Daryl va entrando con una sonrisa a la cocina buscando a sus mujeres, cuando oye gritar a su pequeña que Zoe está en el piso y sale corriendo tras ella sintiendo mucho miedo de lo que lo pudo pasar.—¡Zoe! —la llama mientras corre hacia ella, se deja caer a su lado y la levanta con suavidad—. Amor, despierta… tesoro, por favor, no nos asustes así.Ella va abriendo sus ojos lentamente y Daryl vuelve a respirar. Hope la llena de besos y con sus manitas le aprieta las mejillas.—¿Te sientes mejo mami?—Sí, cariño… sólo fue un mareo, supongo que dimos demasiadas vueltas.—Cómo sea, te llevaré dentro ahora mismo.Daryl se quita su suéter para cubrirla, ella asiente y se deja cargar por su hombre, aprovechando de enterrar su rostro en su cuello para sentirse más protegida.Llegan a la sala, en donde Daryl la deja en el sofá y le entrega un vaso de agua, ella lo bebe poco a poco, sin dejar de sentirse extraña. Daryl la vuelve a cargar y los tres suben a la habitación principal, allí él recue
Zoe termina de maquillarse, mientras Rita la ayuda a colocar la última horquilla con forma de flor en el cabello, siguiendo su esencia, no dejó que nadie la ayudase a prepararse más que su amiga. Se mira al espejo y trata de recordar cómo se veía en su primer matrimonio, pero lo cierto es que muchos de esos recuerdos ya no están en su memoria. Se dedicó tanto tiempo a olvidar los malos momentos, que ahora simplemente no los encuentra en ninguna parte de ella. Se pone de pie para ir hasta el vestido, que es de un blanco precioso, como el de una princesa en toda regla. De mangas con un bello encaje y un corsé de pedrería blanca, una falda enorme y con un bordado delicado en todo el borde inferior. Suspira por enésima vez, porque se siente cansada, los días han sido agitados y sólo quiere ir a la iglesia, para luego irse a su luna de miel lejos de allí, enterrarse en los brazos de su esposo y no separarse nunca más. La boda será en la mansión Amato principalmente, todo está preparado
Zoe está recostada sobre la enorme manta que reposa en la arena, observa detalladamente a su esposo mientras eleva una cometa con el pequeño Antoine, que ya tiene cinco años. Ve a sus hombres sonreír y hacer gestos exagerados al ver los movimientos que la cometa hace en el cielo. Siente que Daryl se ve tan sexi, con aquella playera que deja ver sus brazos y el short que muestra sus piernas duras. Pero recordar lo que pasó la noche anterior la pone de mejor humor todavía. Hope está recogiendo caracolas, para hacerse una pulsera como la de ella y Valentina está construyendo un castillo de arena con su abuelo. Acaricia su vientre, recordando sus dos embarazos y lo mucho que le hubiese gustado tener otro bebé, pero Daryl no quiso tener más hijos, piensa que no es justo para ella, que es quien debe pasar por los malestares, además de bajar el ritmo de trabajo que a ella le gusta, así que se cuida mucho. Le lleva un control de su calendario y no es porque no quiera, se muere por otro hi
Sinopsis Carlo Amato es un hombre de principios, que respeta las promesas, muy correcto, pero también solitario, ya que se formó para manejar los negocios de su familia, sin embargo, su padre cometió crímenes en contra de su propia familia, dejándole una sensación de absoluto dolor y vergüenza. Y, a pesar de eso, puso sus ojos en una mujer muy especial. Rita es una chica de servicio, pero con ganas de superarse en la vida y alcanzar aquellas cosas que de niña no pudo tener. Es leal, sincera, fuerte y muy segura de sí misma, capaz de dar todo de sí para ayudar a quien lo necesite. Y en ese proceso es que conoce a Carlo. Para Rita, es un hombre bueno, pero con la carga del pasado de su familia y se pondrá manos a la obra para ayudarlo a salir de ese agujero. ¿Podrá Rita curar el corazón de Carlo y ayudarlo a amar sin miedo? *** Capítulo 1 La primera mirada Rita se siente impotente de ver que Zoe tenga que pasar su cumpleaños tan sola, como si fuera una mala persona o si estuviera
