Darek Adams

En la vida todos perdemos algo que nos importa, ya sea un hermano, amigo, padre e incluso hijos. Nunca estamos preparados para cosas así, ni aunque sepamos que esa persona se encuentra en los últimos días de su vida y sé que es difícil admitirlo, pero ese que está en sus finales da más dolor a nuestras almas que los que se van de la noche a la mañana.

Ese es el dolor que tengo en mi pecho desde hace dos años, no existen nada con lo que pueda calmar esa sensación tan amarga y que poco a poco me hace perder la ilusión de que la diosa de la luna volverá a poner a Litza en mi destino. A veces he llegado a pensar que aquel día en el hotel en Paris fue el único momento que tenía para tenerla conmigo para siempre, sin embargo, no quiero alimentar esa idea.

Lo único que me mantiene con mis pies en la tierra es un pequeño que cuando me ve grita papá y que me ha demostrado que esperar, quizás valga la pena, Kalen es el niño más inteligente que he conocido, la forma en la que se