Darek Adams Hoy fue el mejor de mis días, ni siquiera recordaba la última vez que me sentía tan completo después de aquella noche en la que dormí con Litza. Disfrute cada hora junto a Kalen y ella, pero toda esa felicidad se fue en un segundo cuando llego ese hombre, Tyler Williams, mis ganas de golpearlo por acercarse tanto tuve que reprimirla. Mis instintos animales se despertaron, era como si estuviera en peligro o como si tuviera que defender algo en ese momento y yo estaba de acuerdo con mi sensación. Pude oler algo diferente a los demás, no había captado nada tan diferente en otros humanos, Tyler sin duda es como yo. Su mirada revelo lo que suponía y creo este también supo lo que yo soy, ya que se mostró sorprendido y luego se mantuvo alerta, sin embargo, me enojo bastante notar la estúpida sonrisa que se formó en su boca cuando Litza le pidió hablar en privado. Gruño, con mi frente apoyada en el frío cristal de la ducha. El agua fría recorre cada uno de mis músculos tenso,
Litza Cooper No sabía que utilizar para mi salida con Tyler, me dijo que fuera cómoda y no me quedo de otra que colocarme un jean, top blanco con un broche dorado en el centro y una tira larga debajo. Un beneficio que gano mi cuerpo al convertirme en madre fue el volumen tanto en mis senos, glúteo y piernas… y claro no puedo tirarme en el olvido, me inscribí en un gimnasio y tonifique bastante bien. Mi padre conserva mi habitación tal y como la he dejado, me observo en mi espejo de cuerpo completo y me gusta lo que veo, me considero una mujer que siempre es decidida en todo y desde joven he sido madura, no por tener un hijo a temprana edad más bien por mi papá que ha sido un hombre directo y me ha enseñado de todo en mi corta vida, le estoy muy agradecida. Abandono mi habitación con destino a la sala principal en donde mi padre conversa con Tyler mientras Kalen está sobre sus piernas comiendo galletas, me mira y extiende sus manos hacia a mi provocando que la atención de ambos homb
Darek Adams El fin de semana me lo pase con mis padres, ellos están deseosos de conocer a Kalen. Saber que no me juzgan por esto me quita un enorme peso de encima, no quiero cargar mi vida de secretos, el peso en mi conciencia disminuye un poco, pero todavia no es suficiente como para estar tranquilo. Un corazón latiendo me hace detener mi mano antes de tocar el pomo de la puerta de mi apartamento, no es mi madre. Olfateo percibiendo un olor conocido, me da mucha sorpresa y abro la puerta encontrándola caminando de un lado a otro en la sala. En su rostro se planta una enorme sonrisa, me muestro sorprendido aunque ya sabía que estaba allí. —Leonol —digo su nombre con sorpresa, ella corre hasta mí y la atrapo entre mis brazos mientras sus piernas envuelven mi cintura. —Mon amour! (¡Mi amor!) —exclamó en francés para luego plantar sus labios sobre los míos, lo extraño es que por un breve segundo mi cuerpo intento apartarse, sin embargo, mis pensamientos cuerdos me obligaron a corres
Litza Cooper Antes de la tormenta… Desperté sofocada por el calor, sentía que en cualquier momento me iba a morir, me moví tratando de conseguir el lado frío de la cama, sin embargo, solo recibí un ¿gruñido? Se cree animal o algo por el estilo ¡Maldito, Tyler! —Si continuas moviéndote vas provocarme una puta erección —lo escucho decir con su voz ronca. —¡Pervertido! —chillo forzando para que me suelte, lo hace y me siento para fulminarlo con mi mirada, Tyler estira su fornido cuerpo para luego pasar un brazo por detrás de su cabeza. —No puedo creer lo hermosa que te ves recién despierta —dice con una sonrisa en su boca, mis mejillas enseguida se calientan. —Cállate, idiota —suelto y chasquea su lengua. —Siempre matando momentos agradables —bufa antes de salir de la cama e ingresar al baño, creo que se ofendió «Maldito dramático» pienso. Busco mi teléfono para irme hacia el balcón, la vista es impresionante aunque Las Vegas de noche es más hermosa, sin embargo, el cie
