—Usted la escuchó… — Nicole sonrió sarcásticamente. — Bueno, el mundo entero la escuchó, yo no puedo tener hijos…—¿Eso es lo que te molesta? — Preguntó Isabella, perpleja. — ¿De verdad eso es lo que te preocupa?—No… Bueno, no me molesta, yo creo… Creo que ya me acostumbré a la idea… — Los ojos de Nicole brillaron con vergüenza. — Pero Patrick, él quizás en un futuro… Y ustedes, su familia…—Nicole, querida… — Isabella acarició la mejilla de Nicole con suavidad, tal como si lo hiciera con su propia hija. — Si tanto deseas tener un hijo, hoy en día hay muchas maneras, los recursos no te van a faltar… Podemos buscar entre diferentes especialistas y muchos tratamientos… Y si al final todos dicen que no se puede, siempre está la opción de adoptar, pero lo importante es que sean felices… — Isabella se encogió de hombros.—¿Qué? — Nicole la observó sorprendida.—Me pude fijar en qué cuando Juliana soltó esa noticia, el único que no parecía sorprendido o afectado, era Patrick, y
Patrick había estado esperando una buena respuesta, una simple, positiva y sensual respuesta que lo motivara al saltar sobre Nicole, pero él jamás se imaginó que en ese momento, ella le diría eso.Él se quedó momentáneamente pasmado, pues por primera vez, de la manera más dulce y espontánea, con sus tiernas y redondeadas mejillas completamente sonrojadas, tal como a él le encantaba, Nicole le había dicho que lo amaba.—¿Qué pasa? — Nicole lo observó extrañada.—¡Con un demonio…! — Gruñó Patrick volteando el rostro con la mandíbula apretada y cada músculo tenso. — ¡Vas a acabar conmigo, mujer! Él volvió a mirarla y por un microsegundo, Nicole vio los ojos de Patrick cristalizados, no es que estuviera segura de lo que vio, pero eso fue lo que pareció.Con un rápido movimiento, Patrick tomó a Nicole entre sus brazos, cargándola como a una pequeña y provocando que ella lance un gritillo del susto, amarrándose a su cuello.¿Atacarla como un animal hambriento hasta intentar saciars
Con los ojos cerrados, Nicole se estremecía sintiendo como Patrick la recorría entera, terminando de apartar el panti y el brasier, que era el único obstáculo que quedaba.Finalmente, Patrick terminó por hundirse en el dulce sabor del centro Nicole, al tiempo que ella apretaba las sábanas, hundiendo sus uñas y arqueando su espalda como un puente, entre espasmos y gemidos de placer, hasta que Patrick sintió el estallido de Nicole en sus labios.Las respiraciones de ambos eran agitadas, sus cuerpos temblaban, ya ninguno soportaba más el éxtasis del deseo.—Te… Te necesito… — Exhaló Nicole desde abajo, con el rostro colorado, al tiempo que intentaba recuperar el aliento.Patrick no lo pensó mucho y con cuidado abrió algo más las piernas de su amada, acomodándose justo en el centro, para darle lo que ella pedía y ambos querían.Con suavidad y calma, él entró en el interior de Nicole, al tiempo que todo su cuerpo se calentaba más con la expresión de satisfacción que ella ponía, y así
—Qué lindo… — Musitó Nicole detallando una prenda. — Amo todas las prendas de esta diseñadora, tiene un gran talento, soy su admiradora…—¿Y por qué no la compras? — Preguntó Patrick a su lado.—Es muy costosa… — Nicole señaló el precio de la etiqueta. — No quiero abusar, Patrick, me parece demasiado…Patrick sonrió tenuemente, con una pequeña chispa de malicia y ego en su expresión.—¡Señorita! — Voceo Patrick con fuerza.—Sí, señor Collins… — Se acercó la encargada.—Por favor, tráigame toda la línea de ropa de la diseñadora Ava Golf, en la talla de mi prometida. — Explicó Patrick señalando a Nicole, al tiempo que esta abría los ojos de par en par.—¡No, Patrick!, ¡¿qué haces?! — Intervino Nicole, sorprendida.—Ya te lo dije antes, te daré todo…—Pero…—Quiero hacerlo y no me cuesta nada… — Patrick se mostró más serio, mientras se encogía de hombros y se daba la media vuelta para alejarse, dando a entender que esa era su última palabra.—Patrick… — Intentó llam
