Roy. - “Espero que el baño te haya espabilado, Arturo, aunque me hubiera gustado que la piscina fuera exterior, y estuvieras ahí fuera, a bajo cero, a ver si así se te congelaba la estupidez”- oí como me gritaba, Wendy totalmente furiosa. - “Ailan estás loca, está ebrio, podrías haberlo ahogado.”- reconocí la voz de mi hermano Marcus, que fue el que me sacó del agua, antes de que ahogara. Como siempre esa loca de hermana que tengo, no deja nada a medias, nunca. - “Imposible, tiene un orgullo y una soberbia tan grande que, seguro que flotaría, hasta si se lo propone, me juego que, como Jesús, caminaría sobre las aguas.”- dijo Ailan rabiando, mientras el mayordomo me pasaba una toalla por encima de mi ropa húmeda, para que no me muriera de frio. Lo bueno fue que por lo menos ahora estaba más consciente que cuando esos tres me encontraron, y la arpía de Ailan me tirara de la silla al agua, lo malo, que volví a sentir el dolor que me había llevado a tomarme botella y media de whisky,
Hanna.- “¿Estas seguras que quieres hacer eso Hanna?”- me preguntó Bea mientras me ayuda a terminar de cargar las cosas en mi coche después de ponerle las cadenas.Había pocas personas caminando o circulando por las calles, y era normal, hoy era Navidad, y todo el mundo estaba celebrándolo. Mientras yo me sentía como si me hubiera metido en una lavadora y me hubieran centrifugado a máxima potencia. Ya no sabía ni lo que sentía, no tenía lágrimas que derramar, las había derramado todas, y si había alguna, las iba a dejar para el camino, ahora, sólo me quedaban regresar junto a Mia.Antes de dormirme anoche, o mejor dicho de madrugada, había decido no regresar a Alemania en avión, no quería usar el boleto de avión que me había comprado Ailan, no tenía nada en contra de ella, más que era la hermana del hombre que amaba. Pero si quería superar esto debía, alejarme de los Miller, o era muy capaz de arrodillarme delante de Roy William Miller, y aceptar las migajas que él quisiera darme. An
Narrador.- “¡Quiero hablar con el asistente del presidente o con el presidente!”- dijo la rubia de curvas despampanantes, de una altura considerable, y ojos verdes esmeralda, vestida con un vestido rosa ceñido, y una chaqueta de ante blanca, golpeando con sus uñas de diseño, el mostrador de recepción del grupo Miller.La recepcionista la miró con descaró como analizándola, no le gustaba la actitud exigente y descarada de la mujer que tenía delante.- “Otra busca fortuna que quiere ganarse los favores del CEO del grupo Miller, son todas igual.”- pensó la recepcionista.- “¿Tiene cita, señorita…?”- la rubia la interrumpió.- “Beatriz Walter, pero no me van a conocer por mi nombre. Así que mejor dígales esto, que soy la mejor amiga de Hanna Müller.”- dijo la rubia mirando a la recepcionista que la miraba con disgusto y altanería.- “Perdoné señorita Walter, sin cita no se puede dar paso a la empresa. Le sugiero que concrete una cita y …”- Beatriz interrumpió a la recepcionista.- “Yo te
Roy. - “Señor en la recepción esta la señorita Walter, dice que viene de parte de la señorita Müller.”- oí como me decía mi asistente a través del teléfono, haciendo que mi corazón diera un vuelco. - “¡Que suba ya! Acompáñala hasta mi despacho, y anula las citas de esta tarde”- le ordené de forma inmediata. Tras colgar me levanté de mi silla, en la que llevaba sentado desde hace días, prácticamente, no salía de mi despacho. Ha pasado dos semanas desde Navidad, desde que Scarlet huyo de nuevo lejos de mí. Y lo único que he conseguido es que, ni mis hermanas y ni mi madre, me hablen, y si lo hacen, es sólo para decirme lo idiota que soy. Lógicamente esto ha conseguido que también mi padre este entre molesto y preocupado, sólo mi hermano Marcus, es neutral. Mi padre me dejó claro que se encontraba entre dos mundos, lo confirmé cuando me dijo: - “Hijo, aunque te creas más inteligente que el resto, siempre es bueno seguir los consejos de las personas que han pasado por lo mismo que t
