No pude dormir toda la noche pensando en las palabras de Amelia, ¿Realmente debo de enamorarme de Valentina? Yo no siento nada por ella, aunque las veces que se ha arreglado se miraba muy bella y se lo he dicho, pero no era un sentimiento de atracción física.

Ayer en la noche recibí un mensaje del abogado, tenía noticias para mí, requería verme hoy a las 7 de la mañana y me envió la dirección donde nos veríamos.

Estaba esperando en el sitio cuando veo venir un vehículo, supuse que era él. A lo lejos podía ver que venía acompañada, pero no lograba ver quien era.

—Buenos días, Sr. Alex, disculpe por hacerlo venir tan temprano hasta aquí, pero sucede algo.

— ¿Qué sucede? —pregunte inquieto, podía ver nervioso al abogado, también se observaba que no ha dormido bien.

—Sr. Alex, lo que hice ahorita, fue porque no vi otra forma de solucionarlo.

—Déjate de rodeo y dilo de una vez. —le reclamé.

Pude ver que él dudaba en decirme, pero si vino hacia mí fue por algo.

—En el vehículo viene conmigo