—Gracias, Brenda, si no hubiera sido por ti y tus consejos locos, no hubiera tenido la oportunidad de conocer a Patrick… — Comentó Nicole con el corazón lleno de emoción.—La escritora hubiera encontrado otra manera de metértelo por los ojos… No me agradezcas por eso, ja, ja, ja. — Brenda volvió a carcajearse con entusiasmo cuando se escuchó otra voz en el fondo. — Espera… Tu madre quiere hablar contigo.—Sí, por supuesto.—Nicole… — Se escuchó la suave voz de Olivia al otro lado de la línea.—Mamá, ¿cómo estás?—Bien, hija, bien… — Olivia suspiró. — Estoy tan feliz, vi la noticia de tu compromiso y… — La voz de Olivia se quebró. — Oh, cielos… Le pedí tanto a los cielos para que fueras feliz y por fin, gracias a Dios…—Ah, mamá, gracias… — Nicole comenzó a sentir un nudo en la garganta al escuchar el tono lloroso de su madre.—Quiero ir a verte, quiero acompañarte y esta vez quiero tener la oportunidad de planear con mi hija su matrimonio… — Soltó Olivia llena de emoció
Nicole dejó a la joven con lágrimas en los ojos, al tiempo que entraba en la oficina inspirando profundo, no estaba acostumbrada a ser dura con los demás, pero Nicole debía mantenerse fuerte y firme, pues ahora era la nueva CEO.—¿Estás bien? — Preguntó Patrick al cerrar la puerta de la oficina, entrando tras de ella.—Sí, es solo que… — Nicole seguía respirando profundo, era difícil al sentirse como una villana.—Tranquila, lo hiciste bien… — Patrick se acercó para acariciarle la mejilla.—¿Eso crees? Lo sé, lo sé, lo hice bien… — Nicole cerró los ojos al sentir el contacto de Patrick. — Es solo que estoy muy nerviosa.—Y ahora… ¿Qué piensas hacer? — Tanteó Patrick al notar que Nicole comenzaba a recuperar su respiración normal.—Convocaré a todo el personal de la empresa para una charla esta misma tarde… Quiero hacerles saber que las normas de la empresa van a cambiar, no se permitirán abusos, chismes o burlas, nada que irrespete o afecte el trabajo o el estado de ánimo
Walter iba viendo como su dinero se le escapaba de las manos cuando su prometida se reunía con un equipo de organizadores de eventos, pidiendo cada vez más excentricidades para cada uno de los eventos, mientras que él se contenía de no quejarse mucho de los gastos, pues debía cuidar la salud de Tabitha y su bebé.El doctor ya le había dicho a Walter que ella debía mantenerse serena, tranquila, sin estrés, discusiones o molestias, pues eso podría afectar su embarazo y cada vez que Walter se oponía a alguna de las decisiones o los gastos de su prometida, Tabitha se alteraba hasta el punto que casi le daba otro ataque de estrés y tensión alta, por lo que Walter no tuvo otra opción más que contener sus quejas y dejarla ser.Pero él necesitaba dinero, necesitaba recuperar sus recursos y su capital urgente, antes de que fuese demasiado tarde y su futura esposa lo dejara en quiebra antes de siquiera casarse.Por eso, Walter pensaba seriamente en la sugerencia que le había hecho su contado
— Walter… — Tabitha tragó grueso, era obvio que su prometido estaba dolido con su exesposa, que sentía afecto y eso la llenaba de una profunda rabia, pero no era momento de exponer su descontento, sino de usar la estrategia y el cerebro, por eso ella había llegado hasta aquí. — Cariño, eso quedó en el pasado, es momento de soltar y recomenzar… — ¿Qué? — Walter la miró extrañado, mientras que con total calma, Tabitha se acercaba para abrazarlo. — Escucha, yo… Con eso de la hospitalización y de que me sentí muy mal, pensé que… Pensé que sería bueno que dejemos todo lo malo atrás y ahora que somos felices, deberíamos compartir un poco de nuestra felicidad… — ¿Compartir nuestra felicidad?, ¿con mi exesposa y su prometido? — Preguntó Walter con un tono irónico. A lo que Tabitha sonrió viéndolo a los ojos, y aunque en su expresión ella quería mostrar sinceridad y humildad, Walter pudo ver en la expresión de su prometida, una pequeña chispa de malicia. — Así es… Esa invitación es un