Taylor corrió para acercarse al equipo de seguridad que estaba reunido en la entrada de la mansión, organizándose para tomar sus puestos y relevos.–¿Quién demonios les dijo que podían apresar a Catalina Alcott? – les gritó con rabia.Ellos se miraron entre sí, hasta que uno decidió tomar la vocería por el grupo.–Tenemos ordenes explicitas de Vivian – respondieron.–¡¿Y por qué nadie me avisó del altercado con la señorita Alcott?! ¿Acaso estoy pintado en la pared? Soy un juego para todos ustedes o qué demonios sucede – Taylor estaba rojo de la furia, las venas en su frente resaltaban y se sentia capaz de matar y comer del muerto.–Creímos que sabía de lo sucedido – el guardia, a pesar de hablar con tranquilidad y respeto, mostraba una actitud de altives. Ellos sabían que era mucho peor enfrentarse a la furia de Vivian que a la de Taylor, quien era solo un empleado, igual a ellos.–¡Partida de ineptos! Espero que no cometan un error semejante en la coronación – murmuró antes de salir
–Quiero que sepas que estoy sumamente orgullosa de esto. Te has convertido en el hombre que siempre supe que serias – le dijo Alise a Benjamin, antes de caminar por la alfombra de color azul rey y acercarse al trono, en donde recibiría a su hijo en aquel acto protocolario. –Te amo, madre – fue lo único que respondió el hombre.A pesar de que sabía que estaba haciendo lo correcto y que aquel era el destino que estuvo marcado para su vida desde que era solo un niño, no dejaba de sentirse incompleto, habia algo…más bien alguien que le hacia falta en aquel momento que cambiaria su vida para siempre.La reina le dio un beso en la frente a su hijo y entonces entró en el salón principal de la monarquía, habia invitados de pie viendo con adoración a aquella mujer que había reinado por lo últimos cincuenta años, después de que su esposo murió, Alise sin duda alguna era una reina amada por su pueblo.Afuera de la mansión se escuchaban los gritos de euforia y la emoción de la isla de Bratva, q
Los asistentes comenzaron a murmurar, los guardias corrieron para detener a Taylor y Catalina, la reina miró con confusión a Vivian que gritaba a la parejita frente a ellos y Benjamin analizaba la situación para detener aquel circo que se había desencadenado en la ceremonia.–¿Qué demonios está pasando aqui? – gritó tan alto como pudo.–Pasa que esa mujer no desaprovecha ninguna oportunidad para meterse en lo que no le importa. Ella odia vernos felices y siempre busca la forma de arruinarlo, y esta vez no se lo voy a permitir, Benjamin, no me interesa lo que me digas, ella tiene que salir de aquí ahora mismo – chilló la chica. –Vivian tiene razón – la reina asintió con la cabeza, pero Benjamin estaba seguro de que había una parte de la historia que no estaba completa.Algo estaba sucediendo, de no ser asi, Taylor jamas se hubiera atrevido a llevarla allí después de todo lo sucedido.–¡Guardias, déjenlos! – exigió el príncipe – no se los llevaran a ninguna parte.–Te recuerdo que tod
–¡Catalina! ¿A dónde vas? – gritó Taylor, recuperando la normalidad de su respiración. La mujer lo escuchó, sin embargo, no se detuvo a explicarle lo que estaba pasando, lo único que deseaba Catalina era salir del radar de aquel hombre. Ella no estaba segura de que ese fuera uno de los muchos matones de su esposo, pero tampoco estaba dispuesta a averiguarlo por las malas, asi que lo mejor era abandonar aquel salón que ya estaba envuelto en el caos suficiente.Taylor se quedó con el ceño fruncido viendo como la chica salía de allí, pero por desgracia en ese momento tenia asuntos mas importantes de los que debía ocuparse. –Quiero que saquen a todo el mundo de aquí – pidió la reina, que estaba dividida entre dos sentimientos muy contradictorios, el pesar y la rabia – ¡Ya me escuchaste, Taylor! No quiero que nadie mas presencie de este espectáculo.Enseguida, los guardias obedecieron las indicaciones de Taylor y comenzaron a desalojar la mansión, ya habían quedado en suficiente ridícu
