Catalina estaba preparando unos huevos para desayunar, desde que trabajaba en la cafetería, Rose se había encargado de enseñarle algunos truquitos para que la chica pudiera valerse por si misma. Catalina sabia a la perfección como hacer aquellos huevos, tenia la receta en su cabeza y podia recitarla de memoria, incluso se sentia capaz de darle instrucciones a otra persona para que los hiciera, pero esa mañana ella andaba tan nerviosa y alterada que en lugar de ponerles sal, les echó una buena cantidad de azúcar, además de eso, confundió el orégano con la espinaca, lo que había dado como resultado una mezcla asquerosa.–¿Qué estás haciendo? – le preguntó Taylor, quien salió del baño perfectamente vestido con su traje.–Huevos, pero huele extraño – ella se acercó la taza donde los estaba batiendo y notó aquel olor dulzón que jamas habia sentido en aquella mezcla en particular.La chica miró sobre la encimera y entonces de dio cuenta del frasco de Azúcar.–¡Esto ha quedado mal! – soltó c
–Si vas a realizar el procedimiento hay algunas recomendaciones que deberás seguir – Paola se quitó las gafas y miró a los ojos a su amiga – deberás aliviar el estrés, tener una alimentación excelente, dormir bien – le explicó con paciencia.–¿Qué tan rápido podríamos programarlo?–En un par de semanas, hay algunas pruebas que debo hacer antes.Vivian negó con la cabeza y golpeó el suelo con su zapato de tacón.–¡Ese tiempo no me sirve, Paola! Creo que no me estás entendiendo, pero de esto depende mi cabeza – soltó exasperada.Paola levantó los hombros con resignación – no puedo hacer nada mas por ti.–¿Y a ti que demonios te pasa? Desde que llegué aquí no has hecho más que gruñir y hacer gestos.Paola suspiró, Vivian era su amiga desde hacía mucho tiempo, pero el amor que sentia hacia ella no era tan grande como para estar arriesgando su carrera profesional de esa forma, si alguien se llegaba a enterar, ella tambien estaría perjudicada.–Tu misma lo has dicho hace un rato, te estas
Taylor vio el cuerpo descompensado de la chica, la atrapó en el aire justo antes de que impactara contra el suelo de mármol de su apartamento, el hombre tenía el ceño fruncido mientras veia como poco a poco el color se iba de las mejillas de Catalina. –¡Muñeca de cristal! – dijo, llamándola por su acostumbrado apodo – ¿Qué te pasa? – le preguntó, pero, aunque ella había comenzado a abrir los ojos, no tenía la suficiente fuerza como para responder.Él la acomodó en el sofá, levantó sus piernas y esperó hasta que ella reaccionara.Para Catalina, él mundo giraba demasiado lento o muy deprisa, en realidad no alcanzaba a descifrar cuál de las dos sensaciones estaba experimentando, lo único de lo que estaba segura era de que se trataba de algo malo. Aquella foto, aquel hombre italiano, solo significaban una cosa, la habían encontrado y tarde o temprano darían con su paradero.–¿Estás mejor?–Si, no sé qué me pasó – ella mintió, igual a como habia estado haciendo antes – creo que me descom
–Solo llamo para decirte que no me esperes despierta, estas dos noches me quedaré con la familia real. La coronación es pronto y no puedo…. – se excusó Taylor.–Te entiendo – ella lo interrumpió – soy una niña grande, puedo cuidarme sola, Taylor – le respondió, tratando de que el hombre se tranquilizara.–Si necesitas algo, no importa lo que sea o la hora en que lo necesites, tu solo dímelo, ¿De acuerdo? Este celular se convertirá en otro órgano vital para mí.Catalina soltó una carcajada y miró la maleta que estaba hecha a un lado de la habitación, sin duda alguna iba a extrañar a Taylor una vez que abandonara aquel país.–Catalina, ¿Crees que haya alguna posibilidad de que me acompañes el dia de la coronación?–No – respondió sin titubear – no tengo nada que hacer allí, no soy bienvenida con la familia real y lo he entendido a las malas.–Bien – Taylor no pensaba discutir eso con la mujer, él sabia que ella tenia razón, aun asi no perdía nada intentando persuadirla de acompañarlo –
