—Alek, que alegría verte por aquí —Saludo Esteban Lincon cuando lo vio, era el gerente del Banco de Nueva York y un viejo conocido—Lo mismo digo —Alek le devolvió el saludo al hombre—Pasa, pasa hombre, no te quedes ahí de pie —El gerente del banco se alejó unos pasos para dejarlo entrar a la prístina oficina —Siéntete como en casaAquello realmente era imposible, mientras que Alek era de gusto más oscuros y monótonos la oficina del gerente denotaba algo totalmente diferente, empezando la colorida decoración y un mural de flores a sus espaldas. Alek se fijo en la foto familiar sobre su escritorio antes de centrar su mirada en el hombre—No pienso quedarme mucho tiempo —Dijo—Por supuesto que no, jamás pensaría que se tratara de una simple visita de cortesía —El gerente sonrió —¿En qué puedo ayudarte?—Lissa Marshall —Murmuró él —Está a punto de perder su casa por las deudas de su padre, el hombre falleció.Esteban asintió—Recuerdo su caso, no hay mucho que se pueda hacer, atender la
A pesar de que el mundo se le estaba cayendo encima debido a sus problemas financieros Lisa no había podido alejar de su cabeza a cierto hombre ruso, en honor a la verdad ella tenia mucho tiempo en que no compartía con nadie, ya sea de su mismo sexo o no.—Pff —Suspiró, estaba en el pequeño jardín que solía ser de su padre, habia pasado tanto tiempo desde que él habia partido de ese mundo y aun asi su jardín estaba maravillosamente cuidado y repleto de flores, aunque hubo un tiempo en que no era asi. A medida que Lisa iba creciendo fue valorando aquellas cosas que pertenecían a sus seres queridos, habia visto el amor que su padre habia puesto en decorar su hogar y mantener su jardín, él solo había construido un especie de invernadero para que su jardín no tuviera que pasar por la peor parte de la épocas, su padre habia sido un hombre dedico, demasiado lleno de vida y energía pero lo más el cáncer habia aparecido progresivamente esos colores vibrantes tan característicos de la vibra d
Por lo que se podía apreciar a simple vista por fuera el banco central de Nueva York simplemente impactaba. Lisa estaba absorta de solo ver la fachada arquitectónica, altísimas columnas de cemento moldeadas al estilo jónico llamaban mucho la atención, literalmente parecían sacadas de alguna especie de templo griego o algo asi, las escaleras ahora tenían un revestimiento de piedra hasta la acera, parecía ser un trabajo impecable.—Alguien debió gastar mucho dinero en todo esto —Murmuró ella distraída con el lugar a medida que empezaba a subir las escaleras de piedraSe aproximo hacia la inmensa puerta de cristal ofreciéndole una sonrisa al vigilante cuando lo vio—Buenos días —Saludó al hombre vestido con un uniforme azul, el vigilante miro el reloj en su muñeca—Sera “Buenas tardes” —El hombre sonrió a medida que le mostraba la hora en su reloj y Lisa sintió un pequeño sonrojo empezar en sus mejillas antes de que revisara la hora por ella mismaEn efecto, era pasado medio día—Ouh…—P
A medida que Lisa avanzaba por el pasillo directo a la oficina que solía ser del ex gerente del banco recordó vagamente la conversación con Alek el otro día en la posada“Asique ahora es el dueño del banco” Lisa trago saliva, sus pasos resonaban por todo el lugar en el prístino pasillo que iba cambiando a medida que se acercaba a la oficina que estaba en remodelación, distaba mucho de parecerse a como solía estar en sus primeras visitar al banco, al le decía que Alek tenía algo que ver, tal vez financiaba la exhaustiva remodelación y es que el cambio y las mejoras podían notarse a simple vista ¿Acaso sería un socio inversionista?No podía sacar de su mente el hecho de que él habia sido quien habia pagado su deuda, gracias a él aún tenía un techo sobre su cabeza, conservaba la casa de sus padres y todos sus recuerdos… ¿Pero a qué costo?Cuando habia estado en su casa ni siquiera habia mencionado tal cosa, por su cabeza no habia pasado tal posibilidad, jamás se lo habría imaginado y aho