La reina continuaba tratando de tranquilizar a Vivian que no había dejado de llorar.–Tomate esto, te hará bien – ella le dio una tacita de té.Lo cierto era que Alise no aprobaba el comportamiento de su nuera, sin embargo, tambien le dolía verla en aquel estado tan penoso, Vivian era una mujer que había tenido que atravesar por muchos traumas en su vida, la perdida de sus padres y después de su hermana, eso siempre había despertado la compasión de la mujer, quien en ese momento se imaginaba el dolor de la chica al estar perdiendo tambien al esposo y único hombre del que Vivian siempre estuvo enamorada.–¿Por qué lo hiciste? – le preguntó la reina, una vez que la chica pudo dejar de llorar.Vivian planeó la respuesta muy bien en su cabeza, se encontraba al filo de perder la vida que tanto trabajo le habia costado conseguir. –Yo pensé que estaba embarazada – reveló – cuando estuvimos en nuestra luna de miel me sentí muy mal y la enfermera del hotel dijo que era probable que estuviera
–Firme aquí, por favor – dijo el abogado de Benjamin a Vivían que estaba en la oficina del hombre firmando los papeles del divorcio.Vivian miró a Benjamin mientras una lagrima corría por su mejilla – ¿Estás seguro de esto? – insistió ella, esperando que por alguna razón del destino él cambiara de opinión. Benjamin asintió – mas seguro que nunca – aseveró.Vivian apretó los labios y firmó con la mano temblorosa sobre aquel papel que acabaría con la relación de ellos dos. Era solo una firma, una simple caligrafía encima de su nombre, sin embargo, Vivian sentia que su alma se iba con aquella escritura. Ella era consciente de que en ese momento estaba en una posición incluso peor de la que estaba antes cuando Benjamin no se interesaba amorosamente en ella, porque por lo menos en ese entonces, tenia su aprecio, pero todo eso se había ido al caño con las mentiras de Vivian.–Bien, con esto se da por terminado el trámite – anunció el abogado – oficialmente estan divorciados.Pasaron alrede
Aquel dia pasó demasiado rápido para Benjamin y Catalina, como si de repente el reloj estuviera por fin jugando a su favor, recortando los minutos nada mas para reunirlos mas rápidamente. Ambos estuvieron excitados y emocionados por la noche de aquel dia, por fin se verían cara a cara, libres de ataduras e impedimentos. Después de todo lo que habían vivido, por fin eran capaces de tomar decisiones sin pensar en nadie mas que en ellos mismos.Esa tarde, Rose acompañó a Catalina a comprar un vestido para usar esa noche, llevaba un tiempo trabajando y había ahorrado un dinero que le permitía darse un lujo de vez en cuando. Algo dentro de su cabeza le decía que haber comprado aquel vestido rojo ajustado era una buena idea. Valdría la pena.Poco antes de que el reloj marcara las siete de la noche, ya Catalina estaba perfectamente arreglada, el vestido le ajustaba como un guante, los tacones resaltaban sus piernas blancas y tonificadas, y su maquillaje hacia lucir los rasgos más bonitos de
–¿Que? – ella frenó donde estaba, deteniéndose por las palabras que Benjamin acababa de soltar.–Que te elijo a ti. Por encima de todo, te elijo a ti, no sé que demonios acaba de pasar allá adentro, pero vámonos de aquí y vayamos a otro sitio, déjame llevarte a algun lugar en donde solo estemos los dos – el príncipe estaba comenzando a desesperarse para no perder la atención de Catalina.Se sentia ridículo, quizá haberla llevado allá no había sido la mejor de las ideas, tal vez debió elegir otro sitio. Él queria que aquella noche fuera especial y sin embargo no lo había conseguido. No habían tenido la posibilidad ni de disfrutar el plato fuerte.–No – entre más pensaba al respecto más cuenta se daba que aquello que estaba pasando era solo un sueño del que tarde o temprano terminaría despertándose y catalina sabia muy bien lo doloroso que solía ser ese proceso – creo que debemos dejar las cosas como están – ella titubeo, decir aquello le costaba demasiado – deberíamos volver a nuestras