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Capítulo 5 Invocación

Las baladas de la campana de la catedral de Norte

Dame golpearon doce veces, el ruido de las campanas era

oído por el pequeño Christopher, que estaba acostado

mirando a su pequeño teléfono, en la red social, cosas sin

sentido, pero que hacían su mente no apagar, la cama cómoda

empezaba a llamarle al sueño, cuando algo le despertó, un

símbolo cerca de Jerusalén estaba deslumbrado y ese símbolo

parecía mucho con uno dentro de sus libros.

Él se levantó colocó la zapatilla y se fue hasta su

estante, donde los libros de la Orden reposaban, la página fue

encontrada sin dificultades y entonces el símbolo era

realmente parecido a lo que hallaron en Jerusalén, el chico

pronto pensó que podría ser cosa de los demás, los maestros

que allí estaban y se puso a acostarse, el sueño pronto lo le

voy a una tumba del siglo V, con las inscripciones antiguas,

mezclado con cachorros.

Ya en casa el señor Byron, limpiaba las gafas y

miraba a la gran chimenea, las gárgolas le hacían compañía,

junto con las fotos antiguas, su lugar preferido para

reflexionar y arreglar sus pensamientos.

En Jerusalén ya se acercaba a las dos y media de la

madrugada, el frío se apoderaba de los cuerpos expuestos,

Eliot y Alfred estaban cerca del arbolar y de ella una energía

enorme brotaba, haciendo los sensibles bajar sus cabezas, la

energía era tan fuerte que Eliot prácticamente vio su espíritu

guardián. Un bulto, con cabellos cortos y ojos grises.

- Eliot, no se desconcentra, el que usted busca no será

facturado fácilmente. - el espíritu lo hablaba con una voz

firme.

- Te estoy viendo. -dice Eliot al espíritu. –

- ¿Qué está en mi frente es usted?

- Eliot estoy delante de ti. - - Fénix saludó al joven maestro.

- ahora preste atención. Judas es un espíritu muchas veces

más fuerte que yo, entonces todo cuidado será poco.

- Eliot ordenó que los demás miembros se quedaran cerca y

que ellos comenzarían el ritual.

- Que Dios esté con nosotros. - - hablaba Eliot al comenzar.

- ¡Amén! - respondieron en coro.

Cuando el reloj de pulso de Eliot marcó dos y

media, exactamente el ritual comenzó, una luz pequeña de la

linterna iluminaba el local que ventaba infinitamente más que

antes. Las ropas negras comenzaron a dejar de vacilar con los

primeros minutos del ritual, y hasta ese momento nada había

ocurrido de hecho, los cinco se entre miraban y Eliot por ser

el más sensible nada sentía, además de lo que sentía antes, el

cuerpo de Eliot se volvió más rojo y sus piernas temblaban,

pero al parecer no sucedió nada.

- Mi joven maestro, eso que están haciendo está mal, el ritual

no es correcto. - decía Fénix en la cabeza de Eliot.

- ¿Cómo así Fénix?

- Simple. Este ritual para invocar a Judas está escrito

equivocado y las puntas del círculo están torcidas, su fuerza

hizo que hubiera ese viento, pero sólo eso que lograron

invocar con ese ritual. - - decía Fénix que a esa altura ya no

era visto por Eliot.

La visión de Eliot se estaba volviendo turbia y él

casi vino al suelo, si no fuera Alfred sujetar antes de que su

cabeza tocar el suelo sagrado.

Pocos minutos se pasaron y luego Eliot despertó, él

se sentía en una de las varias piedras que estaban allí. Él se

levanta con furia en la mirada y va a la dirección donde los

demás estaban. Los ojos de él estaban aún más acentuados y

su aspecto no mostraba clemencia, lo que había sucedido no

sería perdonado de forma sencilla.

- ¿Quién hizo el ritual? - preguntó Eliot levantando el dedo y

apuntando hacia los demás miembros.

- Hice el ritual. - - señalaba uno de los tres que no le gustaba

Eliot.

- ¿Por qué?

- ¿Quieres saber el por qué? Yo te voy a hablar lo que hiciste

sí, además de estropear la investigación entera no tuviste la

competencia de hacer un único ritual correcto, esa porquería

que has hecho está equivocada, y yo juro que si mañana eso

no está bien yo mismo te mato aquí en ese lugar, escuchó? -

La ira en los ojos de Eliot calló a todos en la hora, aunque él

era el más joven, nadie lo enfrentaba y no era por el hecho de

ser el hijo del maestro. Ellos tenían miedo de él, pues solo el

joven invocó a uno de los guardianes más fuertes dentro de la

Orden.

