Un mes después
El desespero me invade, porque no sé a dónde buscar a mi esposa. Esto es una completa agonía, una que podría enloquecerme por completo.He regresado a mi territorio, deseando encontrarla en el castillo, pero, no hay un solo rastro de que ella haya estado aquí. Con mi manada casi destruida, hay tantas cosas por hacer, pero, incluso mis lobos han dejado eso para después porque nuestra prioridad es buscarla.Necesitamos encontrar a la reina luna quien tiene en su vientre al primogénito de la manada, a mi hijo. Pero, seguimos sin encontrar un solo rastro de ella.Varias manadas con las que me he encontrado mientras la busco, intentan causar problemas, pero, el enojo con el que siempre estoy, hace que ellos retrocedan, ya que, los sobrevivientes a la masare que causé, extendieron un rumor donde exageraban lo que hice.Por eso, aunque siguen sin estar de acuerdo con mis decisiones sobreEn la soledad de mi habitación, lamento las malas decisiones que me llevaron a ser un terrible alfa, esposo y padre. Porque eso es lo que soy. Por eso mi esposa me ha dejado. No pudo tolerar tener a un padre tan incompetente.Los recuerdos de cada cosa que hemos vivido, se clavan con más fuerzas en mi cuerpo y yo siento que no hay suficiente alcohol para ahogar mis penas. Unas que me siguen incluso en mi inconsciencia.En la soledad de esta habitación, imploro incluso por un milagro, porque aunque sé que merezco morir por todas las angustias que le hice vivir a mi mujer, no acabo con mi vida porque necesito protegerlos. Debo encontrarlos y demostrarles a todos que he aprendido la lección y por eso, todo será diferente.— Edmond… rey alfa, por favor. — dice Carolina.— Déjame sufrir en silencio.— Lleva mucho tiempo así, no duerme, solo bebe mucho en las noches y busca a An
Carolina, está llorando, por lo que, imploro que sean buenas noticias porque su llanto está acompañado de una sonrisa. Por eso, corro hacia ella para agarrarla de los brazos y exigir una respuesta.— ¡¿Realmente es ella?! — pregunto angustiado.— ¡Sí! ¡Se encuentra en Pensilvania! — dice Carolina y yo maldigo por encontrarme tan lejos ahora.— ¡Solicita un avión y un helicóptero, debo salir del mar ahora mismo!— Pero, está lleno de Nymwere, es lo que nos informan.— No me importa si quieren matarme, solo pediré que me dejen verla una última vez. Solo eso. — digo angustiado.Carolina se marcha para hacer lo que le he pedido y el beta Neville que vino a darme la noticia anteriormente me sonríe al describirme la información. Por lo que, escucho detalladamente todo para planear un rescate, aunque dudo q
Aunque quiero correr hacia donde él se encuentra y suplicarle que me deje ver a Antonella, mis patas no quieren responder y por eso, me transformo en un humano que sufre por el frio y la nieve que hay a mi alrededor.— Sin duda, ustedes son sorprendentes. — dice Ever y yo lloro ante el alivio que siento por encontrarme a un Nymwere.— Finalmente los he encontrado. — digo percibiendo el aroma de él e incluso, un tenue aroma de mi esposa en Ever.— Realmente no los comprendo, parece que les encanta hacerse las cosas difíciles. — dice Ever.— Mi esposa, ¿Cómo se encuentra mi esposa? — pregunto preocupado.Ever niega suspirando profundo, se nota que no le agrada siquiera un poco que me encuentre aquí, pero, para mí es lo más increíble que me puede suceder, porque si Ever está aquí, Antonella se encuentra cerca.‘Después d