Catalina salió del hospital en cuanto tuvo los papeles en su mano, dentro del hospital nadie sospechó nada de ella, ni siquiera el guardia que nunca llegó con el médico. La mujer caminó por los pasillos como si no estuviera escondiendo dentro de su blazer, el papel que se encargaría de hacer que el príncipe de Bratva fuera libre de los engaños de Vivian. Ella salió por las puertas principales y se despidió de los hombres que permanecían vigilando el perímetro, cuando estuvo afuera, soltó el aire que había estado conteniendo y reviso una vez mas las hojas que tenía escondidas, de alguna forma no podia creer que eso fuera cierto.La chica sacó su celular para llamar a Taylor y decidir que hacer, pero el hombre no respondió, el guardaespaldas estaba para entonces en una junta a puerta cerrada con su equipó de seguridad.–¡Responde! – le pidió ella al aparato – que bueno que tendrías el celular como si fuera otro órgano… – soltó con sarcasmo, recordando las palabras de Taylor cuando se fu
–¡Tienen que dejarme salir de aqui! – la chica gritó y le dio un golpe al metal de las celdas.Estaba próxima a pasar la segunda noche desde que había llegado a prisión y Catalina estaba comenzando a desesperarse, no habia podido dormir nada, tampoco habia comido. Estaba débil, sucia y sobre todo, estaba ansiosa. En menos de doce horas la coronación de Benjamin como rey se llevaría a cabo y ella no podia permitir que eso sucediera sin que él supiera la verdad respecto a su esposa.–¡Tengo que hablar con alguien! Ustedes están violando todos mis derechos – chilló, al borde de la locura.Uno de los guardias, que se había quedado prendado con su belleza desde que llegó, aprovechó que nadie lo estaba viendo y entonces entró en la celda de la chica.–¿Vas a dejarme hacer mi llamada? – preguntó ella cuando él abrio – ¿Qué haces? – la mujer retrocedió en cuanto el guardia volvió a cerrar con él estando dentro.–Creo que alguien tiene que enseñarte a no ser tan escandalosa, eso no es agradabl
Taylor corrió para acercarse al equipo de seguridad que estaba reunido en la entrada de la mansión, organizándose para tomar sus puestos y relevos.–¿Quién demonios les dijo que podían apresar a Catalina Alcott? – les gritó con rabia.Ellos se miraron entre sí, hasta que uno decidió tomar la vocería por el grupo.–Tenemos ordenes explicitas de Vivian – respondieron.–¡¿Y por qué nadie me avisó del altercado con la señorita Alcott?! ¿Acaso estoy pintado en la pared? Soy un juego para todos ustedes o qué demonios sucede – Taylor estaba rojo de la furia, las venas en su frente resaltaban y se sentia capaz de matar y comer del muerto.–Creímos que sabía de lo sucedido – el guardia, a pesar de hablar con tranquilidad y respeto, mostraba una actitud de altives. Ellos sabían que era mucho peor enfrentarse a la furia de Vivian que a la de Taylor, quien era solo un empleado, igual a ellos.–¡Partida de ineptos! Espero que no cometan un error semejante en la coronación – murmuró antes de salir
–Quiero que sepas que estoy sumamente orgullosa de esto. Te has convertido en el hombre que siempre supe que serias – le dijo Alise a Benjamin, antes de caminar por la alfombra de color azul rey y acercarse al trono, en donde recibiría a su hijo en aquel acto protocolario. –Te amo, madre – fue lo único que respondió el hombre.A pesar de que sabía que estaba haciendo lo correcto y que aquel era el destino que estuvo marcado para su vida desde que era solo un niño, no dejaba de sentirse incompleto, habia algo…más bien alguien que le hacia falta en aquel momento que cambiaria su vida para siempre.La reina le dio un beso en la frente a su hijo y entonces entró en el salón principal de la monarquía, habia invitados de pie viendo con adoración a aquella mujer que había reinado por lo últimos cincuenta años, después de que su esposo murió, Alise sin duda alguna era una reina amada por su pueblo.Afuera de la mansión se escuchaban los gritos de euforia y la emoción de la isla de Bratva, q