El regreso a Italia les dejó varias sorpresas, además de una fiesta de presentación bastante productiva.Rita está en su cuarto arreglando su equipaje para irse unos días con sus padres tal como se lo anunció a Zoe, ya que la parte más complicada estaba lista, ella ahora puede relajarse un poquito.En ese instante Carlo cruza la puerta de la mansión para ver a su prima y saber qué piensa de lo ocurrido la noche anterior, después de todo el plan secreto resultó perfecto y él se siente muy a gusto.Entra a la cocina en donde están tomando desayuno, pero no puede evitar buscar a su Rita con la mirada. A Zoe no le pasa desapercibido, no es tonta y ya sabe que esos dos se traen algo, pero si no quieren decir nada ella lo respeta, sabe que para su primo no debe ser sencillo y también conoce la historia de Rita, así que no los culpa que quieran mantenerlo en secreto.—Está en su habitación… —le dice Zoe mientras sin dejar de leer en la tablet—, terminando de empacar.Carlo se apresura a sali
Rita se baja del avión en el aeropuerto Amerigo Vespucci y camina con seguridad para retirar sus maletas, al salir para tomar un taxi respira ese aire que sólo su tierra natal le puede dar, sonríe al sentir ese aire delicioso que la lleva a meterse dentro de su abrigo y espera paciente a que un vehículo libre pueda llevarla. En cuanto logra meterse dentro de uno, el hombre con amabilidad le pregunta dónde la lleva. —A Settignamo, por favor. —Eso le saldrá costoso, puedo acercarla a la ciudad y tomar el autobús. —Si usted no tiene problema en llevarme, no importa lo que cueste —le responde ella con una sonrisa. Luego de lo que parece una eternidad, el auto se detiene frente a su hogar de la infancia, le paga el importe y se baja animada. Da unos suaves toques en la puerta y la voz de su padre le llega como si fuera la mejor de las canciones. —Yo abro, cariño, estoy aquí —la puerta se abre y su padre se queda sorprendido—. ¡¡Vieja, ven ahora!! —padre e hija se funden en un abrazo
Carlo se siente extraño, sabe qué es, pero se niega a hacer algo porque se verá como un maniaco posesivo. Hasta que ya no puede más y le manda un mensaje. Ella le responde los primeros, pero luego ya no lo hace más. Comienza a escribirle cuánto la extraña, las ganas de estar con ella y al final se rinde, porque ella no lee ninguno, así que le dice que descanse y que la ama. En su oficina el tiempo hace una enorme pausa, se mantiene pegado a la pantalla del teléfono viendo cómo Rita ha leído el mensaje y seguramente lo ha releído miles de veces, pero seguro quedó tan impactada como él lo está. Aquellas palabras que sus dedos teclearon en ese mensaje salieron de lo profundo de su ser. La ama, de eso no tiene duda. Sus dudas son de lo que él puede ser para ella y eso lo aterra, porque en su mente Rita es magnífica, con valores inquebrantables, pero él… todavía no sabe cómo es exactamente, su cabeza es un caos. Ve que Rita está escribiendo, pero al final no llega ningún mensaje. Dec
Aquella hermosa sorpresa que ha golpeado la puerta de Rita acaba de dejarla por completo sin aliento. Cuando al fin Carlo es capaz de separarse de ella y mirarla a los ojos con esa sonrisa que la derrite, Rita no puede hacer nada más, sino acariciar su rostro.—Estás aquí… —se le escapa en un susurro—Vengo por una respuesta —levanta las flores y las deja en frente de ella. Rita las toma con un gesto como si nunca nadie le hubiese regalado flores. Y precisamente así es—. Ayer creo haberte enviado un mensaje que decía te amo.«El problema es que nunca lo respondiste, sé que lo leíste y sé que lo estabas respondiendo, pero tu mensaje nunca llegó… No pude más con la ansiedad, tomé el vuelo y aquí estoy. Ahora Rita Greco, quiero que me digas, ¿qué ibas a decirme?—Iba a decirte que también te amo… —le dice ella en un susurro bajo que a Carlo le demuestra que está muerta de miedo.Y esa actitud de ella le sorprende, porque Rita no es una mujer que sea temerosa. Los dos se mantienen en sile