No digo algo más porque no quiero molestar a Ever, quien me hace subir a un auto donde hay un leve aroma de Antonella, que tanto extrañaba percibir. Por eso, sonrío complacido por lo que solo su olor causa en mí.‘Estoy sanando de algo que no sabía cómo curar.’ Me digo mentalmente.— A ustedes les gusta complicarse mucho la vida. — dice Ever.— Somos inexpertos en el amor y aunque nos amamos inmensamente, la inexperiencia nos hace herirnos aunque esa no era nuestra intención. — susurro.— Bueno, tienes razón, pero, ¿Qué culpa tienen los demás? Antonella, no está de buen humor. Nadie se le acerca si no es para entrenar, porque está… incontrolable y dudo que solo sea por el embarazo. Así que, ten cuidado.Busco en mi mente las mejores palabras para expresar lo que siento, porque si no hago las cosas bien, no me lo p
Narra AntonellaEn vano he luchado por estar lejos de Edmond, porque él parece saber dónde encontrarme aunque me esfuerce mucho en ocultarme, ¿acaso es un arte la que él ha desarrollado para estar incluso durante más tiempo?‘Debes concentrarte, Antonella, no puedes dejar que él desarme tus defensas, recuerda que se lo debes a la manada. Necesitas protegerlos.’ Me dice mi mente— Suéltame, Edmond.— No puedo, ¿acaso no te has dado cuenta que tu cuerpo está tan relajado que no puedes siquiera mantenerte en pie? — pregunta Edmond.Es verdad, sus feromonas me tranquilizan tanto que no hay manera de que yo pueda mantenerme en pie. Por lo que, le indico donde está la sala y es ahí donde me coloca, porque sé que si me lleva a la habitación, me costará que se marche… será mucho más que ahora.‘Ese Ever
No quiero despedirme del amor de mi vida, pero, ¿Qué otra cosa puedo hacer? Edmond y su manada han hecho mucho por mí, este sacrificio que estoy haciendo no es algo en comparación a todo lo que ellos han hecho desde que me conocieron.— ¿Qué locura estás diciendo?— Lo que oyes, te agradezco por todo lo que me dices, pero, no podemos estar juntos.— ¿Por qué no? — pregunta Edmond como si no comprendiera que es lo mejor.‘¿Por qué no comprende que lo estoy salvando de mí? Todo ha salido mal en su vida porque atraigo la atención de personas que solo buscan hacer daño, ¿Por qué sigue sin entender ello?’ me pregunto mentalmente.— ¿Acaso no te das cuenta de todos los problemas que experimentamos? ¿No crees que es una señal de que no deberíamos estar juntos por mucho que tú sea
‘¿Acaso ha perdido la cordura?’ me pregunto mentalmente.Por mucho que él me diga que acabe con él, no me resulta agradable o posible que yo haga algo así. Prefiero vivir en agonía por querer estar con él que cargar con el dolor de asesinar al hombre que tanto amo.— ¿Estás loco?— La loca eres tú que crees posible que yo voy a dejarte ir y me quedaré sentado esperando que la vida pase o fingir que soy feliz con una mujer que no va a ser tú. — dice Edmond de inmediato.— Edmond, lo que hago es por tu bien, es lo mejor para los dos. — digo de inmediato.— Si es lo mejor para los dos, ¿Por qué no estamos bien con esta decisión egoísta que has tomado? — pregunta Edmond.Los dos estamos llorando, mirándonos con tanto anhelo que no podemos decir que el motivo de nuestra separación es no a
‘Eres alguien sorprendente, Antonella. Porque cuando tienes tantas ganas de lanzarte sobre él y pedir que no se marche, lo que estás haciendo es lo contrario.’ Me digo mentalmente.Quiero pedirle que no se vaya, deseo mucho que haya otra solución en la que ninguno de los dos se encuentre involucrado, pero, una cosa es lo que deseo y otra es la realidad. Una cruel y dura realidad.— Es una guerra que no nos compete, Antonella. Ever quiere esto, no tú.— Los estoy ayudando, aunque no estoy de acuerdo con lo que hacen, al quedarme aquí los ayudo, Edmond y eso lo hago por el bienestar de los que amo. Así que, amor mío, quédate con este sacrificio y sigamos adelante.— Eso es lo que intento, ¿acaso no comprendes que si te he buscado y quiero quedarme aquí contigo, es para poder seguir adelante? — pregunta Edmond y yo niego.La manada lo necesita, el gol