquel silbato. Le había dicho a los miembros nuevos del equipo que los entrenaría tan duro que los haría llorar y en esos momentos los novatos comenzaban a creer que él había hablado enserio. Cameron estaba molesto, se veía en su rostro y cada vez que el silbato soñaba con fuerza se podía ver en su rostro la molestia. Normalmente Cameron era amable con los novatos pero ese día y en ese momento específico, estaba furioso.Lo único en lo que podía pensar era que deseaba vengarse de Mike, quería encontrar la manera perfecta de hacerlo y lo único en lo que podía creer era en los novatos de su equipo. Necesitaba convertir aquellos novatos en profesionales, deseaba verlos jugar bien y si era necesario hacerlos sangrar pues entonces lo ha
Cameron se detuvo en la puerta del autobús al ver subir al ultimo de sus compañeros, el campamento había pasado tan rápido que ni siquiera se había percatado de lo fácil que los días habían transcurrido. Estaba emocionado por regresar a la ciudad, a casa para encontrarse con su amada pelirroja. No había tenido ni una oportunidad de contactarse con ella y aunque hubiera tenido la oportunidad no la hubiera llamado. James le había dejado en claro que ella necesitaba privacidad y él lo entendía pero en esos momentos lo único que quería era llamarle y escuchar su suave voz.—Puedes subir— comentó el entrenador al verlo en la puerta del autobús.—Bien— susurró Cameron, subiendo por completo en el autobús. Buscando con la mirada la caja donde el entrenador había colocado cada uno de los teléfonos celulares. Una peq
Cameron se llevó ambas manos al saco de color negro que llevaba sobre su trabajado pecho firme. No quería estar ahí y todos lo podían notar. Estaba emocionalmente agotado, había dormido fatal por culpa de sus dolorosos pensamientos y lo único que quería hacer era ir a buscarla.—Sonríe— pidió su madre, tratando de dibujar una amplia sonrisa en su rostro— todos están viéndote.—Sabias que no quería estar aquí, así que dime…¿Por qué debo de sonreír?—Advertimos que sería una cena familiar, eres parte de la familia, tienes que venir a las reuniones. Incluso si no quieres venir. Sabes perfectamente lo que sucede si me desobedeces—soltó su padre, acomodándose el lujoso saco, tal como lo había hecho Cameron unos segundos atrás. Para Cameron cada uno de las palabras que hab&i