–¿Por qué no te sientas? –la invitó Alek señalando un sofá–. Pediré que nos traigan café.–No es necesario –respondió ella, apartando la vista de su rostro moreno para mirar a su alrededor.–Seré yo quien decida lo que es necesario –la contradijo Alek, levantando el teléfono para pedir el café.A Lisa no le habría hecho falta que le recordase lo autoritario que podía llegar a ser y apretó los labios mientras se sentaba en el sofá, decidida a no permitir que la traicionasen los nervios.–¿Por qué lo has hecho? –le preguntó directamente.Alek se encogió de hombros. No era una respuesta, pero no podía contestar de otra manera. No tenía ninguna explicación altruista ni socialmente aceptable que darle. Lo había hecho por un motivo mucho más básico y egoísta: después de haber visto su vulnerabilidad, había querido ser la única persona que accediese a ella. Era un macho territorial y la deseaba más de lo que había deseado a nadie en mucho tiempo. Y Lisa solo podría tener la libertad de estar
Una impresionante rubia entró al despacho de Alek y les llevó el café y los miró con curiosidad. Lisa, que estaba muy tensa, tomó su taza e hizo un esfuerzo por beber. Su inteligencia y su prudencia le aconsejaban que no mostrase ningún signo de debilidad ante Alek. Él lo utilizaría contra ella: era un hombre despiadado. En las semanas anteriores, había ignorado su poder e influencia, y todavía más su inflexibilidad. Era evidente que lo había herido en su orgullo al rechazarlo. ¿Por qué si no habría ido tras ella? Porque lo había hecho, de eso no le cabía la menor duda, había ido tras ella con todas sus armas, admitió Lisa todavía aturdida, todavía asombrada de que Alek hubiese llegado tan lejos solo para dominarla. Se había enterado de sus problemas económicos y los había utilizado para meterla en cintura. Era dueño de todo lo que le importaba y no había nada que ella pudiese hacer al respecto.Bueno, una opción era marcharse reconociendo que había perdido su casa. Eso sorprendería y
Vestida con un suéter tejido gde color amarillo pastel y unos vaqueros azules desgastados Lisa bajo las escaleras de madera, habia terminado de tomar un baño y arreglar algunas cosas en el segundo piso, su vida se habia convertido en un desastre, bueno, más de lo que ya era antes de ir al banco y enterarse del poco de deudas que tenia encima, para muestra de su desastre emocional solo habia que darle un vistazo a su habitación, el caos era gigantesco y habia pasado toda la mañana afanada en limpiarlaEl oficio habia ayudado a disminuir su ansiedad que habia estado por los cielos desde ese día y ahora aun seguía esperando a que un par de hombres fornidos o vestidos de traje super elegante se presentaran ante su puerta con una orden de desalojo en sus manos¿Qué habría podido hacer? Absolutamente nada, resistirse seguro haría que llamaran a la policía, entonces no tendría que preocuparse por no tener un techo sobre su cabeza, pero seguro pasaría una fría noche tras las rejas de la comis
Alek vio a Lisa salir del ascensor. Estaba preciosa, pero su cambio de aspecto no le gustó. Frunció el ceño mientras se acercaba a él y Alek se dio cuenta de que era el maquillaje lo que ocultaba su belleza natural que, hasta el momento, no se había dado cuenta de que era lo que tanto lo atraía de ella.Lisa se quedó sin respiración al ver a Alek al otro lado del vestíbulo, observándola. Era muy guapo, sexy y masculino. Tragó saliva y notó que se ponía a sudar y que se le erizaba el vello de la nuca.—El auto nos está esperando fuera —anunció él.Y los cuatro hombres que ya habían estado en casa de Lisa los rodearon y les abrieron la puerta de salida, escoltándolos hasta la limusina.—¿Son tus guardaespaldas? —le preguntó Lisa mientras se sentaba en el asiento de piel e intentaba no mostrar su asombro por el lujo de todo lo que la rodeaba.—Da... Sí —le confirmó Alek— ¿Por qué llevas tanto maquillaje?La pregunta la sorprendió.–No me lo he puesto yo –respondió–. Me han maquillado en