Capítulo5
—¡Apártense, quiero ver a mi hija! —mi padre, negándose a creer la realidad, empujó furiosamente al personal médico y se precipitó dentro del quirófano.

Allí estaba yo, inmóvil en la camilla, mi rostro pálido por la pérdida de sangre, sin emitir sonido alguno. Papá se detuvo en seco al pisar la sangre coagulada en el suelo.

—¿De... de quién es esta sangre?

Miguel respondió fríamente: —Es de tu hija, de Aitana, ¿ya no la reconoces?

Cuando papá me vio sin vida, sus pupilas se dilataron de horror al comprobar que no respiraba. Después de un momento, con voz ronca y lágrimas corriendo por su rostro, acarició mi mejilla.

—Aitana, mi Aitana... despierta.

Vi a mi madre irrumpir en el quirófano tras él, su rostro volviéndose instantáneamente pálido al verme. Gritó desgarradoramente: —¡Aitana! ¡Mamá no puede vivir sin ti!

Ulises también se quedó paralizado ante la escena, finalmente forzado a aceptar la realidad de mi muerte. Se desplomó lentamente de rodillas, cubriéndose el rostro mientras ll
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP