Litza Cooper
Nunca pensé que encontraría otra vez a padre de Kalen, ni siquiera imagine que era un americano. Daba por sentado que mi pequeña gastritis era de procedencia francesa, pero resulto todo lo contrario y el destino volvió a hacernos encontrar.
Cuando Kalen nació intente buscarlo y comencé por donde todo empezó, el hotel, sin embargo, no fue suficiente una descripción del fornido hombre para encontrarlo, ya que ni siquiera sabía el nombre del hombre con el que me acosté y me toco dejar de buscar.
Mis padres me interrogaron hasta el cansancio para saber quién era el hombre que me embarazo, y yo ni siquiera tenía la idea de quién era el condenado dios del sexo con el que pase mi primera noche. No me quedo de otra que alegar borrachera, Elías Cooper sin duda se molestó porque se aprovecharon de su pequeña hija, no obstante, creo que fue todo lo contrario.
Elías supero en meses este momento deshonroso como le llamo mi mamá, la cual me reprocho cada día esa falta tan grave de tener un bebé de un hombre que ni siquiera conocía. La mujer fue tan malvada que quería que abortara, no deseaba que su hija fuera madre soltera con tan solo 18 años, sin embargo, no me sentía bien para dar ese paso.
Sé que una mujer no debe ser madre sino lo desea, sin embargo, no quería tener ese cargo de conciencia y me responsabilice de mi acto. No fui irresponsable por salir embarazada, ya que si me tome mi método anticonceptivo, pero he aquí la falla de los humanos. Estoy de acuerdo con el aborto tanto en sus causales como fuera de ellas, no obstante, apoyar algo no quiere decir que deba hacerlo.
No todas las mujeres están preparadas para afrontar la carga de un bebé estando solteras, y mucho menos poseen la estabilidad emocional para traer al mundo un nuevo ser humano y por lo tanto, se encuentra en todo su derecho de decidir no traerlo.
Ahora miro que tome la decisión correcta, Kalen en brazos de su padre y el papá con un brillo de absoluta felicidad en sus ojos grises. Puedo notar que detrás de esa apariencia de hombre serio se oculta una gran persona que es capaz de amar.
—La sangre pesa bastante —murmuro.
—Se dice la sangre llama, —corrige.
Libero un bufido.
—Como diga señor correcto, —se nota un poco incómodo con esa palabra, sin embargo, él lo oculta bajo una pequeña sonrisa.
—Ahora que te miro mejor, te ves muy joven —dice—¿Qué edad tienes? —interroga.
—Diecinueve —abre sus ojos con sorpresa—, si estuvimos juntos cuando apenas tenía dieciocho ¿Cuántos tienes tú? —pregunto.
—Treinta y cinco.
—Todo un señor —le digo.
—Litza todo esto para mi es una sorpresa, ni siquiera sé cómo procesar tanto en poco tiempo —murmura con su ceño fruncido.
—Darek, la vida no es para complicarse tanto. Puedes visitar a Kalen cuantas veces quiera y buscarlo para salir con él, no es necesario que tengamos alguna relación, me importa más que mi hijo sea feliz y conviva con su padre —le informo, no esperaba que se casara conmigo o que iniciáramos una vida de pareja.
—Eres muy madura para tu edad ¿sabes? —asiento.
—No me complico, lo que me importa es que desde ahora te encuentres presente en la vida de Kalen, ya luego veremos cómo contarle a mis padres que eres el hombre que embarazo a su hija —se tensa enseguida.
La comida que pedimos no tarda en llegar, Darek al terminar se despide y se va a su trabajo, me voy con Kalen a comprar algunas cosas para el apartamento y regreso agotada, sin embargo, mi pequeño necesita un baño.
(…)
En la noche el timbre es tocado, no esperaba recibir visita, sin embargo, abro encontrando a Darek con algunas bolsas de tienda de bebé en sus manos. Se nota que apenas está llegando del trabajo.
—Hola, me pase por una tienda y traje algunas cosas para Kalen —dice.
—Oh… pasa —me hago a un lado, el pequeño se encuentra jugando con algunos coches en la alfombra y se detiene al ver a su padre. Le estira sus pequeños brazos, Darek deja las bolsas de lado y lo carga.
