Cuando Daryl al fin abre los ojos con cierta dificultad, está en un hospital, su padre al ver que reacciona sale de la habitación para llamar al doctor, quien entra de inmediato para evaluarlo. —¿Cómo se siente, señor Marchetti? —le pregunta este mientras revisa sus ojos con una linterna pequeña, pero no hay respuesta, de Daryl no sale ni una palabra. El médico insiste—. ¿Alguien le hizo daño? ¿Cómo se siente? Fatal. Su mente, su alma, su corazón y su cuerpo le queman, es un dolor intenso el que siente lo recorre, como si estuviera en su sangre y a su corazón le costara bombearlo. ¿Si alguien le hizo daño? Sus padres, Anabet, él mismo… pero no es eso lo que preocupa al hombre, sino el daño que él había causado a su amor, una mujer inocente. Ya no tenía ninguna duda de que Zoe era la más inocente en todo lo que había pasado. Él pudo negarse aquella noche a sucumbir a la pasión, después de todo, no había tenido intimidad con Anabet, aunque ella se había insinuado varias veces. Ahora
Mientras Daryl se queda en su remolino de tormentos, en Inglaterra Zoe comienza a sonreír un poco más. Garritas es su nuevo consentido y Robert vive para hacerla feliz con los más mínimos detalles. Londres le ha dado a Zoe una nueva oportunidad para iniciar de cero, aunque la llegada a la ciudad estuvo cubierta por una lluvia gris, oscura y persistente en su interior, ahora, con los primeros días de la primavera, al fin siente que el mundo le está dando algo bueno. —Estaba pensando —le dice Robert a Zoe mientras tiene el periódico frente a él—. ¿Qué tal si vamos a dar un paseo por Tower Hill Garden? —Me encantaría —le dice ella con una sonrisa, acariciando al gato sobre su regazo—, pero prefiero ir a buscar una oficina para mi empresa. —¿Ya te sientes preparada para eso? —le dice el hombre algo sorprendido, se sienta a su lado y la abraza. —No… pero en realidad nunca lo estaré a menos que dé el primer paso al frente —ella lo mira a los ojos y puede ver en Robert esas ganas de seg
Tras unos largos cuatro meses en la clínica psiquiátrica, Daryl sale de allí con una vida nueva en el futuro, pero para eso necesita terminar muchas cosas del pasado. Lo primero, va a un lugar en donde trabajan con ciertas cosas especiales y encarga una caja de cristal para guardar allí la pulsera que le dio a Zoe. No quiere que el tiempo ni nada la dañe, tiene pensado un lugar especial para ella dentro de la mansión y para eso, debe estar protegida. Otra decisión es la de hacer algo para no olvidar jamás a su pequeña. La única manera de hacerlo es recordando que él la mató, es una culpa con la que vivirá par siempre, pero no dejará que eso lo detenga, porque simplemente no puede. Y como nombre… el mismo que eligió Zoe para aquella muñeca hace años. Cuando llega a la mansión, se le hace un lugar lúgubre, oscuro y sin vida. Aunque los jardines rebozan de colores, todo le parece gris sin la presencia de ella, porque después de todo, era quien daba la vida en esa casa. Su padre sale
Al abrir los ojos, lo primero que hace es salir a darle los buenos días a su pequeña, luego regresa para meterse a la ducha, vestirse adecuadamente y esperar para iniciar el día. En medio de su planificación diaria, su asistente llama a su puerta con ansiedad y le abre, como siempre cuidando que no vea nada de lo que hay en el cuarto.Sale al pasillo porque la nota algo preocupada y le recibe una carpeta con un informe. Comienza a leer y de pronto su rostro se transforma por completo.—¡¿Qué significa esto?! —le dice por completo desencajado batiendo los documentos.—Lo siento… —le dice la mujer, sabiendo lo que eso puede significar para su jefe—. No hemos conseguido dar con el responsable que los drogó, pero me tomé la libertad de investigar otras cosas más… y eso de allí lo confirmamos ayer en la noche.—Esa maldita mujer… me las pagará, ¡lo juro! —camina hacia la escalera, se detiene y le dice a su asistente—. Quiero que esas fotografías sean la tendencia del día… que no pueda sali