Meses después… Rita se encuentra sin trabajo, Zoe se había ido luego de que perdiera a su bebé, daryl cayó en el psiquiátrico y ella tomó la decisión más difícil de su vida, pero la que ella consideró correcta, y fue renunciar. Para ella Zoe tenía un lugar especial en su corazón, en los últimos meses ellas se habían vuelto más amigas que otra cosa y la manea en que su jefe la trató no le pareció justo. Está en su departamento, con los pies doliéndole por haber caminado casi todo el día buscando un nuevo trabajo, pero su juventud, inexperiencia y falta de una recomendación porque su jefe estaba saliendo de su locura, le están jugando muy en contra. —No importa, Rita… hiciste lo correcto —su teléfono suena y responde sin ver quién es, respondiendo con la voz apagada—. ¿Aló? —¿Rita? ¿Qué te pasa? —la voz preocupada de Robert la hace sonreír y suspira. —Nada. —No me digas que nada, tú no eres así. Vamos, cuéntame, yo te contaba todas mis penas y siempre me escuchaste. —Sabes que n
Al llegar a Londres, Carlo la ayuda a bajar porque una fina llovizna cae en la ciudad. Se quita su chaqueta para usarlo como paraguas y ella se siente agradecida, especialmente porque su ropa no es la adecuada para el clima.—Gracias, no se me ocurrió ver cómo estaría el clima aquí, hace un poco de frío.—Ya lo solucionaremos —cuando sube al auto, él sacude la chaqueta que es impermeable y se la coloca a Rita, quien no puede evitar aspirar el embriagante aroma que desprende.—No… no era necesario.—No queremos que te enfermes, no sería bueno para Zoe.—Es verdad, gracias por esto —se acurruca dentro de la chaqueta que le queda enorme y siente casi como si Carlo le estuviera dando un abrazo, mientras que él se imagina exactamente lo mismo.El trayecto Rita lo hace pegada a la ventana, se le hace una ciudad preciosa y enorme. Realmente elegante, ve por allí un parque que le encantaría recorrer y piensa en lo poquito que extrañaría Roma de quedarse definitivamente aquí para estar con Zoe
Los meses se pasaron con él viajando a Londres, sin hacer nada por intentar nada con Rita, porque eso de la distancia no era lo suyo. Sin embargo, para Zoe cada vez era más cercana la idea de regresar a Italia para tomar represalias contra quienes le habían hecho la vida imposible, pero era una idea escueta y que no le atraía demasiado.Sobre todo, porque se arriesgaba a que reconocieran a Hope como hija de Marchetti y eso no lo quería ninguno de ellos. Al final, el tiempo pasó en años y todo sigue medianamente igual, sólo que con una sobrina a la cual malcriar cada vez que va de visita, lo que ocurre una vez al mes por un par de días.Carlo está concentrado en su trabajo, con el ceño fruncido y mirando el documento mientras mordisquea su bolígrafo. El sonido de su teléfono lo saca de su concentración y cuando oye la voz grave de Robert.—Carlo, te necesito en Londres… el avión está esperando por ti —ante aquellas palabras todo el cuerpo se le crispa.Debe ser algo realmente grave. Es
Cuando se separan, ninguno de los dos puede evitar esbozar una sonrisa que dice lo felices que están de que eso al fin ocurriera. —Esperé más de dos años para atreverme a esto —le dice él con voz ronca. —¿Tan mala impresión te causé? —Todo lo contrario, pero soy un hombre que no le gusta dejar las cosas a medias, y ahora que regresarás a Roma… me siento al fin libre. —¿Y si Zoe no hubiese decidido regresar? —Hace seis meses estaba estudiando en el papel trasladarme aquí… —¿Por Zoe? —se atreve a preguntar ella y él sonríe. —Por ti… ¿tienes idea de lo difícil que ha sido concentrarme desde nuestro viaje? —le acaricia el rostro y Rita lo ve con expresión perdida, no se puede creer que las fantasías de ella fueran correspondidas. —Pues tú tampoco me lo pusiste fácil. En verdad pensé que no estabas interesado en mí. —Imposible, tendría que ser ciego… pero ahora, quiero que entremos, no quiero que te enfermes. Entran al calor de la casa, en la cocina Rita se mueve por un par de ta