—Hola pequeño —besa su mejilla y este ríe.
—Seguiré preparando la cena ¿te quedas a cenar? —interrogo, lo veo dudar.
—Claro.
Los deje en mi sala mientras continuo haciendo la cena, no esperaba ver a Darek hoy, sin embargo, me siento bien con su compañía y ver que se involucra más en la vida de Kalen es suficiente para estar feliz.
En la vida nunca espere ser madre soltera y mucho menos serlo con tan poca edad, sin embargo, el destino siempre trabaja de manera distinta y amo a mi pequeño Kalen, creo fue lo mejor que llego a mí y que me hizo poner mis pies en la tierra.
Al terminar la cena lleve todo a la mesa, Darek se sentó con Kalen en sus brazos, le extendí el biberón para que lo alimente y lo hizo siguiendo mis indicaciones.
—Ahora colócalo en tu hombro para sacarle los gases —este lo hace, sea quitado el saco y solo lleva una camisa blanca ajustada a su fornido cuerpo. El pequeño libera un gas, sin embargo, noto que también vomita leche en su ropa—, oh… Dios, —hago una mueca, no siempre sucedía eso.
—No te preocupes —dice.
—Quítatela y la lavo, seguro para cuando termines de cenar ya está seca —me entrega al pequeño y se deshace de la camisa. No puedo evitar hacerle un recorrido con la mirada, Darek tiene un cuerpo bastante marcado, se nota que pasa buenas horas en el gimnasio por su pecho y abdomen bien definidos.
Los brazos de este hombre son espectaculares ¿será que los mismo ángeles tallaron su figura?, parpadeo y dirijo mi mirada al pequeño, le limpio la comisuras y luego se lo entrego a su padre mientras acepto la camisa. Me retiro de la mesa al lavado, con un poco de detergente aromatizado y agua tibia logro lavar su ropa para luego llevarla a la secadora en donde la dejo unos minutos.
»Cenemos a lo que se seca —asiente y en silencio pasamos la cena.
(…)
Kalen no ha querido despegarse del torso desnudo de su padre, ¿Quién no querría quedarse dormido en ese pecho? Sin duda envidio a mi hijo, sin embargo, me contengo de lanzar algún comentario.
—Creo se quedó dormido —digo mirando al pecho dormir con sus labios separados—, sígueme —me pongo de pie para guiarlo hasta la cuna de Kalen.
El hombre fornido le da un beso en la frente y lo deposita con cuidado en la cuna, lo mira por varios segundos para luego llevar su mirada a mí.
—No puedo evitar agradecerte por dejarme ser parte de la vida de Kalen, —alzo mis hombros.
—La creación de un bebé es cosa de dos, ninguno fuimos responsable ese día y aquí el resultado —señalo al niño.
Sonríe mostrando sus hoyuelos «Si, es jodidamente sexy» pienso.
—Mi camisa —me recuerda.
—Ya la busco —digo, me retiro de la habitación y regreso con la camisa de este, se la entrego y observo como la pasa por sus fuertes brazos, se abotona dejando los primeros tres sin colocar.
—Nos vemos luego —no llega ni a la puerta porque Kalen libera un grito, me muevo a la cuna y lo saco.
—Shh… shh… ¿Qué paso, gastritis? —acaricio su mejilla por donde ruedan sus lágrimas, no para de lloriquear.
—Dámelo —se lo entrego y mi pequeño traidor deja de llorar mientras se aferra a la camisa de su padre—, todo está bien —lo escucho susurrarle, Darek camina hasta mi cama y se recuesta con Kalen sobre su pecho.
—Es un caprichoso —digo, él sonríe mientras acaricia su espalda.
—Solo quiere estar un poco más de tiempo conmigo —dice.
Suspiro, recojo algunas cosas para tomar una ducha y me voy al baño, no creo que Kalen lo deje ir por varias horas, ya hizo esa rabieta con Elías y tuvo que quedarse a dormir en mi habitación.