Darek AdamsDespierto por algunas patadas en mi costado, el olor de mi cachorro me hace abrir mis ojos y observarlo mientras que Kalen me da una hermosa sonrisa. Es como si me dijera buenos días papá, le dejo una caricia en su mejilla, balbucea y patalea a más no poder con bastante fuerza.—Despertaras a tu madre —susurro, el corazón de Litza se escucha lento al igual que su respiración, lo que me confirma que sigue profundamente dormida. Observo la mesita de noche y apenas son las seis de la mañana, suspiro al caer en cuenta que debo volver a mi realidad en la que tengo una esposa a la cual deje abandonada en medio de una noche de tormenta.Es probable que hoy no asista a la empresa, y mucho menos el personal asistirá por los estragos del clima. La conversación con mis padres repercute en mi memoria, Litza tiene que saber que estoy casado, le debo a ella esa verdad y dejar de estar jugando a escondida la familia feliz.—¿Qué tanto piensas? —su voz me saca abruptamente de mis pensamie
Litza CooperLlevo la taza de café a mi boca, degusto el sabor, mientras que Tyler tiene a Kalen en su regazo dándole su postré favorito de fresa, ya han pasado tres días desde la pequeña discusión en mi apartamento. Termine en esta reunión por mi osado padre que me cito aquí y pues para mi sorpresa el hombre que encontré fue a Tyler.—Sé que no debí reaccionar de ese modo —inicia captando mi atención—, pero tampoco pretendo disculparme por quererte abrir los ojos ante el idio… —le frunzo el ceño para evitar que diga grosería frente a mi hijo—. Litza no quiero que te haga daño —añadió dejando salir un suspiro frustrado.—Todo este tiempo he sido lo suficientemente madura como para saber afrontar cualquier situación, Darek es y siempre será el padre de Kalen debes tenerlo claro —digo calmada—. Eres importante en la vida de mi hijo y sobre todo en la mía, pero no por eso tienes derecho de tratar de manejarme como si fuera una empleada de tu empresa —añado.Cuando mi hijo comenzó a crece
Darek Adams Las puertas del ascensor se abren y enseguida mi secretaria se acerca a mí, le doy una sonrisa cansada, por el hecho de que en esta semana me la he pasado de la oficina al hospital para estar al lado de Leonor. —Señor Adams, le informo que el señor Cooper se encuentra ausente —eso es nuevo, ya que este no suele faltar y menos cuando se convoca junta para inversionistas. —¿Dijo la razón? —pregunto, no he tenido tiempo para comunicarme con Litza en estos días, «¿estará enfermo, Kalen?», pienso. Supongo que de ser así ella me llamaría. —Su nieto cumpleaños hoy —me detengo sintiendo como Argelis choca contra mi espalda por detenerme de manera abrupta—. Lo siento —se disculpa recomponiéndose «¿Por qué Litza no me dijo nada?», hago una mueca para ingresar a mi oficina. —Entiendo —murmuro—, después de la junta envíale un informe detallado a su secretaria para que este pueda estar al día con lo que se hable —ella enseguida anota en su libreta lo que digo. —¿Algo más, señor A
Litza CooperObservo mi ropa en el espejo del baño, me agrada lo que vislumbro. El vestido verde oliva llega hasta mis rodillas y lo acompañé con unas zapatillas blancas que hace juego con mi bolso del mismo color, con mis pendientes de diamante que fue un regalo de mi padre en mi fiesta de quinceañera. Al salir encuentro a Tyler con su rostro sereno mirando por el ventanal de la ventana de mi habitación en el hotel donde nos estamos quedando, mi padre reservo dos suites, ya que eran la que estaba disponible y me toca compartirla con Williams, no me molesta porque está dividida en dos.Se gira a mirarme y una sonrisa se forma en sus labios.—Te ves hermosa —le sonrió agradecida por su halago.—Has escogido bien el vestido —digo.—Pero le hace falta esto —introduce su mano en su traje para sacar una caja, me la tiende y la abro. Dentro de ella encuentro un collar de lo que creo son diamantes, ya veo porque me dijo que traiga mis pendientes del mismo material, lo miro con cejas alzadas.