Luego del nacimiento de Hope, los días se fueron haciendo semanas rápidamente y luego las semanas se transformaron en meses. Zoe se volvió la típica madre primeriza que trabaja y atiende a su niña bella, que es el vivo retrato de ella, pero con los ojos de su padre. Si pensó en algún momento que podría olvidarlo, estuvo muy equivocada, porque aquellos dos luceros en el rostro de su hija se lo recuerdan todos los días. Por supuesto que junto con la felicidad de ser madre, llegaron los miedos y nada de lo que hiciera se los quitaría, porque así es la maternidad, cuestionar cada cosa que se hace con los hijos. Robert es el padre más feliz del mundo. El que Zoe decidiera que Hope lleve su apellido fue una sorpresa que lo dejó paralizado unos segundos, pero entendía por qué Zoe prefería que así fuera. Los enemigos no habían desaparecido porque ellos salieran de Italia y no sabían cuánto alcance tenían en ese momento. Así que pasar a Hope como su hija no era algo descabellado. Considera
Sin embargo el hombre no se inmuta ante el grito de Zoe. Pero ella no se detiene, su corazón late desbocado, ni siquiera está corriendo, pero siente que el cuerpo como si estuviera en la maratón. Llega más cerca del hombre en el momento cuando él se gira para observar si viene un ciclista y Zoe se queda helada, haciendo que el hombre frunza el ceño y se acerque a ella. —Señorita, ¿está bien? —le pregunta con cortesía. —Papá… —la palabra sale ahogada y dolorosa. —¿Papá? Discúlpeme, pero no la conozco —sin embargo, Zoe puede ver que él se retuerce las manos nervioso, así que se acerca un poco más. —Por favor… escúcheme —le suplica, pensando en que pudo perder la memoria, no sería el primer hombre en su vida que la olvide—. Usted es idéntico a mi padre… dígame, ¿cómo se llama? ¿De dónde es? —Yo… —ante el silencio abrupto y nervioso del hombre, Zoe saca su teléfono y busca una fotografía que conserva allí para recordar a sus padres. Se la enseña y el hombre se queda estupefacto. —E
Luego de que Zoe dijera aquellas palabras, Robert levantó su teléfono y le dijo a Carlo que un jet estaría esperando por él para llevarlo a Londres. Sin decirle nada, Carlo se presentó en la casa y solo se largó a llorar como un niño al ver a su tío vivo. Cuando Zoe le contó la verdad de lo que había pasado y lo que ella pensaba hacer, Carlo solo se paró, extendió su mano al frente y le dijo. «—Mi juramento sigue vigente… aunque sea mi propia familia, juré vengarte, y eso es lo que haré.» Luego de eso todo había sido planificar la llegada de Zoe y todos coincidían en que tenía que ser espectacular, a lo grande, que no dejara duda alguna de su poder ahora y que si se metían con ella, estaban en serios problemas. Carlo está concentrado en su plato, al día siguiente partirá de regreso y están afinando los últimos detalles para que Zoe vuelva a Italia. —¿Pasa algo? —le pregunta Zoe sentándose a su lado. —Se me acaba de ocurrir algo magnífico… podría «venderte» la mansión del abuelo.
La noticia de la venta de la mansión Amato le llega a Daryl como un golpe en el estómago que le quita todo el aire, ese mismo que hace tiempo le escasea cada vez que ellas le llegan a la memoria. No puede concebir la idea de que alguien más ocupe el lugar que era de su Zoe, su niña bella. Por esa misma razón se atreve a llegar a Amato Inversiones a pedirle explicaciones a Carlo, quien lo recibe de mala manera en su oficina. —¿Qué quieres? —Quiero saber por qué vendiste la mansión —Carlo no puede evitar levantar las cejas por la sorpresa. —Ese no es tu problema, la mansión es mía y puedo hacer lo que quiera con ella. —¿Eso es lo que piensas? Tú y yo sabemos que esa mansión es de Zoe, aunque tu abuelo no le dejara nada. ¿Al menos le preguntaste si podías venderla? Sabes lo que significa para ella… —No vengas aquí a dártelas de muy conocedor de mi prima. Si así hubiese sido no la habrías tratado como lo hiciste. Y por supuesto, claro que le pregunté si estaba de acuerdo con que ven