Kiara no podía responder, entre la preocupación que había sentido al no encontrar a Harrison por ninguna parte, la sorpresa de ver a sus padres y luego de verlo a él, arrodillado, proponiéndole matrimonio delante de toda su familia, su capacidad de hablar se había esfumado. Sin embargo, sentía la emoción de la felicidad golpear su pecho con fuerza.—No puedes hacerme esto —murmuró.Harrison esperó.—¡Dios, Harrison! Casi muero de la preocupación imaginándome lo peor —dijo, acercándose a él, sus ojos estaban clavados como puñales en el rostro de Harrison.—No has respondido mi pregunta, cariño —le recordó, sin perder la sonrisa y sin moverse, esperando una respuesta.—Te amo, Harrison, te amo con todas las fuerzas de mi ser. Y sí, sí acepto ser tu esposa, tu amiga y tu amante.Los aplausos y los vítores de la familia no se hicieron esperar, Kate y Ricardo miraron a su hija con orgullo. Cuando Harrison les había llamado, invitándolos a terminar las vacaciones en Hawái, no tenían ni idea
«También me gustaría ser tu cuñada»Las palabras de Daisy tomaron por sorpresa a Meghan, ella miró a Paul y luego a su amiga.—¿De qué me he perdido? ¿Qué es lo que ha pasado en mi ausencia? —preguntó.Daisy la tomó de la mano y la llevó al sillón.—Siéntate —dijo, mientras Paul se paraba a su lado.—Dios, estoy sorprendida. ¿Cómo fue que pasó? Tú odiabas a Paul —dijo.Daisy miró a Paul.—Me gustó desde mucho antes, Meg, nunca te dije nada porque no quería que te molestaras conmigo por fijarme en tu hermano, pero luego… —Daisy hizo una pausa—, luego las cosas cambiaron y las acciones de Paul fueron decepcionándome cada vez más.Paul bajó la cabeza, pero Daisy le tomó el mentón y le hizo verla.—No tenía esperanzas y me molestaba cada vez que te ponía en peligro. Sentí que todo lo que sentía por él iba convirtiéndose en odio, pero solo me estuve engañando para no sufrir al verlo destruirse.—Daisy.—Déjame continuar, Paul —le pidió cuando él pretendió interrumpirla.—Cuando supe que es
Meghan se tensó al sentir la cálida boca de Patrick sobre la suya, su corazón se aceleró cuando la punta de su lengua le acarició el labio. Ella intentó resistirse, pero no lo consiguió y abrió la boca para concederle permiso.Patrick suspiró y la tomó de la nuca para acercarla más a su cuerpo, sus lenguas se enredaron en un apasionado beso que los hizo temblar de pies a cabeza, fue como una descarga eléctrica que removió todo en ellos.Meghan, con algo de timidez, enredó los dedos en los cabellos cortos de Patrick y se pegó a su boca, lamentablemente el beso se interrumpió por la falta de aire. Cuando se separaron, las mejillas de Meghan estaban rojas y sus labios tenían el color del cerezo.—Lo siento —masculló Patrick y eso fue como un baldazo de agua fría para Meghan—. Lamento haberte besado sin tu permiso, Meg, pero no me arrepiento —susurró, acariciando con la yema de los dedos las mejillas de la joven.Meghan lo miró al escucharlo, por un momento había creído que la escena de l
«También invitaré a Meghan»Los planes de Patrick se vinieron abajo cuando, apenas estaban naciendo, él no esperaba una invitación para Meghan de parte de su madre, eso lo cambiaba todo. ¡Todo!—¿Llevarte a Meghan? —preguntó, sin poder ocultar la sorpresa y el malestar en su voz.Kate asintió.Patrick tomó las muletas, se impulsó y se puso de pie.—No puedes llevarte a Meghan, mamá —dijo.—¿Por qué no puedo? ¿Quién dice que no?Él buscó rápidamente una respuesta, una respuesta válida y que hiciera desistir a su madre de querer llevársela a Grecia.—Meghan está estudiando, mamá. Ya ha solicitado permiso para el viaje a Hawái, no me parece que siga perdiendo más días de estudio…Kate sonrió.—¿Es eso lo que te preocupa? —preguntó y Patrick asintió.—No podemos hacer planes por ella y decidir llevarla a todos lados sin primero preguntarle —insistió.—Por Dios, cariño, solo dije que pensaba invitarla, que ella acepte venir es una decisión que solo ella puede tomar.Patrick se sintió un to
Meghan sintió de nuevo aquel cosquilleo atravesarle el cuerpo y erizarle la piel. La sensación era tan buena que fácilmente podía convertirse en una adicta de sus labios.—Pat, van a vernos —murmuró cuando él liberó su boca.—No importa, Meghan, no me importa si nos ve el mundo entero.Ella se alejó lo suficiente para enfrentar su mirada.—Aún no creo que haya pasado el tiempo suficiente, Pat.Él estiró la mano y atrapó la muñeca de Meghan.—Sé que es difícil para ti confiar en mis sentimientos y que sientas que todo es muy apresurado, Meghan, pero no es así. Lo que sentía por Astrid fue mermando poco a poco, sucedió antes de que tú llegaras a mi vida.—Antes de que tú me trajeras, querrás decir —refutó Meghan.Patrick le sonrió.—Antes de traerte a mi vida —rectificó él.—¿Cómo puedes estar tan seguro, Pat? ¿Por qué no te diste cuenta antes de que tus sentimientos por ella ya no eran los mismos? —le cuestionó, ella no se apartó del toque de Patrick y tampoco se resistió cuando él tir
«¡Patrick!»Harrison había corrido a la oficina de su mejor amigo apenas la secretaria le había informado que Patrick estaba en el edificio.—¡Patrick! —gritó, abriendo la puerta, mirando el asiento vacío. Harrison frunció el ceño, al dar un paso al frente giró el rostro para encontrarse a Patrick y Meghan.—¿Qué hacen? —preguntó, al ver a Meghan atando las correas de Patrick.—No puedo agacharme sin estrellarme —dijo, justificando la posición en la que Meghan estaba. Cuando habían escuchado que Harrison lo llamaba, ella se había deslizado de su cuerpo y arrodillado delante él.Harrison enarcó la ceja al darse cuenta de que Patrick le mentía, no tenía que ser un genio para saber que había interrumpido algo. Meghan y Patrick tenían los labios rojos y ligeramente hinchados, la camisa de su amigo se veía arrugada.—Ya veo —musitó.Meghan tragó el nudo en su garganta y se puso de pie.—Hola, Harrison —saludó, sus mejillas estaban rosadas, lo que confirmaba la sospecha del hombre.—Hola, M
«¡Yo!»Patrick había visto la oportunidad y la había aprovechado, no podía darse el lujo de perderse el viaje a Grecia y no estaba loco como para insistirle a su madre para que dejara a Meghan en la ciudad con el árabe interesado en ella; era un peligro que no necesitaba correr ahora que estaba conquistándola. —¿Tú? —preguntó Ricardo con desconcierto.—Sí, yo. Has preguntado quién de los dos puede acompañarlas y es evidente que aún no estoy listo para regresar al trabajo —alegó.Meghan lo miró sorprendida, pues recientemente había tenido enterrada la nariz entre documentos, hasta se había saltado el almuerzo… ¿tendría Hasin algo que ver en su repentina decisión de viajar a Grecia en vez de quedarse en la oficina? El corazón de Meghan se agitó ante la posibilidad de que Patrick estuviese celoso de Hasin.Marcelo fingió ahogarse, ganándose la mirada asesina de su hermano.—Tienes razón, no estás listo para volver al trabajo; sin embargo, el viaje a Grecia puede no ser la mejor idea, hi
Tan pronto cómo Meghan escuchó su nombre y vio venir a Hasin, se detuvo de inmediato y no trató de abandonar la piscina, por lo que pudo sentir el momento exacto en el qué Patrick se sumergió en el agua y nadó hasta llegar a su lado. Su cuerpo se estremeció ante la cercanía del calor masculino, sobre todo, porque la excitación de Patrick no había desaparecido.—¿Qué hace él aquí? —le susurró al oído, bañando la piel de Meghan con su calor, haciendo que los vellos de su nuca se erizaran y un escalofrío le recorriera la columna vertebral.—No lo sé —murmuró ella casi sin voz.Patrick estuvo a punto de gruñir, pero entonces Hasin se hizo escuchar.—Lamento llegar de improviso, Meghan —se disculpó, apartando la mirada del agua para darles privacidad. Antes que nada, era un caballero.—¿Ha sucedido algo? —preguntó Meghan con preocupación. Había estado conversando con Hasin apenas unos minutos atrás y él no le dijo nada sobre visitarla. Así que, algo tuvo que obligarlo a venir hasta la mans