Darek Adams Reviso la hora en mi reloj y son las 1:00am, Kalen sea quedado profundamente dormido y lo dejo al lado de Litza que despierta. —¿Te vas? —interroga en un murmullo para no despertar al pequeño berrinchudo. —Sí, no creo vuelva a despertar —mi olor quedo impregnado en las colchas, si el niño heredo mi condición, supongo sentirá que todavía sigo a su lado por el olfato. —Gracias por quedarte —le asiento, me retiro de su habitación y recojo mi saco en su sala. Estando fuera del apartamento reviso mi móvil que lo había dejado tirado, Leonor me ha llamado más de diez veces. Suspiro y paso una mano por mi rostro, ella debe estar muy preocupada por mí. Subo al ascensor y marco el piso que sigue después de este, no tardo mucho como para planear una excusa, camino hasta mi puerta y abro. Mi visión se adapta a la oscuridad, vislumbro a mi esposa recostada en el sofá, supongo se quedó dormida mientras me esperaba. Es la primera vez que llego tarde a mi hogar, Leonor no merece que
Litza Cooper A veces mi hijo hacia rabietas que no podía controlar, no deja de llorar por cualquier mínima cosa, me toco hasta dejarlo desnudo por varias horas pensando que quizás la ropa le incomodaba. Vi la gloria cuando me recosté varios minutos y se quedó dormido, no quise ni moverlo del lugar en donde se rindió durante un par de hora. Espera ver a Darek hoy, sin embargo, nunca llego a ver a Kalen, creo que hasta mi hijo lo extrañaba, ya que mientras jugaba no dejaba de mirar la puerta del apartamento. —No creo que venga, pequeño —a veces creo que hijo es una especie de humano subdesarrollado, ya que hace un tierno puchero cuando le digo eso—, pero tú y yo nos divertiremos en un parque —añado puedo notar como su rostro se ilumina. Kalen tiene casi tres meses en unas dos semanas, no entiendo como puede ser tan inteligente siendo aún tan pequeño. Este nació con un buen peso y tamaño, es de esos niños que lo ves y piensas que tiene más mes de lo que te dicen sus madres. Tomo a m
Darek Adams—Para ser un niño de tan solo casi tres meses es muy inteligente —anuncia Elía que me comenta que se pasó este domingo con su nieto viendo un maratón del rey león. A parte de ser el hombre más infiel, también debo añadir que soy el más hipócrita—, Kalen es impresionante —añade.—Lo es —murmuro, no puedo dejar de mirar la foto de mi hijo en el móvil de su abuelo.Mis padres desean tanto tener un nieto, y me siento pésimo saber que tengo un hijo el que ellos ni siquiera conocen, ¿Cómo puedo seguir comportándome de este modo? Continuo mi vida como si fuera la más normal y cada día me lleno de secretos.—No entiendo como hay hombres que pueden abandonar a sus hijos —eso sin duda fue una patada a mis pelotas, yo era ese hombre del que hablaba—, mi hija nunca ha querido darme detalles del padre de Kalen, sin embargo, no la presiono. Solo espero que ese bastardo nunca se aparezca porque creo que lo mato —añade.Trago saliva.—¿Le envío mi secretaria los informe? —pregunto para c
Litza Cooper Debo estar loca, ni siquiera dude en responderle un sí con mucha seguridad en mis palabras, Darek no dijo nada más y mucho menos me mostro una expresión que de note molestia o reclamo. Tampoco esperaba que se enojara por eso, no hay una mínima brecha entre nosotros y mientras más claro le deje las cosas menos problemas tendré. Encontrármelo fue una coincidencia enorme y pues Kalen es su hijo, no tengo intensión de alejarlo porque es su derecho estar a su lado. Tampoco es como que deseara tener algo con Darek, no voy a negar que este sea un hombre guapo y que para tener 35 años se ve bastante, pero no estoy interesada en tener una relación ahora mismo. Mi mayor deseo es dedicarle un poco más de tiempo a Kalen y luego iniciar una carrera universitaria, culminar y ya ver que hago después de lograr todo mis sueños, no necesito una figura masculina en vida por el momento... bueno no más que la de mi bebé, es el único hombre que requiero. Pienso en Tyler, se nota interesado e