- Pido disculpas maestra. Prometo que haré otro para poder

salir de ese lugar lo más rápido posible.

- Estoy esperando, vamos a volver al hotel, en pocas horas se

es lugar amanece y yo no quiero que descubran antes de

nosotros el secreto.

Eliot y Alfred salieron adelante cuando los tres conversaban

bajito.

- ¿Y usted Alfred, todavía me pregunta si sucedió algo con

esos tres? ¿Está contestado? -dice Eliot mirando al amigo.

- Yo te entiendo Eliot, pero Calma, sé el ritual para invocar a

Judas, si él intenta estropear el plan yo desenmascaro él y aún

sí salimos de aquí con un secreto revelado y un integrante

menos. - - ri bajo Alfred.

- Me encanta sus planes, pero con eso perdimos una noche, y

como sé mañana estaremos sin fuerzas para intentar invocar

un ser tan fuerte como él. Alfred he podido ver a mi guardián

hoy, la energía que ese lugar tiene es inconmensurable. Algo

que nunca he sentido antes en mi vida. Ahora vamos a dejar

estos tres para allá e ir al hotel, muchas cosas están en juego

aquí.

Vamos a ser maestro.

Al llegar al hotel Alfred colocó sus pertenencias sobre una

mesa de centro y comenzó a dibujar el ritual, en el que

trabajarían la noche posterior.

- Eliot, ¿me cuenta más cómo supo el lugar exacto de la

muerte de Judas? - - decía Alfred con una curiosidad nunca

antes demostrada

- Yo estaba investigando sobre la historia de Jerusalén y

entonces empecé a recoger libros antiguos y algo siempre

faltaba en ellos, y era justamente sobre el lugar de Judas, pero

entonces cuando invocó el Fénix, me dijo que yo estaba

cerca, que sólo dependía como yo quería ir a fondo a la

historia.

- ¡Nuestra! ¿Entonces su guardián le ayudó a descubrir el

lugar exacto? - dijo Alfred dibujando el círculo.

- No mi amigo, él sólo me ayudó a buscar en el lugar

correcto, pero en ningún momento me dijo dónde era ese

lugar.

- Entonces la investigación fue hecha con ayuda de él y

empeño suyo, interesan a Eliot, confieso que siempre pensé

que era el Fénix que le había dicho, pero por lo que dijo, el

mérito es todo suyo.

- Alfred se levanta y da palmaditas en la espalda de Eliot.

- Voy a terminar eso. - - apunta al dibujo.

La madrugada se terminó y los cinco dormían

cuando el astro rey se despertó en el horizonte, el dibujo del

ritual estaba listo por los dos, y de esa noche no pasaría para

conseguir algo que nadie antes fue capaz de realizar. Los

cinco se despertaron a las ocho de la mañana a la hora local y

se fueron al reencuentro tomar su desayuno, pero algo estaba

muy equivocado, ellos entonces prestó atención a la

televisión que hablaba algo de un nuevo descubrimiento, la

piedra con los escritos fue hallada cerca del Monte de los

Olivos, una piedra que contenía un símbolo que Eliot conocía

muy bien. Aquello con toda certeza era un aviso. Pensaba el

joven, cuando salió corriendo a la habitación Alfred apenas

se roció hacia atrás y vio al amigo.

Caminando por el pasillo un señor de negro, se paró

delante de una televisión que contaba la noticia, él entonces

frotó las manos y vio al chico corresiendo, en ese instante el

señor colocó las manos en los bolsillos y miró directamente a

la televisión. El joven Eliot lo miró que apenas agitó con la

cabeza. Alfred pasó y cuando miró al lugar donde Eliot había

acenado no había nada allí. En el salón los tres otros

miembros conversaban, cuando uno de ellos comenzó la

conversación.

- Adoramos lo que hizo ayer Lucius, arruinó sus planes y hoy

iremos a hacer lo mismo. ¿Verdad?

- ¡Claro! Vamos a ser los nuevos maestros y él será jugado

para las trazas. El reportero hablaba en Frances en la cadena

de televisión CNN, hablando del hallazgo en Jerusalén, según

los reporteros el local quedaba pocos metros de donde los

jóvenes

Eliot vio la noticia por la computadora y Alfred por la

tableta, se intercambiaron rápidamente de dejar el hotel lo

más rápido posible.

El dibujo parecía con las cruces usadas en las

cruzadas y por la historia cuando algo así aparecía algo muy

fuerte estaba para ser descubierto, nuevamente Jerusalén era

el foco del mundo sólo que esta vez la cruzada comenzaría

allí.

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