Tras un desayuno bastante tranquilo y relajado, Rita se disculpa para ir a cambiarse. Carlo se queda con los padres de ella y comienzan a hablar acerca de sus intenciones con Rita.—Entiendo que usted dirige una importante empresa de inversiones en el país —le pregunta cordialmente el padre de Rita.—Así es, señor Greco.—Por favor, dime, Donato —le responde él con una sonrisa—. Ahora que mi hija no está, quiero que dejemos algunas cosas claras.—Por supuesto, no hay nada mejor que la claridad antes de comenzar —aunque parece relajado, por dentro está muerto de nervios porque es primera vez que debe enfrentarse al padre de una novia, la misma que probablemente llegará a ser su esposa.—Mi hija nos tiene al tanto de la situación que ustedes estuvieron pasando como familia. Sé perfectamente las razones por las cuales ella tuvo que irse de aquí a Londres. Y en realidad, me encantó la idea de que pudiese tener la oportunidad de cuidar a su amiga, pero también de crecer profesionalmente.«
La felicidad que Rita y Carlo sienten en este momento no se puede comparar con nada. Siguen caminando por las calles, ya ella tiene su cargador en la mano, sin embargo, quieren seguir conociendo el lugar.Llegan hasta una de las tiendas favoritas de su madre y allí compran algunas cosas para compartir en la tarde, puesto que Carlo ha llamado a la oficina avisando que no está en la ciudad y que se va a quedar fuera unos días.—Por aquí cerca está mi hotel, cambié la reservación porque me queda más cerca de mi novia, el Settignamo Tuscany Homes —Rita sonríe y continúa caminando.—Entonces estás cerca de una de las mejores vistas que hay aquí en la ciudad… —varios metros más adelante se detiene y Rita sonríe al ver la vista que entrega el Tabernacolo, uno de los mejores lugares en Settignamo.Carlo se queda absorto con la vista que tiene enfrente, realmente es hermosa y le encanta. Ahora entiende por qué Rita no quiere irse de aquí y tampoco sus padres. Tener las raíces en un lugar tan p
Cuando Rita sube a su habitación para poner a cargar su teléfono. Carlo se va a la cocina con los padres de ella y comienzan a hablar. —¿Cómo estuvo ese paseo? —Le pregunta animado Donato. —Estuvo bastante bien, me encantó. El lugar, es bastante hermoso y muy tranquilo para vivir aquí, Sólo salió empañado porque Rita se encontró, al parecer, con un exnovio —Los padres de Rita se miran entre sí y con una expresión grave, Lo que provoca en Carlo un respingo—. ¿Sucede algo? —Es Enrico, La razón por la que mi Rita se fuera de aquí —Le responde Velaria. —¿Es peligroso? —Cualquier hombre capaz de hacer llorar a mi niña como lo hizo, Por supuesto que sí, es peligroso. —Ven, muchacho con mi niña, probablemente está buscando todos aquellos recuerdos que tiene de él para deshacerse de ellos. —Aún conserva cosas de él. —Sí, porque cuando ellos terminaron era algo muy reciente y Rita decidió irse a Roma a buscar trabajo para comenzar a surgir. Su madre y yo nunca sacamos nada de su cuarto
Aquel día, Carlo aceptó la invitación para almorzar con los padres de Rita, pero una vez terminada la comida decidió regresarse a su hotel para preparar la sorpresa que tenía para su chica. Mientras tanto, en casa Velaria le explica algunas cosas acerca de uno de los platillos que había aprendido de su abuela. Muchas de las cosas que Rita sabe con respecto a la cocina las aprendió de su madre, quien desde muy pequeña le inculcó el amor por ella. Incluso en algún momento Rita pensó en estudiar cocina internacional para poder ser chef de un importante restaurante o abrir el propio. —Hija, es muy importante que mantengas un perfecto equilibrio entre algunas veces seguir la receta y otras dejarte llevar por lo que tú crees que sería lo mejor para la comida. No es improvisar sino ajustar, a los gustos propios y de las personas que van a comer, la cantidad de los ingredientes. —¿Saben? Siempre pensé que nuestra Rita estudiaría algo relacionado a la cocina —dice su padre, algo distraído m