Darek Adams Hoy fue el mejor de mis días, ni siquiera recordaba la última vez que me sentía tan completo después de aquella noche en la que dormí con Litza. Disfrute cada hora junto a Kalen y ella, pero toda esa felicidad se fue en un segundo cuando llego ese hombre, Tyler Williams, mis ganas de golpearlo por acercarse tanto tuve que reprimirla. Mis instintos animales se despertaron, era como si estuviera en peligro o como si tuviera que defender algo en ese momento y yo estaba de acuerdo con mi sensación. Pude oler algo diferente a los demás, no había captado nada tan diferente en otros humanos, Tyler sin duda es como yo. Su mirada revelo lo que suponía y creo este también supo lo que yo soy, ya que se mostró sorprendido y luego se mantuvo alerta, sin embargo, me enojo bastante notar la estúpida sonrisa que se formó en su boca cuando Litza le pidió hablar en privado. Gruño, con mi frente apoyada en el frío cristal de la ducha. El agua fría recorre cada uno de mis músculos tenso,
Litza Cooper No sabía que utilizar para mi salida con Tyler, me dijo que fuera cómoda y no me quedo de otra que colocarme un jean, top blanco con un broche dorado en el centro y una tira larga debajo. Un beneficio que gano mi cuerpo al convertirme en madre fue el volumen tanto en mis senos, glúteo y piernas… y claro no puedo tirarme en el olvido, me inscribí en un gimnasio y tonifique bastante bien. Mi padre conserva mi habitación tal y como la he dejado, me observo en mi espejo de cuerpo completo y me gusta lo que veo, me considero una mujer que siempre es decidida en todo y desde joven he sido madura, no por tener un hijo a temprana edad más bien por mi papá que ha sido un hombre directo y me ha enseñado de todo en mi corta vida, le estoy muy agradecida. Abandono mi habitación con destino a la sala principal en donde mi padre conversa con Tyler mientras Kalen está sobre sus piernas comiendo galletas, me mira y extiende sus manos hacia a mi provocando que la atención de ambos homb
Darek Adams El fin de semana me lo pase con mis padres, ellos están deseosos de conocer a Kalen. Saber que no me juzgan por esto me quita un enorme peso de encima, no quiero cargar mi vida de secretos, el peso en mi conciencia disminuye un poco, pero todavia no es suficiente como para estar tranquilo. Un corazón latiendo me hace detener mi mano antes de tocar el pomo de la puerta de mi apartamento, no es mi madre. Olfateo percibiendo un olor conocido, me da mucha sorpresa y abro la puerta encontrándola caminando de un lado a otro en la sala. En su rostro se planta una enorme sonrisa, me muestro sorprendido aunque ya sabía que estaba allí. —Leonol —digo su nombre con sorpresa, ella corre hasta mí y la atrapo entre mis brazos mientras sus piernas envuelven mi cintura. —Mon amour! (¡Mi amor!) —exclamó en francés para luego plantar sus labios sobre los míos, lo extraño es que por un breve segundo mi cuerpo intento apartarse, sin embargo, mis pensamientos cuerdos me obligaron a corres
Litza Cooper Antes de la tormenta… Desperté sofocada por el calor, sentía que en cualquier momento me iba a morir, me moví tratando de conseguir el lado frío de la cama, sin embargo, solo recibí un ¿gruñido? Se cree animal o algo por el estilo ¡Maldito, Tyler! —Si continuas moviéndote vas provocarme una puta erección —lo escucho decir con su voz ronca. —¡Pervertido! —chillo forzando para que me suelte, lo hace y me siento para fulminarlo con mi mirada, Tyler estira su fornido cuerpo para luego pasar un brazo por detrás de su cabeza. —No puedo creer lo hermosa que te ves recién despierta —dice con una sonrisa en su boca, mis mejillas enseguida se calientan. —Cállate, idiota —suelto y chasquea su lengua. —Siempre matando momentos agradables —bufa antes de salir de la cama e ingresar al baño, creo que se ofendió «Maldito dramático» pienso. Busco mi teléfono para irme hacia el balcón, la vista es impresionante aunque Las Vegas de noche es más hermosa, sin embargo, el cie