- “Primero quiero hacerte una pregunta Roy Miller, espero que seas sincero respondiéndome.”- me dijo la señorita Walter. La miré y asentí, mientras me acomodaba en el sillón frente a la que ella estaba sentada. Perfectamente sabía que yo no le iba a ocultar nada, cualquier cosa o persona que me acercara a Hanna, me servía. - “Bien como acabas de ver soy muy directa, odio irme por las ramas, así que al lio. ¿Qué sientes por Hanna?”- preguntó la rubia mientras cogía la copa de vino blanco que tenía delante, sobre la mesita de café de mi despacho había un banquete digno de los dioses, que había mandado Gordon a traer desde uno de los mejores restaurantes de la cadena de hoteles Miller. Imaginé que ante el trato que había recibido de la rubia, Gordon había intentado demostrar lo eficiente que era. - “No suelo hablar de mis sentimientos con nadie y menos con desconocidos, pero, como entenderá encontrar a Hanna es mi prioridad ahora mismo, así que seré sincero con usted señorita Wal
Roy. - “Bien, veo que lo ha entendido, bueno pues aun así tardo mucho en decidirse, sólo cuando estuvo a punto de dejar la carrera, para ponerse a trabajar, por medio de otra compañera de clase que trabajaban para la agencia, cedió a realizar una entrevista, ella también tenía un total desconocimiento sobre este trabajo, y pensaba de él lo peor. Pero cuando lo conoció se lo tomó como un medio de vida, que para su hermana supuso tener una vida normal, y tranquila, dentro de su mundo conocido. Todo iba bien hasta varios factores coincidieron, tú entraste en su vida, su novio la engañó, su hermana tuvo el accidente, y después el incidente, que tú ya conoces, porque estuviste implicado, que hizo que ella rompiera una de las reglas que teníamos, como lo hizo mal nacido del cliente, y fuera despedida.”- me dijo parándose para tomar algo de la mesa, y llevárselo a la boca. Volví a revivir la ira arrasadora al pensar en esa noche, y en el desgraciado de Collins, sobre todo cuando intentó
Hanna. - “Señorita Müller, después de la última revisión del estado de su pierna, creo que no va a ver problema para que Mia, continué su rehabilitación en Inglaterra. La verdad es que la evolución de su pierna, después de un mes de tratamiento, ha sido espectacular. Como le dijeron al principio este tratamiento ha conseguido grandes resultados en la recuperación de las terminaciones nerviosas de los músculos, pero con su hermana ha sido todo un éxito. El problema ahora radica en el estado de ánimo de Mia, es una niña de nueve años, los niños tienden a recuperarse muy rápido de los traumas, y olvidan muy rápido, anímicamente hablando, así que ella se ve capaz de volver a su vida anterior, y desea reunirse con sus amigos, volver al colegio. Tras hablarlo con ella, me he dado cuenta, aunque no quiera decírselo, para no preocuparla, que se siente muy mal por perder este año de clase, y tener que repetir el año que viene. Pero quizás no tenga que hacerlo, en definitiva sólo han sido dos
Narrador. Según termino de hablar con su mejor amiga Beatriz Walter, sonrió sin poder evitarlo, quería a Hanna y a su hermana como si fueran su propia familia. La rubia descarada, no tenía familia, había crecido en un orfanato de Exeter, al sur oeste de Inglaterra, se hizo modelo de publicidad, para ganarse la vida, y como una forma de estar cerca de los que verdaderamente le gustaba, que era el estilismo y el diseño. No era una top model, más bien una modelo del montón, por eso se unió a la agencia de acompañantes, y así poder conseguir influencias, además de más ingresos. Fue allí, gracias a la Madame, que se le ofreció una oportunidad para explorar sus dotes, y su talento, como estilista, organizando el vestuario, el maquillaje y los complementos que deben llevar los acompañantes para sus citas de trabajo. El día que Hanna entró a la empresa para hacer la entrevista, fue Bea, quien vio en ella un diamante en bruto, una belleza exótica, con un enorme corazón, e insistió a la Mada