–Vivian, no… – murmuró Ben, haciendo de todos sus esfuerzos para poder articular una palabra. –¡Shh! No hables mi amor – ella le puso su dedo índice en los labios, le sonrío con lujuria y entonces le besó la boca, metiendo su lengua y dándole pequeños mordisquitos en los labios. Benjamín estaba tan drogado que ni siquiera era capaz de besarla de vuelta. Él solamente estaba allí, prácticamente inamovible mientras ella continuaba tocándolo.A pesar de que le hubiera gustado que aquello sucediera en otras circunstancias, a Vivian no le interesaba que Ben no pudiera tocarla, si tenia suerte, esa no seria la ultima vez en que ambos estarían juntos.–Pequeña – volvió a susurrar Benjamín.–Esta noche no quiero que me veas como a una pequeña, mi amor – ella comenzó a besar el cuello de Ben y descendió, atravesando por su pecho que ya se encontraba desnudo, hasta llegar al comienzo de sus pantalones.A pesar de estar drogado, el cuerpo de Benjamín estaba reaccionando de la manera natural ant
Benjamín negó con la cabeza, lo que su madre le estaba diciendo no podia ser cierto, se negaba rotundamente a casarse con Vivian Caruso.–No puedo hacerlo – susurró, sintiendo como si de pronto un balde de agua helada le hubiera caído encima. Se sentia confundido por todo lo que estaba sucediendo.Es que Benjamín ni siquiera recordaba haber bebido la noche anterior, por eso era que todo carecía de sentido, no entendía que demonios había sucedido y sobre todo, como diablos llegó a la cama junto a Vivian.–Si puedes hacerlo, de la misma forma en que deshonraste a Vivian anoche – señaló – porque no hay que ser un genio para saber que fue lo que pasó entre ustedes dos, no quieras hacerme ver como a una tonta o ingenua – refunfuñó la reina.–No estoy tratando de hacerlo, mamá, pero es que yo… nosotros no – Benjamín comenzó a rebuscar en su memoria, recordaba haber salido de su habitación con ella, recordaba la cena, recordó haberse tomado una copa de champan a pesar de que sabía que no deb
–Acaban de llamar del hospital, despertó a penas esta mañana – anunció emocionado Taylor. –¡¿Por qué no dijeron nada antes?! – chilló Ben – debemos ir a verla de inmediato. Dame unos minutos – le pidió en vista de que seguía estando en bata de dormir – encuéntrame en el estacionamiento en media hora.Taylor asintió con la cabeza y se fue de la habitación.–¿Vas a ir a verla? – protestó Vivian mientras maldecía su mala suerte, no era posible que esa mujer hubiera despertado justo ese dia que estaba siendo tan perfecto para ella.–¡Claro que voy a hacerlo! No pienso dejarla sola.–¿Y si vas a dejarme a mí? ¿Después de lo que pasó anoche? Creo que a partir de ahora tendrás que escuchar un poco más mis opiniones Benjamín, me convertiré en tu esposa, no puedes pasar por encima de mí y mis deseos – comenzó a alegar.Benjamín soltó un suspiro, ni siquiera se habían casado todavía y ella ya estaba comenzando a comportarse de forma caprichosa, Ben no queria ni imaginarse como seria cuando fu
Catalina sentia que su pecho le dolía, tanto como si se tratara de un golpe y no de un dolor del alma, se sentia estúpida, se estaba arrepintiendo de lo que habia sucedido aquella ultima tarde, pero sobre todo, estaba arrepentida de haber creído en las palabras de Benjamín. Todo fue una mentira, él solo queria tenerla por algunos segundos, o por lo menos eso era lo que su actitud le había dejado ver a la mujer que continuaba llorando en la camilla del hospital.–Te engañaron… – ella se llevó una mano al pecho y se lo oprimió con fuerza para ver si de esa manera se alivianaba lo que sentia por dentro, sin embargo, no se sentia bien y algo le decía que no lo estaría durante mucho tiempo. Catalina estaba sufriendo la traición de Benjamín, el hombre que le había dicho que la queria y que a pesar de eso se había comprometido con otra mujer mientras ella estuvo en coma – solo fue un juego más – se dijo a si misma.Ella debió suponerlo, Benjamín era un hombre importante, poderoso, Benjamín p
