Cuando Robert llega a la casa y se entera de todo lo ocurrido de boca del mismo Daryan, sólo puede mirar a Hope y decir lo primero que se le ocurre.

—¿No quieres ser tú quien entrene a mi gente? —Daryan lo mira con exasperación y Robert sólo se ríe, abraza a la muchacha y le susurra al oído—. Te prometo que nunca más tendrás que hacer algo así.

—Ya no me siento mal. Hizo algo que no debía.

—Meterse con tu pequeña familia —le dice Robert serio, pero ella niega.

—No. Me restregó la cara de que él había sido quien me dejó viuda, además de amenazarme con que le haría daño a Caroline y Violet, para luego ir por mi suegra… Si en ese momento yo lo dejaba ganar, ellas terminarían sufriendo cualquier tipo de daño.

—Pero eso no hubiese sucedido, ya viste que mi hijo llegó a tiempo y Bastián también.

—Yo no lo sabía y no podía dejar nada al azar.

La mirada seria e implacable de Hope les dice a todos que ella está dispuesta a lo que sea con tal de proteger a su familia. Finalmente, ha demostrado