–Señor, ¿Qué está haciendo? – le preguntó Taylor a Benjamín que salió hecho una furia del hospital – ¿Pasó algo con la señorita Catalina? – cuestionó, a pesar de que su jefe seguía usando el bastón, estaba caminando a una velocidad que no parecia muy recomendada para el estado de su pierna – ¡Benjamín! – Taylor intentó llamar su atención. Benjamín lo escuchó, pero no estaba dispuesto a hablar con nadie que no fuera el responsable de que Catalina se hubiera enterado de su supuesto compromiso con Vivian. El hombre veia todo en rojo, estaba cabreado, sabia que seguramente fue Vivian misma quien le contó de la noticia y lo único que queria hacer era enfrentarla por haberle soltado esa verdad a Catalina.–Benjamín, no puedes manejar – gritó el guardaespaldas, pero Benjamín le arrebató las llaves de la camioneta de la mano, se subió en el asiento del piloto y aceleró a todo dar. Tenía que llegar a casa y pedirle las explicaciones necesarias a Vivian.Taylor se quedó allí de pie en el esta
Mientras Benjamín peleaba con Vivian y su madre por lo que pasó ese dia con Catalina, Taylor, quien seguía en el parqueadero estupefacto por la forma en la que Benjamín se habia ido, decidió entrar a ver a la mujer, en primer lugar para saber como estaba ella y en segundo porque tenia curiosidad respecto a los motivos por los que su jefe estaba tan cabreado. Seguramente tenia que ver con ella, Taylor lo conocía demasiado bien como para saber que había muy pocas cosas en el mundo capaz de desequilibrarlo de esa forma, una de esas era Catalina. El hombre entró directo hasta la habitación de ella y dio un par de golpecitos a la puerta de la habitación, enseguida abrió ligeramente.–Catalina ¿Estás bien? – ella estaba hecha un mar de lágrimas, sus ojos se estaban comenzando a hinchar y su nariz se puso roja – ¿Qué sucede?–Nada Taylor – ella negó con la cabeza, avergonzada por lo estúpida que fue.–No tienes que ocultarme nada, no a mi – él se acercó, le agarró la mano e intentó consol
–¡Tienes que estar bromeando, Taylor! – ella abrió los ojos con sorpresa, las mentiras de Ben seguían saliendo a la luz y ella peor se sentia al respecto.-Señorita Alcott, tengo aquí los resultados de sus análisis – el medico entró en la habitación interrumpiéndolos – todo se ve normal en su organismo, sus costillas están un poco magulladas, asi que deberá tener mucho cuidado y utilizar una venda que se asegure de que nada se salga de su lugar, pero de resto está perfecta, puede irse hoy mismo si lo desea – el medico sonrió – usted y el señor Mascherano tiene mucha suerte.–Me iré hoy mismo, gracias – ella se puso en pie con la ayuda de Taylor y se preparó para salir del hospital. Debía ir con Benjamín para pedirle explicaciones sobre la maldita clausula y más que eso, debía encontrar la forma de deshacerse de ella para poder recuperar su libertad.–Creo que es más prudente si te quedas aquí por un par de días más – le advirtió Taylor – no creo que el ambiente de la casa te haga bien
Benjamín arrinconó a Catalina contra una de las esquinas de la oficina, la apretó contra su cuerpo y la besó con desesperación, no solo porque necesitaba desahogarse, si no porque la adoraba, estaba loco por ella y la necesitaba más que nunca, porque la habia echado de menos, porque por un momento pensó que jamas la volvería a ver y no estaba dispuesto a sufrir lo mismo que padeció cuando Elena murió.Benjamín no pudo salvar a Catalina, pero no pensaba equivocarse dos veces.–¡No podemos llevar esto más lejos! – ella se alejó con dificultad y le habló con la voz entrecortada.–Si podemos, porque tú y yo lo queremos – Benjamín agarró sus mejillas y volvió a besarla – he querido hacer esto desde la primera vez en que te vi, Catalina – negó con la cabeza porque ni siquiera él mismo podia comprender que era lo que ella le habia hecho – me tienes a tus pies.A pesar de que estaba cabreada, Catalina sintió que el pecho comenzaba a dolerle, antes de darse cuenta sus ojos comenzaron a derrama